LVMH se hace con el control de la curtiduría española Riba Gauxià

Madrid – Cerca de una década después de entrar en su capital social, el holding multinacional francés especializado en la industria del lujo LVMH se ha hecho con el control de la curtiduría catalana Riba Gauxià. Empresa familiar especializada en la producción de cuero para los sectores de la confección, el calzado, la marroquinería y la guantería, de la que ha entrado a contar con una participación mayoritaria tras haber aumentado su participación dentro de la empresa tomando hasta el 80 por ciento de sus participaciones sociales.

Fundada en el año 1932 por Joan Riba Guixà, miembro ya por entonces de una saga de curtidores originaria de la localidad barcelonesa de Igualada, a partir de los años 60 la compañía empezó a especializarse en el trabajo con pieles de cordero entrefino español, para la industria de la confección. Una especialización que la permitió diversificar sus líneas de negocio más allá del curtido de pieles para la guantería, un producto que en ningún caso terminaron por dejar de lado, desde su fundación y hasta el mismo día de hoy. Sobre estos antecedentes, Francisco Riba Godó, representante de la tercera generación al frente de la empresa, salió a tratar de dotar de un nuevo estímulo a las operaciones de la curtiduría familiar, arrancando con la internacionalización y con la comercialización tanto de pieles acabadas como a medio proceso, fuera de las fronteras españolas. Unos esfuerzos que llevaron a Riba Gauxià a comenzar a adquirir un justo reconocimiento dentro del sector, a nivel internacional.

Siguiendo con la trayectoria de la curtiduría como empresa familiar, a mediados de los años 80 pasaron ya a incorporarse a sus filas los miembros de la cuarta generación de curtidores Riba, formada por los hermanos Joan, Francesc y Carles. Herederos de la compañía familiar y quienes trataron de impulsar la profesionalización de sus órganos de dirección incorporando, a finales de los años 90, a Luis Balsells al equipo directivo de la curtiduría. Empresa de la que en el año 2015 LVMH adquiría un 20 por ciento de su capital, a través de su nueva división Métiers d’ Art, fundada en el año 2015 con la clara intención de proteger “la excelencia artesanal” vinculada a la industria de la moda y de la confección, y que se mantiene como un elemento vertebral dentro del modelo de negocio del grupo LVMH. Una intención que desde entonces y hasta el día de hoy han llevado a Métiers d’Art a adquirir toda clase distinta de proyectos vinculados a la artesanía y a la producción de materias primas vinculadas a la cadena de valor de LVMH; adquisiciones de entre las que se destacaba la compra, el pasado mes de septiembre, de la curtiduría valenciana Verdeveleno, adquisición que ahora completan con la toma de un mayor porcentaje dentro de Riba Gauxià. Empresa sobre la que LVMH ha tomado el control, tras pasar a controlar, a través de Métiers d’ Art, el 80 por ciento de su capital social.

Una adquisición estratégica

Siguiendo con el carácter sobre el que Métiers d’Art sostiene y lleva a cabo sus operaciones, la adquisición mayoritaria por parte de LVMH de Riba Gauxià ha sido catalogada como “estratégica” por parte de la multinacional francesa del lujo, tanto y cuanto vuelve a suponer un nuevo fortalecimiento sobre su cadena de valor. Un complejo ecosistema supeditado a las “sobretensiones” a las que de manera tradicional deben hacer frente todos aquellos pequeños talleres que sustentan sus operaciones sobre los valores de lo artesanal y de la calidad, frente a una industria en la que siguen dominando lo efímero, lo rápido y lo industrial como palancas para el crecimiento y para una mayor rentabilidad.

Con esta adquisición de una participación mayoritaria en Riba Gauxià, por un importe que no ha trascendido, LVMH Métiers d’Art consolida “una asociación estratégica con Riba”, desde la que, defiende Jean-Baptiste Vosin, director del área de estrategias de LVMH, en declaraciones recogidas por el medio económico Expansión, “contribuimos a respaldar y a añadir valor a ese ‘saber hacer’ único e irremplazable que encarna esta excelencia española, garantizando que su legado y su maestría sigan prosperando dentro de la industria global del lujo”.

Siguiendo con esa interpretación, la toma del control sobre el capital de la curtiduría española supone una “decisión estratégica” que “está perfectamente alineada” con los propósitos de LVMH, añadía por su parte Matteo de Rosa, director ejecutivo de LVMH Métiers d’Art. Y es que la toma del 80 por ciento de su capital social, “no solo permite continuar elevando el estándar cualitativo de los artículos de piel de cordero, sino también promover una visión sostenible e innovadora de la producción, garantizando que el patrimonio y la maestría de estas habilidades tradicionales se perpetúan” y preservan “para las futuras generaciones”.