Luz verde a un nuevo Acuerdo de Bangladesh: internacional, vinculante y hasta 2023
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Las principales organizaciones sociales sin ánimo de lucro, sindicatos y empresas que impulsaron la firma del original Acuerdo de Bangladesh en 2013, respuesta al trágico derrumbe de la fábrica Rana Plaza de Dhaka, han logrado finalmente superar las diferencias que mostraban en sus demandas, y han establecido las bases de un nuevo acuerdo, ahora bajo el nombre de “International Accord for Health and Safety in the Textile and Garment Industry” (Acuerdo internacional para la salud y la seguridad en la industria textil y de la confección). Un documento que entrará en vigor el próximo 1 de septiembre de 2021, y que como principal novedad frente al acuerdo original, está en que las partes se comprometen a impulsar activamente su aplicación en el ámbito internacional y más allá de las fronteras de Bangladesh, a las que se ceñía el pacto original.
A través de un comunicado oficial, las organizaciones no gubernamentales (ONG) firmantes del Acuerdo de Bangladesh, entre las que se encuentran la Clean Clothes Campaign, el Worker Rights Consortium, la Maquila Solidarity Network y el Global Labor Justice-International Labor Rights Forum, no han dudado en entrar a celebrar la firma de este nuevo acuerdo, con el que se buscará alcanzar los mismos resultados de éxito, para la calidad del empleo y la seguridad de los trabajadores, que se lograron con el acuerdo original. Un nuevo documento al que invitan a sumarse a todas aquellas marcas de moda que busquen demostrar que verdaderamente valoran “la vida de los trabajadores que cosen su ropa”, frente al comportamiento de esas otras empresas y Grupos que continuarán situándose al margen de esta iniciativa, eligiendo “conscientemente arriesgar la vida de los trabajadores en las fábricas que contratan”. Una postura “temeraria” que “debe terminar”.
“Este acuerdo dará inicio a la tan esperada expansión de este modelo que legalmente responsabiliza a las marcas en otros países, en los que las vidas de los trabajadores continúan en peligro”, no ha dudado en señalar Ineke Zeldenrust, coordinadora internacional de la organización Clean Clothes Campaign, a través del mencionado comunicado. “En muchos de estos países, los sindicados y las organizaciones de los derechos de los trabajadores llevan años rogando por una acción eficaz en el terreno de la seguridad en el puesto de trabajo”, y por ello “estamos felices de que este acuerdo se convierta ahora en verdaderamente internacional, y esperamos que pronto comience a expandirse a otros países, en los que lo demandan y lo necesitan con urgencia”.
“Los trabajadores de la confección de Bangladesh solían morir por docenas y a cientos haciendo camisetas y suéteres para las principales marcas de moda del mundo”, apunta por su parte Scott Nova, director ejecutivo del Worker Rights Consortium. “El Acuerdo logró poner fin a ese horror”, y “siempre que lo firmen suficientes marcas, este nuevo acuerdo garantizará que aquello nunca más vuelva a suceder”.
Acuerdo vinculante hasta 2023
Una vez asentadas así pues las besas del acuerdo, cuya vigencia se ha establecido hasta el próximo 31 de octubre de 2023, los esfuerzos de sus impulsores pasan por asegurar que todas las marcas que obtienen sus prendas con origen en países de alto riesgo, tanto en el sur de Asia como en otras regiones del mundo, firmen este nuevo Acuerdo internacional para la seguridad en la industria textil y de la confección.
Una acción que de no llevar a cabo, sería mal recibida por parte de sus propios consumidores y clientes, cada vez más concienciados sobre la necesidad de contar con una industria de la confección ética y ambientalmente comprometida. Y eso sin entrar en las consecuencias a las que podrían quedar igualmente expuestas, en base a la legislación de diligencia debida de las empresas que contempla la actual normativa francesa, a la que le seguirán una próxima legislación, en su mismo sentido, desde Alemania, y todo ello a la espera de la aprobación de la futura normativa europea.
Con el objetivo de garantizar los derechos humanos de los trabajadores de la confección, a lo largo de toda la cadena de valor
Al margen de estas consideraciones, los principales puntos del nuevo Acuerdo pasan, primero, por garantizar y renovar los mismos aspectos esenciales que se incluían en el Acuerdo original. Unas bases a las que ahora se han añadido nuevos compromisos, ya con la vista puesta en poder expandir la responsabilidad de las empresas sobre las fábricas y los proveedores de los que se valen en otros países.
De este modo, al igual que en el Acuerdo de Bangladesh original, el nuevo Acuerdo será vinculante legalmente, y fomentará y garantizará el respeto de libre asociación, su aplicación a partir de medios independiente, un alto nivel de transparencia, la seguridad contra incendios en las fábricas y edificios, provisiones de fondos para garantizar que sus soluciones son financieramente viables, y fomentará el desarrollo de programas de formación y capacitación, así como un mecanismo independiente y seguro para la presentación de quejas y reclamaciones.
Mientras tanto, como nuevos puntos que se han introducido como consecuencia de las negociaciones para el nuevo Acuerdo, los firmantes se comprometen a enfocarse al desarrollo de programas de salud y de seguridad laboral en Bangladesh, así como a la construcción de una nueva industria más ética y comprometida, mediante el cumplimiento y la conformidad de los términos del Acuerdo. Pacto con el que igualmente se comprometen a ampliar el alcance de aplicación de sus términos, y a implementar las medidas necesarias para adoptar la correcta diligencia debida en materia de derechos humanos, a lo largo de toda su cadena de valor. Incluyéndose también entre los puntos del nuevo acuerdo, un proceso de arbitraje simplificado con el que se buscará agilizar el correcto cumplimiento de sus términos.
“Ocho años después de la puesta en marca del Acuerdo original, con el nuevo Acuerdo Internacional se da el importante, y postergado, paso para expandir su cobertura más allá de Bangladesh”, explican las ONG encargadas de actuar como testigos de la firma del Acuerdo. “Este modelo, que ha salvado innumerables vidas en Bangladesh, ahora también se ampliará a otros países en los que la vida de los trabajadores sigue poniéndose en peligro a diarios”. Por eso, “es vital que este proceso se lleve a cabo de forma rápida y sin reservas, en beneficio de unos trabajadores del textil y de la confección que llevan años pidiendo mejorar de las medidas de seguridad”.