Un mundo peligroso o sublimado en las pasarelas de la moda masculina de París
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La moda masculina jugó este miércoles a evocar, sublimar o simplemente ignorar la agresividad de un mundo inseguro y violento al presentar las primeras colecciones para el invierno 2016.
La "Furia" de Beirendonck
El belga Walter Van Beirendonck, uno de los "seis de Amberes" de la famosa escuela de moda de esa ciudad flamenca convirtió a su desfile "Furia" en manifiesto contra las convulsiones de un mundo peligroso y especialmente los ataques yihadistas. "Normalmente soy un verdadero pacifista, pero los acontecimientos del año pasado me dejaron furioso", dijo a la AFP.
Esa furia nunca es literal, sino que se sublima combinada a elementos dulces antagónicos: bufandas convertidas en accesorios evocan fusiles de guerra kalashnikov y motosierras pero coexisten con motivos de muñecos casi infantiles sobre tapados de lana muy vistosos, amarillos, verdes o rojos. "Mezclé esos muñecos con armas, conejos o una motosierra, una mezcla a la vez dulce y agresiva". "Lo ocurrido el año pasado fue realmente deprimente", insistió el diseñador. "Todo el mundo tiene el sentimiento de que el mundo está realmente echado a perder y ocurren cosas fuera de todo control: los migrantes, los ataques y el crimen. Es un mundo duro".
Los piratas urbanos de AVOC
La marca parisina AVOC que debutaba en la pasarela de la semana parisina de la moda presentó una colección invernal dominada por el estilo callejero y las formas amplias. En un decorado industrial, al son de música tecno dura y con los invitados de pie, la coreografía del desfile tomó por momentos el aspecto de una pandilla suburbana encabezada por uno de los modelos en el papel del líder. Gritaba el acrónimo de la marca "AVOC, Arquitectura Vestimentaria Ornamento Corporal" puntuada de vez en cuando por el insulto "¡Hijos de puta!", aunque no quedaba claro a quién estaba dirigido. "Esta colección, son los piratas del siglo XXI, que tienen entre 20 y 23 años y quieren tomar el poder", explicó a la AFP el diseñador Bastien Laurent. "Fue mi primer desfile, el punto de llegada de tres años de trabajo de todo el equipo, una nueva etapa y el inicio de otra cosa".
Valentino, clasicismo y western
Como es habitual, Valentino no prestó demasiada atención a las contingencias del momento y declinó la primera mitad de su desfile en modelos de imperturbable clasicismo, salvo al arriesgar un conjunto donde debajo del sobretodo asomó un traje de pijama oscuro con borde blanco. La segunda parte de la colección opta por una temática abiertamente western, con marcadas influencias de los 70s. Camperas de pana o estampados indígenas, de leñador o incluso un poncho, prenda también vista la semana pasada en las pasarelas de Milán. Los vaqueros son amplios y con bordados. Como accesorio hay pañuelos anudados al cuello.
Tejido y años 70s de Carven
En su segunda colección para Carven, el diseñador Barnabé Hardy se inspiró en una publicidad de los años 1970 con el cantante Rod Stewart. "Hacía una publicidad para una marca de zapatos, vestido todo de tejido", explicó el creador a la AFP. El tejido es rey en el guardarropa de tonos oscuros, con azul marino, negro y gris, con toques de naranja y rojo. Barnabé Hardy tenía en mente "la idea tranquilizante de deslizarse en un pulover, con largas bufandas, gorros, una campera, como en un saco de dormir. Buscaba colores y formas redondas". Los zapatos con falso cuero aportan un toque vintage, al igual que los bolsos en vinilo brillante. (AFP)