Sindicatos y multinacionales pactan una prórroga de 3 meses del Acuerdo de Bangladesh: ¿Intenta la industria desvincularse de sus compromisos éticos?
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Madrid – Las principales federaciones sindicales internacionales, representadas por las federaciones UNI Global Union e IndustriALL Global Union, y los principales Grupos y marcas internacionales de la industria de la moda y del textil, han alcanzado finalmente un acuerdo para prorrogar las bases del Acuerdo de Transición de Bangladesh. Un documento, legalmente vinculante, que obliga a las empresas firmantes a responsabilizarse de las medidas de seguridad en los centros que conforman su cadena de suministros en el país asiático, cuyas condiciones las partes se han comprometido a mantener por un nuevo periodo de 3 meses, logrando sortear de este modo la fecha de expiración del acuerdo, marcada para el pasado 31 de mayo de 2021, y aguardando a la espera de poder encauzar las negociaciones que finalmente alumbren un nuevo Acuerdo para la seguridad de las fábricas textiles en Bangladesh.
El principio de acuerdo, provisional, para la prórroga de los términos del Acuerdo de Transición se alcanzaba antes de finales del pasado mes de mayo, y por tanto en una fecha previa a la del vencimiento del pacto. Quedando no obstante la garantía de la prórroga supeditada a la firma individual, que ya han procedido a realizar, de cada una de las marcas y Grupos vinculados a este pacto con la seguridad de las fábricas textiles y de los trabajadores de la confección de Bangladesh.
“Damos la bienvenida a esta prórroga, que nos permitirá tener más tiempo para negociar un nuevo mecanismo de supervisión que suceda al Acuerdo”, se encargaba de apuntar Christy Hoffman, secretaria general de la federación sindical UNI Global, a través de un comunicado emitido de manera conjunta con IndustriALL. “Debemos implementar los mecanismos para garantizar el éxito y la credibilidad del Consejo de Sostenibilidad de la Confección Textil (RSC)”, el organismo tripartito formado por marcas, propietarios de las fábricas y los sindicatos internacionales y locales de Bangladesh encargado de supervisar el cumplimiento de los términos del acuerdo, “así como un lugar de trabajo seguro para millones de trabajadores”.
“El acuerdo ha jugado un papel significativo en la prevención de los accidentes mortales desde su creación en 2013, y ese trabajo debe de continuar”, añadía por su parte Valter Sanches, secretario general de IndstriALL. Por ello, “esta prórroga de tres meses es un compromiso muy importante”.
La extensión a terceros países, principal escollo de las negociaciones
Firmado durante el pasado año de 2018, este Acuerdo de Transición, al que ahora se le ha dado un pequeño insuflo de vida con esta breve prórroga de 3 meses, venía a tomar el testigo del Acuerdo al que llegaban en el año 2013, como respuesta al trágico derrumbe de la fábrica Rana Plaza de Dhaka que se saldaba con 1.134 fallecidos, los sindicatos UNI Global Union e IndustriALL Global Union y un total de 222 de las principales firmas de la moda internacional. Que de este modo se comprometían, mediante un acuerdo legalmente vinculante, a garantizar y contribuir a la mejora de la seguridad estructural y contra incendios de las fábricas textiles de Bangladesh que formaban parte de sus respectivas cadenas de suministros. Significándose de este modo el acuerdo como el primero que legalmente establecía una responsabilidad de los Grupos industriales hacia las fábricas en las que se producen sus artículos, todo con el fin de evitar que llegaran a repetirse sucesos tan trágicos como el acontecido aquel 23 de abril de 2013.
Tras la firma así pues de aquel primer pacto en 2013, se procedían a asentar unas bases, mucho más ambiciosas, con la firma del nuevo Acuerdo de 2018. Cuyos términos se buscan trasladar, y continuar ensanchando, ahora con la firma de un nuevo acuerdo que permita dar continuidad a la responsabilidad legal de las marcas hacia su cadena de suministros. Una opción ante la que Grupos como Asos, Tchibo, Zeeman, Kik o G-Star ya habrían mostrado su firme compromiso, mientras que otras compañías del sector textil y de la confección se estarían mostrando mucho más reticentes y esquivas. Una postura esta última que observan con preocupación desde organizaciones a favor de los derechos laborales y de la justicia social, y cuyo principal inconveniente estaría en las pretensiones de incluir como nuevo punto del nuevo acuerdo la garantía de extrapolarlo al resto de países del mundo. Una medida que por un lado garantizaría el que con su firma no se termine perjudicando a la propia industria textil del paupérrimo Bangladesh, al tiempo que por el otro se asegurarían unas condiciones mínimas de buena calidad y de seguridad en los ambientes de trabajo, favoreciendo así el que no se repitan episodios como el del Rana Plaza o los vividos, recientemente, en países como Pakistan o Marruecos, donde el pasado mes de febrero fallecían cerca de 25 trabajadores de un taller textil clandestino de Tánger.
