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Estée Lauder, tras los pasos de Tom Ford

Por Jaime Martinez

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Photo Credits: El diseñador Tom Ford en una fotografía de archivo. Tom Ford, página oficial.

Estableciendo un sutil paralelismo entre esos amores veraniegos que encierran el potencial tanto de guardarse como el principio de una historia para toda nuestra eternidad, como de convertirse en un mero affaire producido al abrazo de la canícula, la llegada del mes de agosto ha encendido nuevos rumores sobre la posible venta de Tom Ford. Un asunto sobre el que el medio económico Bloomberg destapaba los primeros murmullos hacia finales del pasado mes de julio, y para el que ahora los calurosos vientos de este bochornoso nuevo mes de agosto nos traen el nombre y apellido de la que sería una de las principales pretendientes, sino oficial sí oficiosa, para llegar a hacerse con la prestigiosa casa de modas: la multinacional estadounidense especializada en el ámbito de la belleza Estée Lauder.

De este modo, y practicando una breve recapitulación sobre la materia, era a comienzos del pasado mes de julio cuando desde Bloomberg se encargaban de practicar ese anuncio mediante el cual, el citado medio económico de noticias, desvelaba el interés y la búsqueda activa en la que se encontraría, supuestamente, el diseñador norteamericano Tom Ford, con el fin de acometer una posible y potencial venta de su casa de modas. Un fin para el que, según Bloomberg, ya se habrían contratado los servicios del banco de inversiones Goldman Sachs para que sondeara y se encargara de dirigir las negociaciones de una operación, que ya habría despertado el interés de diferentes grupos y firmas de inversión. Unos potenciales compradores entre los que, añadían a comienzos de esta misma semana desde el The Wall Street Journal, se encontraría la multinacional del ámbito de la belleza y compañía líder de dicho sector a escala global, la estadounidense Estée Lauder.

Una operación de 3.000 millones de dólares

Con la vista puesta en el interés que, según y partiendo de estos soniquetes que recorren ya los mentideros de la moda, tendría Estée Lauder en llegar a hacerse con la firma de modas, establecida actualmente entre las mejor consideradas dentro del codiciado sector del lujo, de llegar a producirse las mismas fuentes apuntan a que la operación podría llegar a cerrarse por una cantidad cercana a los 3 mil millones de dólares. Cantidad que la convertirían en la adquisición de mayor valor llevada a cabo por Estée Lauder desde su fundación en 1946 en la ciudad de Nueva York por el matrimonio formado por Estée y Joseph H. Lauder, así como en la puerta de entrada del Grupo norteamericano y en su reconversión como un potentísimo jugador dentro del ámbito del lujo.

En este sentido, de darse y de llegar a completarse la adquisición, sobre la que ninguna de las partes interesadas ha entrado a confirmar o a desmentir el que se puedan estar llevando a cabo las conversaciones a las que apuntan desde el The Wall Street Journal, la compra de Tom Ford por parte de Estée Lauder se convertiría en todo un auténtico y definitivo punto de inflexión sobre el modelo de negocio de la compañía de belleza. Multinacional que ya mantiene unas fuertes relaciones con Tom Ford como propietaria de sus derechos para la producción, bajo licencia, de su línea de belleza, integrada tanto por sus colecciones de fragancias como de productos cosméticos, y que de este modo terminaría dando el paso e introduciéndose en el ámbito de la moda, siguiendo la estructura de la que ya hacen gala otros operadores clave internacionales, como la española Puig. Holding familiar especializado al igual que Estée Lauder en el mundo de la belleza, pero en su caso ya con fuertes y longevas conexiones con la industria de la moda, desde su lugar como propietaria de casas tan significativas como Paco Rabanne, Jean Paul Gaultier, Carolina Herrera, Dries Van Noten o Nina Ricci.

Photo Credits: Tom Ford, página oficial.

Sería así pues el suyo, el modelo de la española, el que mejor se ajustaría al que terminaría abrazándose Estée Lauder de completarse la adquisición de Tom Ford. Siendo esta una operación que permitiría precisamente a la estadounidense agregarse e introducir como propias esas líneas que actualmente produce bajo la marca Tom Ford, y que serían unas de las que mejores rendimientos y que más estarían contribuyendo a las cuentas de la multinacional estadounidense. Una compañía que, según las informaciones adelantadas en este caso por el medio norteamericano Wwd, además de en el negocio de la cosmética estaría valorando las buenas cifras de negocio que Tom Ford recoge a través de sus colecciones, también bajo licencia, de gafas y monturas. Una línea que, junto a la de belleza, serían las que habrían terminado por situar en ese importe cercano a los 3 mil millones de dólares el valor de las negociaciones, y que Estée Lauder podría tener intención de seguir licenciando, para únicamente centrarse, tal y como ha venido haciendo hasta ahora, a la producción de las colecciones de cosmética y perfumería de Tom Ford. Un modelo este de gestión que, según indican nuevamente desde el The Wall Street Jornal, aludiendo a fuentes cercanas a la noticia, desde Estée Lauder podrían tener igualmente intención de llevar al negocio de moda de Tom Ford licenciando la producción de sus colecciones.

Además de Puig, y de que sea el suyo el ejemplo que mejor se ajustaría al camino al que se estaría ahora abriendo la multinacional norteamericana, otra compañía líder a escala global dentro del sector del lujo, el holding internacional francés LVMH, también guarda intereses tanto en el sector de la moda como de la belleza, en su caso como propietaria de la cadena especializada Sephora o con sus inversiones en Fenty Beauty y Fenty Skin, las líneas de belleza y productos cosméticos de la cantante Rihanna. Mientras que desde otra gran compañía especializada en el sector del lujo, el Grupo internacional Kering, propietario de casas de moda de la talla de Gucci, Balenciaga o Yves Saint Laurent, hace escasamente unas semanas adelantaban sus intenciones de estudiar su entrada igualmente en el ámbito de la belleza, sin que por el momento hayan detallado si estos ánimos los tratarán de llevar a cabo lanzando sus propias líneas, siguiendo el ejemplo de Hermès, o mediante la compra de alguna adquisición estratégica, como bien podría resultar la compra por su parte de Tom Ford. Casa para la que, según fuentes financieras consultadas por Wwd, habrían diferentes agentes de primer nivel interesados para negociar su adquisición.

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