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ESG en la moda: una visión general del marco de la UE sobre criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo en la industria de la moda

Por Guest Contributor

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Empresas |CONTEXTO

Imagen: Pexels

Cada vez son más las empresas de moda que anuncian programas con objetivos ambiciosos (algunos más que otros) en relación con los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Recientemente, ASOS lanzó su programa "Fashion with Integrity" (FWI, Moda con Integridad) 2030, comprometiéndose a lograr el objetivo de cero emisiones netas de carbono en toda la cadena de valor para 2030. Tampoco se queda atrás la demanda de los consumidores, que instan a las empresas de moda a cambiar la forma en que dirigen sus negocios y a que minimicen el impacto medioambiental, sin perder de vista los derechos humanos y las prácticas laborales en toda la cadena de producción y suministro.

Esta serie de contribuciones tiene como objetivo proporcionar una visión de los problemas y desafíos más urgentes en materia de criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) en la industria de la moda. Esta contribución ofrecerá una visión general del marco y las iniciativas de la UE en relación con los ESG. A continuación, se hablará del impacto del marco ESG en la práctica, de las normas que rigen el greenwashing o lavado de cara ecológico, de la colaboración entre empresas para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y del nuevo conjunto de normas que rigen el etiquetado de los productos en la industria de la moda.

Dado que el textil es la cuarta categoría con mayor presión en cuanto al uso de materias primas y agua, después de la alimentación, la vivienda y el transporte, y la quinta en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero, una política ESG consciente y eficaz ocupa un lugar destacado en la agenda de muchas empresas de moda y es cada vez más importante para los accionistas, inversores y clientes. Además, los legisladores no se quedan atrás y hay muchas iniciativas recientes, especialmente a nivel de la UE, que tendrán un impacto en las políticas de sostenibilidad de las empresas.

La UE se ha fijado el ambicioso objetivo de reducir sus emisiones en al menos un 55 por ciento para 2030 y lograr la neutralidad climática para 2050. Toda una serie de iniciativas recientes de la UE se han emprendido en este ámbito, como el Plan de Acción de la UE para Financiar el crecimiento sostenible (marzo de 2018), el Pacto Verde Europeo (diciembre de 2019), la Propuesta de Ley Europea del Clima (marzo de 2019), el Plan de Acción de Economía Circular (marzo de 2020), la Estrategia Farm to Fork "De la Granja a la Mesa" (mayo de 2020), el Pacto Europeo por el Clima (diciembre de 2020) y el Reglamento de la UE sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad(marzo de 2021). En abril de 2021, la Comisión Europea presentó su nuevo Paquete de Financiación Sostenible, destinado a ayudar a mejorar la financiación de las actividades sostenibles en toda la Unión Europea. Y más recientemente, el 14 de julio de 2021 se lanzó el paquete denominado "Fit for 55". Este paquete de propuestas tiene como objetivo hacer que las políticas de clima, energía, uso del suelo, transporte y fiscalidad de la UE sean adecuadas para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 por ciento para 2030, en comparación con los niveles de 1990.

1. El marco legislativo de la UE desde una perspectiva general

Aunque el concepto de "ESG" se entiende ahora de forma generalizada, existe cierta confusión en cuanto a qué factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo deben incluirse en el objetivo de sostenibilidad de la UE, y qué instrumentos legislativos deben regular los diferentes aspectos de la ESG. Además, la falta de transparencia, responsabilidad y comparabilidad dificulta que los inversores comprendan plenamente los riesgos financieros derivados de las diversas crisis relacionadas con la sostenibilidad a las que nos enfrentamos, y que busquen de forma proactiva oportunidades de inversión que aborden los problemas medioambientales y sociales.

La Comunicación de 2019 sobre el Pacto Verde europeo es la respuesta de la UE a nuestros actuales retos relacionados con el clima y el medio ambiente. Esta Comunicación propone una serie de medidas e instrumentos legislativos que pretenden transformar la UE para 2050 en una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva, sin emisiones netas de gases de efecto invernadero, y en la que el crecimiento económico esté disociado del uso de los recursos. También pretende proteger, conservar y mejorar el capital natural de la UE, y proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos de los riesgos e impactos relacionados con el medio ambiente. El "Green Deal" pretende lograr una transición socialmente justa hacia un sistema económico sostenible proporcionando un Mecanismo y un Fondo de Transición Justa, centrado en las regiones, los sectores y los ciudadanos más expuestos a esta transición.

En julio de este año, la Comisión Europea adoptó un paquete de propuestas para que las políticas climáticas, energéticas, de uso del suelo, de transporte y fiscales de la UE sean aptas para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 por ciento para 2030, en comparación con los niveles de 1990. Además de una propuesta de sistema ampliado de comercio de derechos de emisión, un Reglamento de reparto de esfuerzos y un Reglamento sobre el uso del suelo, la silvicultura y la agricultura, el paquete contiene también propuestas de Directiva sobre energías renovables y eficiencia energética. Para 2030, la Comisión Europea ha fijado el objetivo de producir el 40 por ciento de la energía de la UE a partir de fuentes renovables.

Dado que se requieren importantes inversiones para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos que ya se han fijado para 2030, será necesario explorar y fomentar la financiación pública y privada. De ahí que, como uno de los primeros pasos en la estrategia hacia el crecimiento sostenible, la Comisión Europea haya revisado la Directiva sobre Información No Financiera (2014/95/UE, véase más abajo para más detalles). La divulgación de información no financiera debe contribuir a la medición, el seguimiento y la gestión del rendimiento de las empresas y su impacto en la sociedad. A su vez, esto debería permitir a los inversores dirigir los flujos financieros y de capital hacia inversiones verdes, sociales y, en general, sostenibles.

