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La feria de moda sostenible Neonyt se centra en el consumidor final ¿qué supone esto para las marcas?

Por Weixin Zha

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Ferias
Neonyt. Imagen por FashionUnited.

La feria de moda sostenible Neonyt se centró por primera vez en el consumidor final durante su última edición. Muchas marcas nuevas y otras tantas ya conocidas han participado en esta cita que se ha celebrado paralelamente a la Semana de la Moda de Fráncfort del 24 al 26 de junio. La feria contó con más de 1.000 visitantes procedentes de Alemania, Francia, Reino Unido y Perú.

A primera vista, Neonyt sigue igual: el ambiente es animado, la atmósfera dinámica y hay cabida para el debate. En la planta superior del Union Halle, el antiguo recinto industrial escogido como telón de fondo para la feria, se instaló un "Prepeek lounge" en el que los influencers se han fotografiado con las prendas de las propuestas de las marcas de moda sostenible participantes, mientras que los expertos hablaban de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y del "greenwashing" en el sótano.

Familiar y a la vez diferente

Sin embargo, algo es diferente. La feria de moda respetuosa con el medio ambiente se llama ahora oficialmente Neonyt Lab. Todos los interesados han podido visitarla con una inscripción a través de la página web o en la misma puerta. En esta edición, las treinta marcas que han expuesto también vendían sus prendas directamente a los visitantes del evento. Todas las firmas fueron seleccionadas por Mirjam Smend, organizadora del evento de moda sostenible Greenstyle, con sede en Múnich.

Este enfoque en los consumidores finales no sólo es nuevo para Neonyt, sino toda una novedad en las ferias textiles de Messe Frankfurt. Schmidt ha dejado abierta la posibilidad de que el formato se mantenga así. Es posible que a finales de julio se tome una decisión al respecto.

Una cosa es indudable han pasado muchas cosas en este tiempo. Al principio, los planes eran grandes: las ferias de moda Premium y Neonyt se trasladaron a Fráncfort, y se puso en marcha la Semana de la Moda de Fráncfort, en la que, además de las últimas colecciones para la próxima temporada, se daría protagonismo a otras partes de la cadena de producción de prendas de vestir. Además, se celebrarían en la ciudad desfiles de moda y otros eventos.

Entrada al Union Halle de Fráncfort. Imagen por FashionUnited.

Las marcas sostenibles echan de menos a los compradores de moda

La feria de moda Premium se trasladó esta temporada de nuevo a Berlín. Neonyt, por su parte, está probando si puede convertirse en un evento para consumidores finales. No está claro cómo se llevará a cabo. Para algunas marcas de moda sostenible, concretamente aquellas que siguen un modelo business-to-business (b2b), es problemático que ya no haya eventos para el público profesional.

"La feria Neonyt no va a celebrarse, lo que obviamente es un gran problema para nosotros, como marcas de moda ecológica. Entonces, ¿a dónde debemos ir esta temporada?", dice Hermann Kohnen, director de la marca sostenible Lana. Dentro de dos semanas se dirigirá a la feria Premium de Berlín, donde expondrán un gran número de marcas sostenibles. Lana es una marca fundada en 1987 en la ciudad alemana de Aquisgrán. Kohnen tiene previsto exponer posteriormente en la "Sala Verde" de la feria de moda Gallery de Düsseldorf.

"Estamos dando un cambio radical y esperamos encontrar nuevos clientes en la primera temporada de ferias, que ahora se repite", dice Kohnen. Aunque la mayoría de los pedidos se realizan en la feria de textiles ecológicos Innatex, la marca consiguió la mayoría de sus nuevos clientes a través de Neonyt.

En el stand de Lana se pueden encontrar piezas de la colección SS22 con un pequeño descuento. "Vender cosas también nos permite recuperar parte de los costes que nos supone", afirma.

La marca Lanius, con sede en Colonia (Alemania), adopta un enfoque similar. Las muestras de su colección SS22 están ligeramente rebajadas, la marca ya vendió algunas piezas el viernes por la tarde y también habló con dos compradores, según compartió con FashionUnited Annabelle Homann, directora de operaciones de la marca.

"Creo que es una pena que Neonyt no haya decidido organizar un gran evento B2B en Berlín, porque se hubiera desarrollado increíblemente bien", dice Homann. La marca ha expuesto tanto en Neonyt como en Premium en el pasado, y recientemente sólo en Neonyt, precisamente por el "buen desarrollo" de la feria.

La última vez que Neonyt se organizó para el público profesional fue durante la Semana de la Moda de Berlín, en el recinto del antiguo aeropuerto de Tempelhof, junto a la feria de ropa Panorama, ahora en quiebra. Más de 210 marcas de moda sostenible de 22 países presentaron sus colecciones y atrajeron a minoristas de moda convencionales como Breuninger, CJ Schmidt y Amazon. "Era la combinación perfecta", dice Kohnen. Para el futuro, cree que "tiene que haber una conexión con otras ferias, si no, no vendrá nadie". Además, dice que es difícil imaginar que los compradores vayan a Fráncfort después de las ferias de Berlín.

Nueva marca de moda Make Somebody Happy. Imagen por FashionUnited.

Muchos recién llegados

El viernes por la tarde, además de los consumidores finales y el público especializado, también hubo algunos compradores en el Union Halle. Una de ellas fue Christiane Sami, propietaria de la tienda Emma 2.0 de Bad Hölz. Sami creó su tienda el año pasado y busca marcas que se tomen en serio la sostenibilidad. "Estaba de paso, pero he venido aquí porque estoy segura de que se trata de un verdadero evento de sostenibilidad en el sector", dice Sami. Encontró dos marcas interesantes, pero cree que el evento es un poco pequeño en general.

"Es un poco pequeño", coincide Christine Richter. Ella es una de las tres hermanas que crearon la marca "Make Somebody Happy" el pasado otoño, y está en Neonyt por primera vez. Hasta el viernes por la tarde, sólo había conseguido cinco ventas y había hablado con dos compradores. Aún así, para esta joven marca es importante mostrarse aquí y hacer contactos, dice la fundadora.

Para Helena Harfst, propietaria de la marca homónima, el principal motivo para venir era la apertura de Neonyt a los consumidores finales. "No busco un intermediario, lo hago todo yo misma", dice. Harfst vende sus colecciones, confeccionadas por una costurera en el pueblo alemán de Hüttenberg, hasta ahora sólo por Internet. Todavía le cuesta un poco la idea de colaborar con minoristas de moda: tendría que subir sus precios para que los márgenes fueran acordes.

Harfst está en el Union Halle de Fráncfort porque ha recibido consultas de clientes que quieren ver sus diseños inspirados en el folclore en la vida real. "Es bueno entablar conversación y recibir comentarios".

Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.DE, y posteriormente traducido al español y editado por Alicia Reyes Sarmiento.

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