Christian Lacroix se abre a una “eventual” colaboración con STL

Madrid – ¿Una casa Christian Lacroix, con colecciones firmadas por el mismo Christian Lacroix? Ese sería uno de los grandes y diferenciales atractivos con los que entraría a contar la ya histórica casa de modas francesa, de cara a esta nueva etapa a la que se abre tras el anuncio sobre su adquisición por parte de la compañía española Sociedad Textil Lonia (STL). Empresa desde la que ya habrían manifestado un cierto interés por recuperar como un activo para la casa, de un carácter además más que incuantificable, al célebre modista francés, ajeno a su desarrollo desde que abandonase su dirección creativa en 2009, pero abierto a establecer una “eventual” colaboración con la firma que lleva su nombre ahora que estrena nueva etapa bajo el paraguas de la compañía española.

Tras el anuncio de la compra del 100 por cien de la casa Christian Lacroix por parte de STL, por un importe y bajo unas condiciones que no se han querido revelar, de manos de la compañía estadounidense especializada en fragancias Falic Fashion Group, subsidiaria de la compañía Duty Free Americas y propietaria de la firma de moda desde que acordasen, junto a su por entonces propietaria, LVMH, su adquisición en 2005, ha sido el mismo diseñador de modas francés y fundador de la firma quien no ha dudado en salir ahora a dar públicamente su opinión sobre la operación. Una adquisición que no ha dudado en celebrar, remarcando el hecho de que servirá, ya no solo para visibilizar, sino para especialmente proteger el histórico archivo con sus trabajos que atesora la célebre casa de modas. Una etiqueta de la que, tras emprender su fundación en el año 1987 junto a Jean-Jacques Picart, con el respaldo financiero de Bernard Arnault, todavía por entonces urdiendo los planes que terminarían por llevarlo a tomar el control del para ese momento recién fundado grupo LVMH, Lacroix abandonaba en 2009, después de que su por entonces ya nueva propietaria, Falic Fashion Group, acordasen liquidar sus divisiones de prêt-à-porter y de Alta Costura, limitando únicamente su desarrollo a los ámbitos de la perfumería y de los complementos, tras la complicadísima situación de crisis económica en la que terminaba por verse sumida la firma a finales de la primera década de los 2000. Un momento del que Lacroix se servía para dar paso a una nueva etapa vital, desde la que se ha mantenido redirigiendo su creatividad de manera preferente a los campos del diseño de vestuario y de la escenografía.

Sobre la operación, ha hablado finalmente Lacroix, “el pasado martes, 7 de enero, se anunció que la empresa española STL, sobre la que yo no tenía conocimiento, había adquirido la marca Christian Lacroix, fundada en el año 1987”; una adquisición sobre la cual, “con gran delicadeza”, celebra de manera sentida el modista francés, “me informaron un par de días antes”. En relación con la misma, la compra “me complace especialmente”, tanto en cuanto permitirá que “la historia de la marca y los archivos de más de 20 años de colecciones y de documentación”, y “que forman parte de este acuerdo” de adquisición, “estén ahora a salvo”. “Aprovecho la ocasión para agradecer la cantidad de mensajes conmovedores que he recibido”, señalaba el mismo modista francés, unas palabras con las que responde a “los buenos deseos y las muestras de amistad y cariño” que le han estado haciendo llegar, y que “me han emocionado profundamente”, aunque, y “lamentablemente, no puedo responderles personalmente a todos”.

Abierto a una “eventual” colaboración

Más allá de esta valoración inicial sobre lo que le supone y cómo valora, a nivel personal, la compra de la casa que lleva su nombre por parte de STL, compañía participada en su 25 por ciento por el grupo Puig y propietaria de la firma de moda Purificación García y del desarrollo de la marca de prêt-à-porter CH de Carolina Herrera —casa en propiedad precisamente de Puig—, Lacroix se ha servido también de sus declaraciones para aclarar sus vínculos con la operación. Para ello, y también para explicar hasta qué punto puede o no puede terminar por verse implicado en el futuro de la firma, a medida que la casa Christian Lacroix se abre a esta nueva etapa que inaugura ahora como tercera firma en cartera de STL.

Sobre este nuevo capítulo, el modista francés puntualiza y advierte, primero, que no se encuentra y que no ha estado detrás de la operación de adquisición de la firma por parte de STL, y que, a pesar de esa deferencia que mostraron desde la compañía con sede en Ourense informándole, previamente a que la noticia se hiciera pública, de que habían acordado la compra de la casa de modas, en cualquier caso la operación no ha venido acompañada de ninguna clase de acuerdo ni vinculación para que el diseñador entre a, no solo dirigir, sino ni tan siquiera a formar parte del departamento creativo de la firma. Lo que no va a quitar para que Christian Lacroix pueda terminar de efectivamente quedar vinculado a nivel creativo a la marca en este nuevo futuro al que se abre y al que da la bienvenida la casa Lacroix bajo el paraguas de STL; cuestión sobre la que, como segundo punto, ha desvelado ya que desde la compañía gallega le han mostrado su interés por mantener un próximo encuentro con el diseñador. Una reunión desde la que tendrían por intención principal la de explicarle cuáles son sus planes para el futuro de la firma, todo ello a lo largo de un primer encuentro que, tal y como se desprende de las palabras que Lacroix ha compartido de manera pública, además serviría para empezar a sentir las afinidades entre la dirección de STL con el modista, desde las que estudiar y abordar una eventual colaboración de Lacroix con la firma que lleva su nombre. Colaboración, que ya terminase siendo de carácter más o menos puntual, habría también de terminar de ver hasta qué punto interferiría en la colaboración a largo plazo que el modista francés mantiene con la también española Desigual, marca para la que viene desarrollando distintas colecciones cápsula desde el año 2011, y desde lo que significó su regreso al ámbito de la moda desde que cesase al frente de la dirección creativa de su casa de modas en 2009. De hecho, y desde entonces, la única vinculación que el modista ha seguido manteniendo con el campo de la moda fuere de los ambientes de las artes escénicas, y colaboración a largo plazo que quedaría patente a ojos de STL que claramente interferiría en sus intenciones por relanzar y revitalizar la casa Lacroix.

“Los nuevos propietarios”, es decir STL, “me han hecho saber que les gustaría reunirse conmigo en un futuro cercano, para explicarme sus planes para la marca” que Lacroix dejó en 2009 para “dedicarme exclusivamente al vestuario” y a la “escenografía para teatro, la ópera y el ballet”, ha señalado el mismo modista francés. A la espera de esa próxima reunión, y a pesar ese ya contacto que mantiene con la dirección de la compañía gallega, “me gustaría aclarar que no estoy personalmente implicado en esta transacción, y que este anuncio no significa mi regreso a las pasarelas, en absoluto”, señala Lacroix. No obstante, y a partir de aquí, “cualquiera que sea la forma que tome una eventual colaboración”, posibilidad ante la que por tanto no se cierra y hacia la que ya señala el mismo modista francés que no se habría descartado por parte de STL, esta en cualquier caso, ya sea de la índole que sea, “dependerá de los próximo intercambios y de la cercanía de nuestros puntos de vista y nuestras respectivas visiones sobre el futuro de la marca”, a la que todo hace indicar que desde STL estarían más que dispuestos a abrirle las puertas a Lacroix, al menos como colaborador. Una cuestión que el mismo modista deja en un segundo plano en relación con el anuncio de la adquisición, compra que “de todas maneras”, independientemente de si termina conduciendo o no a esa “eventual” colaboración, califica como de “absolutamente fabulosa”.