Para incentivar aún más los compromisos ESG, las inversiones y el crecimiento sostenible, el legislador europeo ha desarrollado un lenguaje y una definición comunes de lo que se considera "sostenible" en el Reglamento de la UE sobre la Taxonomía (2020/852). Este reglamento, que estableció un marco para facilitar la inversión sostenible, se modificará, actualizará y completará en el transcurso de los próximos meses y años. Actualmente, establece un sistema de clasificación de las actividades ambientalmente sostenibles en relación únicamente con los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático. En un futuro próximo, el reglamento se modificará para abarcar también otros objetivos relacionados con la prevención de la contaminación, la transición a una economía circular, el uso sostenible y la protección del agua, y la protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.

Finalmente, el 21 de abril de 2021 la Comisión Europea anunció que iba a adoptar un paquete de medidas para las Finanzas sostenibles y taxonomía, cuyo objetivo es proporcionar los fundamentos jurídicos y el marco para crear un ecosistema financiero sostenible en la UE. La atención se centra en el aumento de la transparencia y la provisión de herramientas para que los inversores identifiquen las oportunidades de inversión sostenible. Dichas oportunidades tienen un papel clave en la canalización de la inversión privada (como complemento a la financiación pública) para el éxito de la transición hacia una economía neutra para el clima, resistente al clima y justa.

2. La estrategia de la UE para el sector textil

Como parte del Green Deal de la UE, la Comisión Europea introdujo uno de los medios que será especialmente relevante en el contexto de la industria de la moda. El Plan de Acción para la Economía Circular (publicado el 11 de marzo de 2020) pretende cambiar el panorama de una industria lineal hacia una economía circular. Centrado en los sectores de gran consumo de recursos (incluido el textil), el Plan de Acción de la Economía Circular incluye una política de "productos sostenibles" para apoyar el diseño circular de todos los productos sobre la base de una metodología y unos principios comunes, así como un "derecho de reparación", y medidas para capacitar a los consumidores para que tomen decisiones informadas y desempeñen un papel activo en la transición ecológica. Al dar prioridad a la reducción y reutilización de los materiales antes que a su reciclaje, y al fomentar nuevos modelos de negocio con productos/servicios innovadores, el Plan de Acción para la Economía Circular pretende evitar que se comercialicen en la UE productos perjudiciales para el medio ambiente.

Concretamente, se fomentará el desarrollo de medidas de ecodiseño para garantizar que los productos textiles sean aptos para la "circularidad". Para reducir los residuos y evitar la pérdida de valor de los materiales, el Plan de Acción para la Economía Circular quiere garantizar el uso de materias primas secundarias y capacitar a los consumidores para que elijan textiles sostenibles y tengan fácil acceso a los servicios de reutilización y reparación. Como segundo punto de acción, la Comisión Europea anima a las empresas a abandonar el modelo de negocio del fast fashion y a encontrar otras formas de ofrecer productos textiles y de moda, en particular ofreciendo incentivos y apoyo a los modelos de producto como servicio.

También en el ámbito de los residuos, los Estados miembros estarán obligados a poner en marcha un sistema que logre altos niveles de recogida selectiva de residuos textiles. Para 2025, la generación de residuos en la industria textil deberá minimizarse al máximo. La clasificación, la reutilización y el reciclaje de los productos textiles serán claves para alcanzar estos objetivos, así como las medidas reglamentarias y una responsabilidad ampliada del productor.

Por último, es importante señalar que la Comisión Europea acaba de cerrar su ronda de consultas públicas sobre el desarrollo de una Estrategia de la UE para el sector textil al final de las vacaciones de verano. En el transcurso de los próximos meses, se espera que la UE publique el documento de la Estrategia, cuyo objetivo es el cambio hacia una economía circular y climáticamente neutra en la que los productos se diseñen para ser más duraderos, reutilizables, reparables, reciclables y energéticamente eficientes.

3. Iniciativas de los Estados miembros

Además de la Comisión Europea, también varios Estados miembros de la UE han lanzado iniciativas a la espera del marco normativo global. El año pasado, Francia fue el primer país que adoptó una ley que prohíbe la destrucción de existencias no alimentarias no vendidas, como ropa, zapatos, productos de belleza, libros o productos electrónicos de consumo (Ley n° 2020-105 de 10 de febrero de 2020). Los fabricantes, distribuidores y tiendas que tengan existencias de estos productos no vendidos estarán obligados a donarlos o reciclarlos en lugar de incinerarlos o tirarlos a los vertederos. Además, la ley amplía los incentivos para que los fabricantes diseñen sus productos para que sean más fácilmente reciclables.

4. Qué esperar en la serie-ESG

Con esta visión general en mente, continuaremos esta serie ESG con una visión general de las normas sobre el greenwashing o wokewashing (y dos instrumentos que se esperan pronto, es decir, la Directiva para fortalecer el papel de los consumidores en la transición verde, así como el Reglamento sobre la justificación de las declaraciones ecológicas), los riesgos para las empresas que no cumplen con los nuevos principios ESG, así como las normas sobre la colaboración entre las empresas para lograr la eficiencia de la sostenibilidad y las obligaciones de etiquetado en la industria de la moda.

Escrito por Blanche Devos y Judith Bussé, abogados de Crowell & Moring LLP, bufete internacional especialistas en derecho de moda que representa a clientes en Europa, Estados Unidos y en todo el mundo. Crowell & Moring asiste a clientes de la industria de la moda en una variedad de asuntos legales, en el área de derecho regulatorio, propiedad intelectual, licencias y antimonopolio.

Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.COM, y posteriormente traducido del inglés al español y editado por Alicia Reyes Sarmiento.

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