Saint Laurent lleva al hombre a los años 70, Louis Vuitton le propone eclecticismo
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París - La mirada a los años 70 del diseñador Anthony Vaccarello para las colecciones masculinas de Saint Laurent y la fiesta musical y ecléctica de Louis Vuitton, bajo el impulso siempre inquieto de Pharrell Williams, marcaron la primera jornada de la Semana de la Moda masculina de París.
"Para el verano de 2026, Anthony Vaccarello evoca un momento en suspenso (...) donde la huida se convierte en elegancia, y el deseo se vuelve un lenguaje", explicó la nota de prensa de la colección.
Con tono pausado, desfilaron los pantalones pinza, ceñidos a la cintura, de la que surge una camisa con anchas hombreras, dos bosillos con tapeta, corbata invariablemente camuflada en el interior de la camisa.
Polos de cuello de cisne, semitransparentes, combinados a veces con un fulard, y la tradicional parka trench, una de las prendas distintivas de Yves Saint Laurent. Los colores, mayoritariamente suaves: verde manzana, distintos tonos de malva, que se combinan entre la blusa, el pantalón y los cinturones, así como el azul celeste.
También aparecen hombres con pantalón corto, que se puede combinar de manera indolente con un blazer cruzado, siempre de hombreras anchas. "Las siluetas son esculpidas, no exageradas", explicó Vaccarello en su nota de intenciones.
Destacó también un impermeable de media cremallera de color burdeos. El show se celebró en la Bolsa de Comercio de París, reconvertida en centro de la colección de arte contemporáneo del multimillonario François Pinault.
Los modelos deambularon en torno a una instalación acuática del francés Céleste Boursier-Mougenot, que consiste en una enorme cuenca de 18 metros de diámetro llena de agua y fondo azul, en la que flotan cuencos de porcelana que entrechocan entre sí.
Entre los invitados de marca, el director de cine Francis Ford Coppola o los actores Rami Malek y Sam Rockwell.
Ansias de explorar
El diseñador y músico Pharrell Williams convocó a sus fans y amigos a una gran fiesta ante las puertas del Centro Georges Pompidou, cerrado por obras. Williams no esconde que los desfiles de ropa masculina de la conocida marca francesa son un pretexto para sus inquietudes y ansias de exploración.
No hay línea clara, sino la de ofrecer toda la paleta de posibilidades para vestir al fan de la marca del monograma.
Trajes de algodón, sintéticos o de pana, con pantalón pata de elefante, camisas multirayas, explosión de colores y yuxtaposición de complementos, desde gruesas cadenas al cuello a gorras, anillos y bolsos de cuero en forma de pequeñas naves espaciales.
Frente a celebridades como Beyoncé, su esposo Jay Z, Bradley Cooper o el chef argentino Mauro Colagreco, Williams alternó los shorts con las parcas, las sudaderas con los zapatos mocasín y calcetines largos.
Hay chubasqueros metalizados, anoraks bien acolchados, por si el cliente decide perderse por lugares de clima frío. Sandalias de suela gruesa, pantalones cargo declinados en color crema, cazadoras de piel para los que apuesten por un safari.
Williams apeló a un coro gospel y a una gran orquesta para el desfile, como en anteriores ocasiones, con una amplia paleta musical, desde la clásica al hip hop japonés.