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Un largo camino por recorrer le queda al algodón orgánico en Latinoamérica

Por Christin Parcerisa

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Empresas|EN PROFUNDIDAD

CDMX - Cada vez más marcas globales, como H&M, Inditex o Nike, presumen la creación de líneas creadas con algodón orgánico. Sin embargo aún queda un gran camino por recorrer, desde aumentar la demanda de este textil en la industria, hasta la producción del mismo en más países, o incluso aumentar el conocimiento de parte del consumidor para que prefiera prendas de producción sostenible.

El concepto de algodón orgánico se refiere a las producciones que se rigen bajo un modelo de cultivo orgánico que consiste en la protección de la tierra para evitar que ésta se erosione, que se mantenga fértil y que se evite el uso de químicos que dañen tanto la tierra como la fauna. Entre los cuidados que se requieren para asegurar un cultivo responsable que se auto-estabilice se incluye la rotación de cosechas, la fertilización con abono de desecho animal, la manipulación de la maleza a mano y el control de insectos con bio-pesticidas. Además, está prohibida la modificación genética de las semillas. Adicional a esto, se busca que el sistema de producción minimice el impacto de terceros para que las granjas puedan utilizar sus propios recursos, que se reduzca la contaminación y que se fomente un comercio justo.

Este tipo de cultivo sigue la filosofía de que es más importante la protección de la tierra, de la biodiversidad, de los ciclos naturales y de la gente que trabaja las cosechas, que la producción masiva. Para que el algodón pueda considerarse orgánico debe de ser producido bajo estos estándares de agricultura y recibir una certificación por algún órgano regulador, como el IFOAM (Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica). Estas instituciones nacieron de la necesidad de controlar el abuso de pesticidas y el aumento de las deudas de las granjas por asegurar precios bajos. Desde hace poco más de treinta años ha comenzado a crecer el número de organizaciones que se dedican a proteger y promover este tipo de cultivo de manera que haya más oferta de algodón orgánico y de textiles creados a partir del mismo. De acuerdo con el IFOAM, hace cinco años la producción de algodón orgánico comenzó a crecer, pero aún así sólo representaba el 0.1% de la producción total global.

El reporte anual de algodón orgánico de Textile Exchange indica que en la actualidad existen 302,562 hectáreas de tierra certificada y 219,947 granjeros que se dedican a este tipo de fibra. 18 países en el mundo producen algodón orgánico y el 97 por ciento de la producción se concentra en sólo siete países del hemisferio oriente, en particular India produce el 56 por ciento y China el 14 por ciento.

A pesar de tener una importante historia en producción de algodón, ningún país de América Latina se ubica dentro del top 7 de los países productores. No obstante, las oportunidades de crecimiento en esta industria son muchas debido a la diversidad de ecosistemas y de mercados que se combinan en la región. Recientemente algunos países comienzan a voltear a ver estas oportunidades, como Brasil y Perú principalmente, seguidos de Argentina, Nicaragua, Colombia y México. En la actualidad existen 11 programas de Textile Exchange en estos países para promover el cultivo de esta fibra, ya que la región sólo aporta el 0.39 por ciento de la producción global.

Tierra de oportunidades

Como productor de textiles de algodón para hamacas de alta gama, Alexander Grisar buscó obtener algodón orgánico en América Latina, cuando se dio cuenta de la poca oferta que había en la región. Es así como decidió fundar SOCiLA en 2008, una organización dedicada a promover la producción de esta fibra en la región y revertir la tendencia. Hasta el momento SOCiLA ha realizado una fuerte labor de investigación y de impulso para que más granjas se conviertan a algodón orgánico y las bondades de esta zona, altamente favorable para el algodón, se aprovechen de la mejor manera posible.

Dentro de los estudios de SOCiLA se indica que en los últimos 20 años la producción de algodón orgánico aumentó de 7,482 toneladas a 140,000 toneladas al año, pero la producción de América Latina sólo subió de 1,046 a 1,233. Sin embargo, no existen razones de peso por las que la producción regional no haya crecido tanto como la global.

En entrevista con FashionUnited, Alexander Grisar, fundador de SOCiLA, explica que no hay una simple respuesta ante las razones que han alentado la producción en la región. “En lo personal, considero que las subsidiarias americanas de sus propios cultivos de algodón podrían ser un factor decisivo. Sólo Brasil peleó contra estas subsidiarias al poner el caso ante la Organización Mundial de Comercio (WTO) y el sector de cultivo de Brasil es uno de los más exitosos en LATAM hoy en día”, expresa Grisar.

No obstante, ante una creciente demanda de este tipo de textiles resulta imposible no comenzar a aumentar su producción. Se estima que el consumo de productos realizados por algodón orgánico ha crecido globalmente casi un 70 por ciento, alcanzando así cerca de 16 mil millones de dólares (Textile Exchange). Al respecto, Grisar explica que: “estos días las demanda de prendas de algodón orgánico ha aumentado principalmente en Estados Unidos y en Europa y esto ha presentado un consenso de que en pocos años va a comenzar a haber una importante escases de oferta de algodón orgánico”.

Es por ello que organizaciones como SOCiLA buscan promover que países emergentes apuesten por este tipo de fibras. El emprendedor considera que existen muchas oportunidades para América Latina en esta industria porque muchos de los países de la región han sido productores y exportadores de algodón regular por muchas décadas, con industrias textiles y de vestido bien establecidas y un aumento en diseñadores de renombre que buscan este tipo de productos. Además, acentúa en entrevista que la ventaja de la cercanía con Estados Unidos, uno de los mercados de mayor demanda, aceleraría la exportación de este producto en especial para las firmas de fast fashion y disminuiría los costos; una oportunidad particularmente atractiva para México.

El experto destaca que Perú es el país que mejor ha sabido aprovechar las oportunidades que el algodón orgánico tiene para ofrecer. La producción de esta fibra en el país comenzó a inicios de los noventas e incluso en 1994 representaba el 17.6 por ciento de la producción global. Aunque esta cifra ha disminuido, Perú se mantiene como el líder de la región, con cultivos regados por agua de lluvia, granjas pequeñas que utilizan distintas variedades de semillas, y cooperación entre granjeros a través de programas de desarrollo.

Dentro de los retos a vencer, la organización sin fines de lucro acentúa que en El Salvador hay más de 100,000 hectáreas de tierra fértil que en los setentas se utilizaba para el cultivo de algodón y ahora no se utilizan; en México los campos dedicados a sembrar algodón han disminuido de 500,000 a 100,000 hectáreas; en Colombia también han bajado de 300,000 a 30,000; y en Nicaragua de 200,000 a 2,000. Muchos de los países de la región solían tener una industria textil muy fuerte que se comenzó a perder con el paso del tiempo. Sin embargo, la gran demanda de algodón orgánico representa un segundo aire para estos destinos, con más granjas que día con día se comienzan a sumar a la tendencia de cultivo sostenible.

Photos: Tintex Textiles, Naturally Clean Collection

Algodón Organico
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Textile Exchange