Los directores creativos de Trussardi (también) abandonan la firma
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Madrid – La casa italiana de moda lujo Trussardi, propiedad de la empresa de gestión de activos QuattroR desde febrero de 2019 y especializada en artículos de cuero, prêt-à-porter, perfumes y accesorios, se ha quedado sin directores creativos pocos después de que su consejo de administración y su director general, Sebastian Suhl, anunciasen su marcha a principios de este mes, dando que hablar sobre lo que deparará el futuro para la empresa.
El origen de la decisión tomada por el dúo creativo formado por Serhat Işık, alemán de primera generación de ascendencia turca, y Benjamin A. Huseby, noruego de ascendencia noruego-pakistaní, que ha dejado a la marca sin equipo de diseño con su partida, no se ha hecho pública hasta el momento, pero todo apunta a una reacción en cadena como respuesta a una mala racha de la que la firma no consigue terminar de salir.
Işık y Huseby, fundadores de la marca con sede en Berlín GmbH, fueron nombrados en 2021, de cara a la temporada Otoño/Invierno de 2022, por lo que su mandato fue uno de los más cortos de los últimos años, con solo tres temporadas.
¿Qué está pasando?
Trussardi ha visto disminuir sus ingresos en los últimos años, y es que, a pesar de los esfuerzos de sus creativos, la marca no ha conseguido captar el interés de los consumidores en un contexto marcado por la pandemia de 2020 que ha potenciado nuevas formas de consumo que la empresa no ha potenciado.
Aunque los fundadores de GmbH fueron responsables de un breve resurgimiento, la empresa ha demostrado necesitar una estrategia a más largo plazo para actualizar su imagen de marca, asociada a estilos más clásicos y formales que no atraen necesariamente a un cliente más joven.
Y es que la marca se ha centrado principalmente en su mercado nacional, Italia, dejando pasar oportunidades internacionales que requerirían invertir en sus redes de distribución y desarrollar una sólida estrategia digital para su propio comercio electrónico y sus redes sociales.
Además han estado desarrollando su actividad mientras trataban de hacer frente a las deudas y construir una base segura bajo los nuevos propietarios QuattroR—empresa italiana de gestión de activos adquirió una participación del 60 por ciento en 2019—, casi al mismo tiempo.
Prescindir del desfile para su última presentación, los problemas de producción y distribución y la reducción del presupuesto para actividades de marketing se sumaron a una situación ya precaria que parece haber convertido a Trussardi en un barco a la deriva del que su tripulación está tratando de escapar a toda costa.