Peter Cowgill abandona la presidencia ejecutiva de JD Sports

La multinacional minorista británica JD Sports, grupo especializado en el sector de la moda urbana y deportiva como matriz de un amplio portafolio de cadenas comerciales entre las que se incluyen algunas tan conocidas como JD, Sprinter o Sport Zone, comunicaba a finales de la pasada semana la salida de la compañía, con efectos inmediatos, de Peter Cowgill, presidente ejecutivo de la multinacional británica desde el pasado año de 2004.

Según se abrían a explicar desde el propio Grupo JD Sports a través de un comunicado oficial, emitido a última hora del pasado miércoles 25 de mayo, la salida de Cowgill se habría acordado como parte de los planes de la compañía por acelerar en la reestructuración de sus órganos de dirección, avanzando así en la separación de las responsabilidades de presidente y de director ejecutivo de la compañía. Funciones que hasta ahora venía ejerciendo de manera combinada Cowgill desde su cargo como presidente ejecutivo, reuniendo bajo su persona unos poderes máximos y prácticamente omnipotenciales con los que, si bien había venido logrando disparar el valor de JD Sports como gran multinacional minorista líder en el sector deportivo a escala global, ha terminado despertando no pocas reticencias entre los principales accionistas de la multinacional a lo largo de estos últimos años.

En este sentido, y de manera más concreta, hacemos referencia a la decisión en firme con la que la Autoridad de la Competencia y de los Mercados del Gobierno Británico daba por rechazado el acuerdo de adquisición por parte de JD Sports de la cadena británica Footsaylum, con multa mediante de unos 5 millones de euros, o las intenciones de Cowgill y de su equipo de dirección de realizar un “split” x5 sobre las acciones de JD Sport. Medida que se anunciaba a comienzos del pasado mes de octubre, pero que finalmente no terminaba de aprobarse, con el 100 por cien de los votos de los accionistas a favor, hasta el pasado 26 de noviembre de 2021. Momento en el que se daba luz verde a un “split” que pasaba a hacerse efectivo el pasado 30 de noviembre de 2021, pero que en consecuencia desde entonces ha llevado a una caída del valor de las acciones de JD Sports de un -47,61 por ciento, tras pasar de los 228 peniques por acción, unas 2,36 libras por título, a los que habrían sus títulos aquella sesión, hasta los 119,45 peniques, unas 1,24 libras por títulos, a los que cerraban la sesión del pasado viernes 27 de mayo. Una caída más acelerada del valor de las acciones de la compañía de la que muchos inversores estimaban, y que habría terminado por allanar la salida de la compañía de un Peter Cowgill que, según se encargaban de adelantar desde The Guardian, se habría resistido a los intentos de la junta de proceder a la separación de los cargos de presidente y director ejecutivo del Grupo.

En busca de nuevo CEO y de un nuevo presidente ejecutivo

Tras la fulminante salida de Cowgill, desde JD Sports igualmente han pasado a confirmar que la compañía sale en la búsqueda para la contratación de un nuevo presidente no ejecutivo, mientras sigue adelante con los trabajos que venía realizando para el nombramiento de un nuevo director ejecutivo que tomara las riendas en sustitución de Cowgill. Dos cargos ahora ya bien diferenciados, que de manera temporal pasarán a ejercer Helen Ashton, miembro no ejecutivo de la junta y actualmente presidenta del Comité de Auditoría y Riesgos de JD Sports, como presidenta no ejecutiva interina; y con Kath Smith, miembro no ejecutivo de la junta directiva y actualmente directora senior independiente, como nueva directora ejecutiva interina del Grupo JD Sports.

“La compañía se ha desarrollado con fuerza bajo la dirección de Peter hasta convertirse en una minorista multicanal líder a escala mundial, con una estrategia probada y un impulso claro”, entraba a valorar Helen Ashton, nueva presidenta interina de la multinacional británica, a lo largo de unas declaraciones hechas públicas por la propia minorista británica. “Sin embargo, a medida que nuestro negocio se ha vuelto más grande y complejo, lo que está claro es que nuestra infraestructura, gobierno y controles internos no se han llegado a desarrollar al mismo ritmo”, añadía, en lo que parecía una clara alusión a las infracciones denunciadas, y sancionadas, por parte de la Autoridad de la Competencia y de los Mercados del Gobierno Británico. Así pues, apostillaba Ashton, “a medida que capitalizamos las grandes oportunidades que se nos presentan por delante, la Junta se compromete a garantizar el que tengamos los más altos estándares de gobierno corporativo y los mecanismos de control apropiados de una empresa del FTSE-100 para garantizar el crecimiento futuro” de la compañía.