¿Son las pasarelas de la NYFW una señal de que la economía de la moda neoyorquina se está recuperando?
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Llamémosle recuperación, o al menos así lo espera la industria de la moda de Nueva York. Según el Centro de Desarrollo Económico de la Ciudad de Nueva York (NYCEDC), la industria de la moda emplea al 4,6 por ciento de la mano de obra del sector privado de la ciudad, y es que Nueva York ha sido durante mucho tiempo sinónimo de moda, desde la historia del distrito de la confección hasta la Semana de la Moda de Nueva York. Con esta segunda temporada de la Semana de la Moda celebrándose de forma presencial, existe la esperanza de que esto sea una señal de que la economía de la moda de Nueva York se está recuperando.
¿Se ha recuperado la economía de la moda en Nueva York?
El hecho de que el presidente del Consejo de Diseñadores de Moda de América (CFDA), Tom Ford, haya decidido no desfilar en la Semana de la Moda de Nueva York por problemas en su cadena de suministro a consecuencia del COVID-19, ha suscitado preocupación en muchos casos. Aunque no se ha perdido toda la esperanza. Ralph Lauren anunció recientemente que desfilará en marzo. Alexander McQueen también ha dicho que cruzará el charco para hacer un desfile de su línea de ropa para mujer en Nueva York. Es cierto que la industria de la moda neoyorquina ha pasado por una mala racha, como la mayoría de las industrias, debido al COVID-19, pero si la Semana de la Moda de Nueva York sirve de prueba, la industria de la moda se está recuperando.
Los trajes de noche de Markarian, acordes con su admiradora que los hizo famosos, la Primera Dama Jill Biden, fueron nada menos que estelares. 39 looks que se combinaron con minaudières revestidas con cristales Swarovski y clutches. Además Markarian presentó su primera colaboración en materia de calzado con Maria Luca. Que los diseñadores vuelvan a colaborar es otro indicio de que la gente está comprando. Las colaboraciones son una señal prometedora para los compradores, ya que los consumidores siguen apreciando los productos de edición limitada.
Bevza fue clásica con vestidos en colores neutros, aunque es una señal de que la marca podría estar jugando un poco a lo seguro para atraer a los consumidores más corrientes. Aunque las siluetas seguían siendo elegantes, la marca no fue más allá de su zona de confort. Sin embargo, su enfoque más conservador del diseño podría suponer un buen resultado en las ventas. Si saben que un cliente está atrapado, lo mejor es mantenerlo contento.
Por otro lado, Duncan aportó un toque de vanguardia a la ropa de oficina con adornos de lentejuelas y vestidos con pliegues. El hecho de que las mujeres vuelvan a trabajar es una buena señal, pues significa que también irán de compras, lo que hará que la economía neoyorquina siga dando vueltas.
Pero la mayor señal de que la economía de la moda neoyorquina se está recuperando fue sin duda el desfile de LaQuan Smith. Cuando la actriz Julia Fox abrió el desfile, marcó la energía de un show que fue sexy, dinámico y glamuroso. Se trata, además, de un gran momento para LaQuan Smith, que sigue captando más retailers, como Fwrd, Saks Fifth Avenue, Moda Operandi y Farfetch. El diseñador está en pleno apogeo, y el crecimiento de la marca es evidente a través del éxito de sus desfiles. Es un caso de éxito en Nueva York, y nos encanta verlo.
Aunque la economía neoyorquina aún se está recuperando del COVID-19 después de que las pequeñas empresas recibieran un golpe, hay esperanza. La escena de la moda neoyorquina puede sufrir un tropiezo, pero nunca flaqueará del todo.
Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.COM, y posteriormente traducido del inglés al español y editado por Alicia Reyes Sarmiento.