Desnudos y cabras desplumadas: Un mes de protestas contra la moda

La moda y la ropa siempre han sido un medio de expresión. Durante décadas, tanto los diseñadores como los consumidores han utilizado su forma de vestir para transmitir su mensaje al mundo exterior. Esto también se ha aplicado esta temporada a las pasarelas, donde las marcas han aprovechado esta plataforma mundial para hacer declaraciones políticas o sociales sobre temas de actualidad con la esperanza de difundir su mensaje y atraer a los consumidores que comparten ese valor.

Ahora, sin embargo, parece que las críticas se están dirigiendo hacia su estructura, ya que el mes de la moda se está convirtiendo cada vez más en un escenario para organizaciones que desaprueban activamente el funcionamiento actual de la industria. Desde Nueva York hasta París, algunas de las pasarelas más aclamadas de la temporada SS24 fueron sorprendidas por manifestantes que buscaban dar publicidad a sus propias campañas.

Stage intruders and unplanned demonstrations are nothing new. For SS20, Gucci was subject to a subtle protest from model Ayesha Tan Jones, who held up the palms of her hands on which the words “mental health is not fashion” were scrawled – a critique on the outfit she sported that resembled a straitjacket. Earlier, during the SS14 season, two topless women from the Ukrainian feminist group ‘Femen’ stormed the stage at Nina Ricci with “models don’t go to brothels” painted across their bodies.

Si bien muchas de estas protestas anteriores han girado en torno a cuestiones sociales, esta temporada y en varias anteriores, se les ha prestado más atención a la crisis climática. Esto se ha convertido en un punto de mira para los críticos de la moda, ya que la turbulenta relación de la industria con el medio ambiente está cada vez más presente. De hecho, aquellas que se enfocaban en la sociedad, como la aparición de Tommy Cash como un "sin techo" en el desfile SS24 de Diesel en la Semana de la Moda de Milán, siendo esto una crítica al "cinismo generalizado en torno a tendencias como la pobreza chic", a menudo han sido ignoradas o han sido objeto de juicio debido a su enfoque poco sensible. En cambio, fueron los ecologistas quienes recurrieron al factor de impacto para transmitir su mensaje y atraer la atención que tanto necesitaban.

Una oportunidad para que las Semanas de la Moda se marquen la diferencia

La agencia de publicidad británica Gumtree, por ejemplo, organizó una protesta desnuda antes de la London Fashion Week SS24, con manifestantes que llevaban pancartas denunciando el consumo excesivo de ropa: "Prefiero estar desnudo que comprar ropa nueva". En un comunicado, Hugh Hurley, consejero delegado de la empresa, afirmaba: "Pedimos a las principales casas de moda británicas que reconozcan su impacto e influencia en nuestros hábitos de consumo. La industria británica de la moda tiene el poder de cambiar nuestra relación tóxica con los residuos textiles, y ahora es el momento de actuar".

La desnudez ha sido un tema recurrente. Desnudos también causaron revuelo en el desfile de The Blonds durante la Semana de la Moda de Nueva York, en esta ocasión en representación del grupo ecologista Extinction Rebellion, conocido por sus declaraciones estridentes en el pasado. Su protesta anterior en la Semana de la Moda de Londres consistió en verter aceite falso en las calles de The Strand para exigir que se rompieran los vínculos con Coca-Cola, "la mayor contaminadora de plástico", sus últimas acciones se centraron en la moda en su conjunto, acorde con uno de los lemas del grupo: "No a la moda en un planeta muerto".

Los manifestantes llevaban pancartas en las que se leía "Decid la verdad desnuda sobre la crisis climática", en un intento de destacar la vulnerabilidad humana frente al colapso climático, exigiendo además el fin del uso de combustibles fósiles. Desde la perspectiva de aquellos que forman parte del movimiento, estas protestas representan en realidad una oportunidad potencial para la Semana de la Moda. En un comunicado, la activista Laura Cole afirmó: "La NYFW ha estado luchando durante mucho tiempo por igualar el protagonismo de sus homólogas europeas, pero cada año se queda corta. ¿Por qué no centrarse en la intersección entre el clima y la moda? De esta manera, podría convertirse en el evento más vanguardista del mundo. Ya es hora de que los diseñadores y ejecutivos reflexionen profundamente sobre su papel en la cadena de suministro medioambiental y humana, esforzándose por minimizar los daños".

