Ante el nacimiento de una nueva era, al abrigo de Dior

Tras dos años de feroz pandemia por coronavirus y en mitad del desarrollo de un conflicto armado entre Rusia y Ucrania cuyos efectos todavía nos son imposibles de prever, las miradas de la industria de la moda se concentraban ayer en torno al evento de presentación de la última colección de mujer de Dior para la próxima temporada Otoño/Invierno de 2022/2023. Una propuesta diseñada nuevamente por Maria Grazia Chiuri en su condición de directora creativa de las colecciones femeninas de la casa, que se presentaba a lo largo de un desfile en directo, físico y con público, como parte del programa oficial de la actual Semana de la Moda de París que está teniendo lugar, hasta el próximo 8 de marzo, sobre la capital del Sena.

A pesar de las críticas que han venido elevándose a lo largo de estas últimos días por la decisión de las diferentes firmas y diseñadores por seguir adelante con sus desfiles y presentaciones bajo el actual panorama bélico que reina en Europa del Este, la legendaria casa de modas francesa trataba de dar salida así al ánimo con el que se defiende el papel de la moda como vía para la liberación del alma y la elevación del espíritu, precisamente frente a circunstancias de tamaña gravedad como las actuales. Un discurso que era precisamente el que sostenía Ralph Toledano, presidente de la Fédération de la Haute Couture et de la Mode francesa (FHCM), en un comunicado oficial emitido coincidiendo con el arranque de esta Semana de la Moda de París, y que a su vez se sitúa en la línea de los propios orígenes de la firma francesa, fundada por un Monsieur Christian Dior que se alzó en una de las principales figuras de la moda internacional, gracias a aquel “New Look” bautizado por Carmel Snow, editora en jefe de la revista de moda estadounidense Harper's Bazaar, con el que Dior marco el final de la moda de postguerra, abriéndola a un nuevo y colorido periodo construido a base de sus deslumbrantes faldas a modo de corolas, y cuerpos a modo de pistilos.

Hacia una nueva era postpandemia, marcada por la guerra en Ucrania

Guardando no pocos paralelismos con ese significativo momento en el que Dior pasó a marcar el nacimiento de una nueva era para la moda, periodo que se mantendría abierto hasta la aparición de un prêt-à-porter precisamente impulsado por el mismo Yves Saint Laurent que Christian Dior había designado como su sucesor al frente de la Maison, Maria Grazia Chiuri ha tratado de responder al curso de los acontecimientos y tomar ese mismo testigo, posicionando ahora a la casa de modas francesa nuevamente en sintonía con los tiempos que reinan, y enfrentándola al nacimiento de esta nueva era.

Un nuevo periodo postpandemia que llega ya marcado por el conflicto en Ucrania, que sigue manteniéndose a la espera de terminar de conformarse, y al que la diseñadora italiana ha tratado de comenzar a dar forma. Un fin para el que ha partido del propio legado de la casa francesa, para desde ahí hacerla evolucionar hacia unos nuevos tiempos en los que la mujer se encuentra ya plenamente liberada y se muestra con la fuerza necesaria como para reivindicar y defender su propia historia, en su mayor parte brutalmente obviada a lo largo de las décadas. Unos ánimos que, ya en la parte creativa y de diseño, Chiuri confía en que terminarán tomando forma mediante una reconstrucción de la silueta femenina cada vez más abiertamente genderless y “comfi”, mediante el uso de unas cada vez mayores nuevas tecnologías aplicadas a la industria de la confección.

Visibilizando el papel de la mujer a lo largo la historia

Como respuesta a esta serie de pulsiones creativas e imperantes en el ambiente, y siguiendo con la visión con la que la diseñadora italiana está tratando de dar forma a esta nueva era a la que ahora nos enfrentamos, Chiuri ha terminado conformando una completa colección femenina para la temporada Otoño/Invierno de 2022/2023, construida sobre una sobria paleta cromática a base de negros, grises y marrones, con acentos en rojos y ocres, que bien podemos situar bajo el título de “The Next Era”.

Además de responder con él al sentido que se respira a lo largo de toda la colección, el nombre es en sí el dado por la artista italiana Mariella Bettineschi a la instalación que ha creado para este desfile de la colección de otoño de Dior. Una ambientación en la que se ha recreado una galería de arte, con la singularidad de estar esta integrada por retratos venidos de los siglos XVI al XIX, protagonizados exclusivamente por mujeres. Unas recreaciones a gran escala que se han situado como telón de fondo para la presentación de las prendas de esta colección, en una acción con la que se ha tratado de reivindicar la presencia de la mujer a lo largo de la historia, defendiendo su lectura desde una nueva perspectiva que tenga en cuenta la presencia, silenciada, de la mujer.

Tradición, tejidos técnicos y prendas capaces de regular la temperatura del cuerpo

Sobre este marco, la diseñadora italiana presentaba una colección en la que la arquitectura de las prendas diseñadas por Christian Dior se desnuda y se utiliza para asentar la estética de este nuevo “new look”, formado a partir de una deconstrucción de las propias prendas.

Como resultado, nos encontraremos con una sucesión de piezas entre las que se destacan las diferentes nuevas reinterpretaciones de la icónica chaqueta “Bar” de Dior, mientras que prendas eminentemente femeninas, como las faldas, pasan a confeccionarse a partir de materiales propios del armario masculino, como la grisalla. Cuya naturaleza cambiante según el ángulo y la incidencia de la luz, ha llevado a Chiuri a profundizar en la experimentación de cortes y patrones, dando forma a prendas cuyos largos, plisados y hechuras cambian según desde donde las observemos. Todo ello mientras igualmente se embriaga de este nuevo gusto por lo híbrido que reina en nuestras sociedades actuales, para terminar por dar forma a una colección que navega entre la tradición del pasado, presente aquí mediante la presencia de bordados de inspiración floral y unos primorosos procesos artesanales de confección, y unos nuevos tiempos, representados en la colección mediante un mayor uso de nuevos materiales técnicos e impermeables.

Bebiendo del mismo cáliz por la irreverencia que condujo a Christian Dior a idear unas nuevas formas para la nueva moda de aquellos nuevos tiempos surgidos tras la Segunda Guerra Mundial, Chiuri completa su colección mediante una serie de prendas, especialmente sorprendentes, en la que se fusionan todos los conceptos que veníamos anunciando y sobre los que se sostiene el espíritu de la colección. Unas piezas entre las que encontraremos desde unos guantes venidos directamente del mundo del ciclismo; a una chaqueta Bar en la que se ha introducido un sistema capaz de regular la humedad y la temperatura del cuerpo, gracias a unas novedosas técnicas desarrolladas por la start-up italiana D-Air lab; o un llamativo vestido-mono futurista, entrecruzado por una serie de venas y de arterias luminiscentes que se encargan, en ese mismo sentido, de mantener el cuerpo a una temperatura constante.

“Esta colección busca expresar la complejidad de una moda que revisita la herencia recibida, para concebir las líneas maestras del mañana”, sintetizan desde Dior a través de un comunicado. “Un viaje” por el que se termina dando “forma a los artefactos de un nuevo mundo, de otro mundo, todavía por hacer y por inventar”.