Burberry compensa en Europa las desaceleraciones en China y América
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La multinacional de la moda británica Burberry, firma que ha logrado gracias a las buenas artes del italiano Riccardo Tisci, director creativo de Burberry desde el pasado 12 de marzo de 2018, reposicionarse entre las principales marcas internacionales del sector del lujo, ofrecía el pasado viernes una última actualización sobre sus cuentas relativa al primer trimestre de su actual ejercicio fiscal de 2022/2023. Periodo de tres meses finalizado el pasado 2 de julio, durante el cual la compañía registró unas ventas que se mantuvieron prácticamente planas frente a las registradas durante el mismo periodo del pasado año. Unos niveles de facturación que, por mercados, no vienen sino a servir para reforzar las tendencias que actualmente están empezando a dominar el panorama macroeconómico, con unas desaceleraciones de las economías de China, se aduce que a cuenta de la pandemia, y en los Estados Unidos, que, al margen de estos resultados, ya han empezado a prender todas las alarmas sobre una próxima crisis económica de escala global que se espera que termine por empezar a mostrar sus más duros efectos a partir del próximo otoño.
A la espera así pues de comprobar si terminan o no haciéndose patentes los peores augurios que actualmente sobrevuelan el terreno de lo económico, desde Burberry han informado haber cerrado un primer trimestre del año con unos niveles de facturación por valor de 505 millones de libras, unos 594,8 millones de euros al cambio actual. Una cifra que representa un aumento del +5,43 por ciento frente a los 479 millones de libras recogidos durante el mismo periodo de 2021, de un +96,5 por ciento frente a los 257 millones del de 2020, y así como de un +1,41 por ciento con respecto a los 498 millones de 2019. Dejando así y como resultado a la compañía volviendo a crecer sobre sus niveles previos a la pandemia, por primera vez en un primer trimestre desde que diera comienzo, pero en un porcentaje que sin embargo desde Burberry reducen a apenas de un +1 por ciento, con respecto a 2021, en términos comparables.
“Nuestro comportamiento durante el trimestre siguió viéndose afectado por los bloqueos en la China continental, pero me complace ver que nuestro enfoque más localizado permitió impulsar la recuperación en EMEIA, donde el gasto de los clientes locales se ha mantenido por encima de los niveles previos a la pandemia”, entraba a valorar Jonathan Akeroyd, director ejecutivo de Burberry desde el pasado 15 de marzo —dos semanas antes de lo previsto— de 2022, a lo largo de unas declaraciones hechas públicas por la propia multinacional británica de la moda. “Nuestras categorías especializadas, artículos de cuero y ropa de exteriores, continuaron funcionando bien fuera de la China continental, mientras nuestros programas de activación de la marca impulsaron el ‘engagement’ de los clientes”, remarcaba Akeroyd. Mientras que “si bien el entorno macroeconómico actual genera una cierta incertidumbre a corto plazo”, añadía, “confiamos en que podemos seguir construyendo sobre nuestra plataforma de generación de valor”.
Golpe en China y sombras de desaceleración en los Estados Unidos
Entrando a analizar el comportamiento de la multinacional, por mercados, datos especialmente que pueden valer para entender y prever las tendencias económicas, desde Burberry informan, pero sin entrar a detallar los valores exactos, que en la región de Asia-Pacífico las ventas cayeron un -16 por ciento, empujadas por una China continental en la que llegaron a contraerse un -35 por ciento con respecto al pasado año. Una bajada que achacan a las interrupciones de su negocio vivido en China a cuenta de los últimos brotes por coronavirus, en lo que llegó a generar la paralización del 40 por ciento de su actividad, incluida la de su centro digital. Siendo la de China una caída que, dentro del mismo ámbito, se llegó en parte a empezar a compensar con los buenos resultados registrados en mercados como Japón y otros de Asía.
En cuanto a EMEIA, región en la que se incluyen los mercados de Europa, Oriente Medio y África, los niveles de facturación aumentaron un +47 por ciento, impulsados por el aumento de las ventas entre los clientes locales hasta unos niveles por encima de los registrados previamente a la pandemia. Y todo, al tiempo que se recuperaron las ventas a turistas estadounidenses, en lo que le sirvió así a la multinacional para compensar esas caídas en China y en Asia, pero también en América. Región en la que las ventas cayeron un -4 por ciento, en lo que podría empezar a ser sintomático de una, preocupante, desaceleración de su economía, que terminaría más pronto que tarde trasladándose a Europa.
Actualización de las previsiones anuales
A pesar de estas incertidumbres que, esperan además desde Burberry, seguirán sobrevolando en el plano económico internacional, como guía estimativa para lo que resta de ejercicio desde la firma británica se ratifican en sus anteriores estimaciones, actualizándolas únicamente de manera ligera con las anunciadas al cierre de su último ejercicio completo de 2021. Esperando ahora la compañía, y en línea con lo ya anunciado, cerrar el año con un aumento de su facturación de cerca de 190 millones de libras y con un aumento de unos 90 millones de libras de su beneficio operativo ajustado, frente a los 159 y 92 millones de libras estimados, respectivamente, con anterioridad.
“Si bien el entorno macroeconómico actual genera una cierta incertidumbre a corto plazo, nuestro comportamiento en la China continental ha sido alentados desde que nuestras tiendas reabrieron en junio, y estamos tratando de manejar de manera activa los vientos en contra provocados por la inflación”, apuntan desde Burberry. Aspectos que les llevan en suma, apostillan, a esperar “un aumento de aproximadamente 190 millones de libras en ingresos y de 90 millones de libras del beneficio operativo ajustado” para el cierre de ejercicio.