Gap se mantiene en pérdidas y cae en ventas por debajo de sus niveles prepandemia
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Nuevo y último complicado trimestre el que ha vuelto a firmar la multinacional estadounidense de la moda Gap, compañía que se destaca como uno de los principales Grupos del sector a escala global, desde su posición de compañía matriz de cadenas y firmas como Gap, Old Navy, Banana Republic y de la firma deportiva Athleta, desde donde acaban de dar a conocer sus resultados concernientes al segundo trimestre de su actual ejercicio fiscal de 2022. Periodo de tres meses finalizado el pasado 30 de julio de 2022, que la compañía llegó a cerrar nuevamente en pérdidas, golpeada por una inflación que está ya afectando a su potencial comunidad de clientes, en lo que igualmente se ha terminado reflejando en una caída de las ventas y sobre un inventario que la multinacional mantiene inflado en un +37 por ciento por encima del volumen que mantenía hace un año.
Entrando ya a detallar las cuentas de la multinacional, el Grupo Gap ha informado de un segundo trimestre que la compañía ha completado con unas ventas netas totales por valor de 3.857 millones de dólares. Una cifra un -8,41 por ciento inferior a los 4.211 millones de dólares que llegaba a facturar durante los mismos tres meses de 2021, superior en un +17,7 por ciento con respecto a los 3.275 millones del mismo periodo de 2020, e ingresos que se mantienen igualmente un -3,7 por ciento por detrás de los 4.005 millones de dólares del de 2019; último ejercicio que llegó a completarse al margen de los efectos de la pandemia.
Como respuesta a esta caída de sus niveles de facturación, que vuelve a situarse por debajo de los registros que obtenía previamente a la irrupción del Covid-19, a la pérdida de conexión con su comunidad de clientes de la que ya hablan distintos analistas, y de las presiones inflacionistas que están afectando tanto a sus propias operaciones como a los hábitos de compra de los consumidores estadounidenses de clase media que se sitúan como el público objetivo de sus distintas marcas, el Grupo Gap ha informado de unas nuevas pérdidas trimestrales por valor de -49 millones de dólares. Cifra que se suma a las pérdidas por valor de -162 millones de dólares en las que incurría durante su anterior primer trimestre de ejercicio, y que mantienen a la multinacional muy alejada del beneficio neto por 258 millones que registraba durante el mismo periodo de 2021, en una situación algo mejor que frente a las pérdidas de -62 millones en las que incurría durante el segundo trimestre de 2020, e igualmente muy distante del beneficio neto de 168 millones de dólares que lograba reunir al cierre del mismo periodo de 2019.
“Este resulta un momento crucial” para la empresa, y para el que “mientras buscamos a un nuevo líder, asumo el cargo de presidente y director ejecutivo interino de Gap con un profundo compromiso por el éxito de la empresa e impaciencia por los cambios” que se avecinan, entraba a destacar Bob Martin, actual presidente y director ejecutivo de Gap, tras la fulminante salida de Sonia Syngal de la posición de CEO anunciada el pasado 11 de julio de 2022, a lo largo de unas declaraciones difundidas por la propia multinacional estadounidense. “Estamos adoptando medidas para optimizar nuestra rentabilidad y el flujo de caja en el corto plazo, a reducir los costes operativos y también el volumen improductivo de nuestro inventario”. Unas factores que se sitúan como un serio lastre para el futuro más inmediato de la multinacional textil, y sobre los que Martin añadía que “si bien nuestro elevado inventario y las presiones sobre los márgenes son unas realidades que se están dando como consecuencia de las condiciones inestables del mercado, no definen”, defiende, “nuestra capacidad para capitalizar las fortalezas de Gap para vencer” a esta serie de alteraciones.
Caída de las ventas en Gap y en Old Navy y el estancamiento de Athleta
Profundizando en el comportamiento experimentado por las distintas marcas del Grupo a lo largo de estos últimos tres meses, en el lado negativo de la balanza se situarían las marcas Old Navy, que pese a mantenerse como la principal marca del grupo con un volumen de facturación de 2.100 millones de dólares ha visto caer sus ventas en un -13 por ciento por una mala gestión en tallas, surtido e inventario, así como por la caída de la demanda derivada de las presiones inflacionistas; y Gap. Marca que por su parte, y manteniéndose como la segunda principal cadena del Grupo, ha visto caer sus ventas en un -10 por ciento, hasta los 881 millones de dólares.
Frente a la pérdida de confianza y de atractivo que, a la vista de los datos, se estaría produciendo en relación con las principales e históricas marcas de la multinacional textil, son relativamente positivas las buenas noticias que la compañía ha obtenido de sus marcas secundarias. Con una Banana Republic, su firma más premium, que ha elevado sus ventas un +9 por ciento hasta los 539 millones de dólares, y con una Athleta que logra aumentarlas, en apenas un +1 por ciento, hasta los 344 millones de dólares. Una ralentización de su crecimiento que desde la compañía justifican en el cambio en las tendencias de los consumidores hacia otras categorías más alejadas del “athleisure” a medida que se vuelve a la normalidad tras el impacto de la pandemia, así como de una baja aceptación de las últimas colecciones de la cadena.
Teniendo en cuenta estos balances, desde el Grupo Gap siguen confiando en su hoja de ruta, y confirman sus intenciones para seguir adelante en la reestructuración de su red comercial para este actual ejercicio. Un año para el que siguen contemplando la apertura de entre 30 y 40 tiendas de Athleta y de otras 20 o 30 tiendas de Old Navy, establecimientos que llegarán para compensar los cerca de 50 cierres de tiendas de Gap y de Banana Republic que llevarán a cabo, solo en la región de América del Norte, durante este año, como parte de su plan para el cierre de 350 puntos de venta.
Lucha contra la inflación y el elevado volumen de inventario
De cara a lo que resta de año, y siguiendo con lo que han venido practicando el resto de las grandes compañías del sector, en respuesta a las actuales incertidumbres y a los efectos de la inflación y de la pérdida de confianza de los consumidores, Gap ha decidido retirar su anterior guía de previsiones para lo que resta de año, y actualizarla con unas nuevas estimaciones.
En respuesta a esto, desde Gap han decidido mantenerse “cautelosamente optimistas” sobre el volumen de ventas que esperan registrar durante la segunda mitad del ejercicio de 2022, sin haber ofrecido a este respecto una horquilla sobre sus previsiones de facturación. Periodo para el que estiman un apalancamiento de su margen bruto, así como un crecimiento de su inventario que se modere “sustancialmente” para el tercer trimestre, para alcanzar ya una tasa negativa de aumento de su stock para finales del ejercicio de 2022.
“Tenemos cuatro marcas sólidas e influyentes en el portafolio con las que cumplir en el largo plazo, sin embargo, nuestros desafíos operativos recientes, combinados con las incertidumbres de las tendencias macro, requieren que gestionemos las palancas que mantenemos bajo nuestro control y que tomemos las medidas necesarias para impulsar la mejoría de todo nuestro modelo de negocio”, entraba a explicar por su parte Katrina O’Connell, vicepresidenta ejecutiva y directora financiera del Grupo Gap. “A corto plazo”, añade, “estamos adoptando medidas para reducir sucesivamente el inventario, a reequilibrar nuestra oferta para satisfacer mejor las necesidades cambiantes de los consumidores, y a gestionar y reevaluar las inversiones y fortalecer nuestros balances”. “Si bien aún queda trabajo por hacer, creemos que estos son los pasos iniciales correctos para posicionar a Gap nuevamente en la senda del crecimiento, del aumento de los márgenes y para la generación de valor para nuestros accionistas en el largo plazo”.