Pero la desobediencia civil no se detuvo aquí. Como siempre, PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) se hizo notar, persistiendo en su notoria actitud disruptiva en todas las grandes ciudades de la moda esta temporada e insistiendo en su misión de convencer a los diseñadores de que eliminen los productos animales de sus cadenas de suministro. Los manifestantes desfilaron en las pasarelas de Michael Kors, Coach, Burberry, Hermès e incluso en el debut de Sabato De Sarno en Gucci, entre otras marcas, demostrando que ni siquiera las marcas más prestigiosas pueden evadir tal repudio público. El enfoque de la organización defensora de los derechos de los animales, tan impactante como distintivo, también se pudo apreciar fuera del NewGen Show Space del Consejo Británico de la Moda, donde los simpatizantes representaron la supuesta tortura de cabras utilizadas para la producción de cachemira.

El trabajo y los derechos de los animales son trending topics

Respondiendo a la pregunta de FashionUnited de por qué las Semanas de la Moda se estaban convirtiendo cada vez más en una plataforma para escenificar tal indignación, la vicepresidenta de proyectos corporativos, Yvonne Taylor, declaró: "Las campañas de PETA desafían a la gente a cuestionar la aceptabilidad de utilizar la piel o el pelo de cualquier ser vivo y sensible para la moda. Los desfiles de moda son el lugar donde se reúnen los diseñadores y otras personas influyentes de la industria, por lo que son el lugar perfecto para escenificar acciones llamativas que informen a la gente de la crueldad inherente a la producción de tejidos de origen animal. Ponemos en escena nuestras acciones con el objetivo de educar a diseñadores y consumidores, y capacitarlos para que tomen decisiones más amables e informadas".

Aunque las declaraciones de PETA en el pasado han tenido éxito, ya que muchas marcas y casas de moda han abandonado los materiales de origen animal en favor de otras alternativas, aún está por ver si sus actos más recientes convencerán a los destinatarios de hacer lo mismo. Taylor, que señaló que los actos se seleccionaban en función de la cantidad de ojos que potencialmente podían ver la acción, se mostró optimista sobre los esfuerzos de esta temporada, y añadió: "La concienciación suscita el diálogo, que a su vez es el catalizador del cambio. Los diseñadores están tomando nota, ya que son muchos más que nunca los que trabajan con materiales veganos, y prevemos que se produzcan nuevos avances en las próximas temporadas”.

A pesar de ser menos común para la SS24, la industria también enfrentó críticas de su propia clase, alineándose con las conversaciones globales en curso sobre los derechos de los trabajadores. En Nueva York, la Model Alliance aprovechó la Semana de la Moda de la ciudad para hablar sobre la falta de protección laboral en el sector del modelaje, en relación con la reciente huelga de SAG-AFTRA. La organización señaló que, al igual que los actores y guionistas de Hollywood, los modelos luchan por obtener protección laboral. Los participantes en una rueda de prensa pidieron a los legisladores del estado que promulguen la Ley de Trabajadores de la Moda para regular las "empresas de gestión depredadoras" en este ámbito.

En un comunicado, el senador neoyorquino Brad Hoylman-Sigal se refirió a las reclamaciones y destacó la necesidad de implementar el proyecto de ley: “Esta Semana de la Moda, los derechos laborales están en tendencia. Actores y modelos comparten la desafortunada experiencia de ser explotados por grandes estudios y agencias de modelos. Pero las lagunas en nuestra legislación estatal exponen a las modelos a explotación y abuso, mientras las agencias se benefician de su imagen. Los trabajadores de la moda merecen las mismas protecciones que cualquier otra persona, especialmente en una industria que mueve 2,5 billones de dólares en todo el mundo”.

El impacto de estos movimientos durante las semanas de la moda, que son muy públicas, no siempre se conoce de inmediato, al igual que las respuestas de los diseñadores o las organizaciones afines. Para aquellos que hacen las declaraciones, el trabajo continuará hasta que se satisfagan las demandas. PETA, por ejemplo, suele llevar los asuntos a las salas de juntas de las marcas a las que se dirige, mientras que la reputación de Extinction Rebellion por sus manifestaciones exageradas garantiza que sus políticas sigan siendo objeto de atención para aquellos con quienes entran en contacto. En cualquier caso, está claro que las organizaciones centradas en el clima no tienen la intención de retroceder en su misión, sobre todo cuando la moda exige tal juicio.

Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.COM, y posteriormente traducido del inglés al español y editado por Alicia Reyes Sarmiento.