Ante el riesgo de volver a unas prácticas de “autocontrol” sin responsabilidades legales
La prórroga constituye así pues un breve “respiro”, pero “la lucha no ha terminado”, enfatizan desde la alianza a favor de una industria textil y de la moda más ética y comprometida Clean Clothes Campaign (CCC). De este modo, el nuevo plazo permitirá disponer de “más tiempo para concluir las negociaciones sobre un nuevo acuerdo de seguridad vinculante”. Un pacto de urgente necesidad, puesto que “sin dicho acuerdo”, destaca la asociación, “los compromisos de las marcas de ropa y de las fábricas en materia de seguridad, dejarán de ser vinculantes y carecerán de supervisión sindical, dejando los trabajos por hacer las fábricas más seguros en únicamente un ejercicio de autocontrol” de los propietarios y de las marcas. Las mismas, subrayan, “que no lograron evitar el colapso del edificio Rana Plaza”.
De este modo, “la prórroga nos es más que un respiro que logra mantener el status quo”, manteniéndose el quid de la cuestión en si “las marcas firmantes del Acuerdo aceptarán sellar un nuevo pacto de seguridad en Bangladesh que pueda seguir exigiéndoles responsabilidades de manera individual a cada marca”, en si aceptarán “mantener una secretaría independiente que supervise su cumplimiento” o en si aceptarán que sus términos “se expandan a otros países”.
“El Consejo de Sostenibilidad de la Confección Textil (RSC), encargado de implementar las medidas de seguridad laboral en Bangladesh, no tiene el poder para responsabilizar a las marcas y a los retailers de sus promesas”, añade a este respecto Kalpona Akter, activista y presidenta de la Bangladesh Garment and Industrial Workers Federation y fundadora del Bangladesh Centre for Worker Solidarity. “Solo un acuerdo internacional legalmente vinculante garantizará que las marcas puedan rendir cuentas ante los tribunales por sus promesas de hacer que las fábricas sean más seguras”. “Puesto que son las marcas las que tienen el poder en la cadena de suministros, nuestros esfuerzos en Bangladesh por avanzar en la seguridad de los lugares de trabajo solo pueden tener éxito si se puede obligar a que las marcas cumplan con su palabra”.
¿Está la industria intentando desvincularse de sus compromisos en materia de seguridad laboral?
Como desde la misma CCC se encargan de explicar, esta nueva prórroga llega después de que la mayoría de las marcas firmantes del Acuerdo renunciaran a cumplir su compromiso por sellar un nuevo acuerdo vinculante en el que se incluyera ese polémico punto que permitiría la extensión de los términos del Acuerdo a terceros países. Unas negociaciones que, añaden, continuaron retrasándose con motivo de la pandemia, y que los representantes de las compañías y de los Grupos internacionales habrían retomado ofreciendo una versión diluida de sus obligaciones.
“Afortunadamente, estas marcas no representan a todos los miembros del Acuerdo”, destacan desde CCC. Ya que existe también un “numeroso número de compañías que se están acercando a los sindicatos o que están emitiendo declaraciones públicas oficiales en las que indican que apoyarán un nuevo Acuerdo en el que se incluyan los principales puntos propuestos por las organizaciones sindicales”. Entre ellas encontraríamos, como ya adelantábamos, a Grupos como “Asos, Tchibo, Zeeman, Kik y G-Star”, empresas a las que habrá que esperar a “los próximos meses” para ver “si otros firmantes” también están “dispuestos a seguir responsabilizándose”, como ellas, “de sus compromisos”, o en su lugar se muestran más abiertos a “querer volver a las prácticas anteriores al Rana Plaza”.