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Revelando los Secretos: La relación oculta entre la moda y el mal gusto

Por Jackie Mallon

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Moda

El coqueteo de la moda con el mal gusto, se está acercando a una categoría de acoso sin medida… Y eso es hablar poco sobre todo lo que está sucediendo dentro de esta relación secreta.

En una sola semana nos hemos escandalizado por la bolsa de Balenciaga sacada de "Ikea" vendida por 2.145 dólares y los jeans "sucios" de Nordstrom con un precio de 425 dólares. En la América de Trump, la idea de la clase obrera nos ha traído, con nostalgia y un poco de ironía, lo que era usar jeans en la oficina.

La cara cambiante de la vulgaridad

No hace mucho tiempo la vulgaridad significaba un exceso glotón y espeluznante. Aquellos que se encontraban acusados de ser portadores de vulgaridad, se habían convertido en temblorosos hombres de negro en satenes pastel azucarados, pieles de criaturas al borde de la extinción, joyería de fantasía de hoja de oro, y coronados con pelo exagerado y cirugía plástica. Esta mirada de Dior Couture del otoño del año 2000, podría ilustrar el punto.

En cualquier punto previo de la historia de la moda, estos elementos anteriormente mencionados eran signos de lujo, clase y estatus, permitiendo a aquellos que invertían fuertemente en tener accesorios de marcas de lujo tener un sentido de superioridad. Era un alcantarillado de división de muchas maneras, una manera de dominar a otros menos afortunados que tú, eran cosmopolitas, mundanos, de élite. Imitación de cualquier cosa se consideraba mal gusto. La población tendía a pensar que las mujeres de Roma y del sur de Italia eran impetuosas y menos elegantes, como los neoyorquinos podrían haber considerado a los tejanos. Más dinero que estilo, podrían haber olfateado. Ahora esas reglas están fuera de la ventana.

Las percepciones cambian. Fugly se ha convertido en lo necesario; kitsch al ser tocado por Kendall, garantiza algo que se debe tener. Si para ti estos estilos no logran ser parte de lo que llamasmoda, se te acusa de no "entenderlo".

Jeremy Scott construyó su carrera en la vulgaridad y encontró el territorio fértil en Moschino, esto fue lo suficiente para permitir que su obsesión a crecer salvaje y su McDonalds y ropa inspirada en Barbie, hayan creado listas de espera.

Toboganes para piscinas, Birkenstocks, y las sandalias, nos han llevado al borde del apocalipsis del gusto; todo confirmado después de los crocs decorados en joyas de fantasía por Christopher Kane para Primavera 2017. Hasta los más atrevidos dentro del mundo de la moda tuvieron problemas tragando ese bocado amargo. Y para poner limón en la herida, los volvió a mostrar para su colección de Otoño, ahora combinados con piel… sí, con piel. Y para terminar, la playera de Vetements con el logo de DHL, se agotó a 330 dólares la compra.

Todo el mundo juega dentro de este mundo con el fin de ser considerado cool. Después del alboroto sobre la bolsa de Balenciaga, Ikea se apresuró a publicar un anuncio que enumeraba cinco maneras de identificar una bolsa falsa de Ikea, que incluía la comprobación de si ésta crujía, que podía transportar ladrillos y que se lavaba. No hace mucho tiempo los artículos se centraron en la identificación de una auténtica Fendi Baguette o Louis Vuitton Speedy.

Creando un splash

"Soy un gran creyente en la vulgaridad, si tiene vitalidad, un poco de mal gusto es como una agradable pizca de paprika", dijo la legendaria Diana Vreeland.

Pero en el caso de los diseñadores de hoy en día, es más de una ola. Hay un abrumador rechazo de la vieja capa burguesa del esnobismo, la "separación" de la alta moda. Por supuesto, el precio aún separa claramente a los que tienen y los que no tienen, pero en la superficie las cosas parecen más democráticas. Al igual que el término "políticamente correcto" se ha cargado con la negatividad de muchos, algo para luchar contra, para desconfiar, (posiblemente incluso el único mensaje claro que se necesita para ganar la presidencia de EE.UU.) la moda también está agregando su voz: "Vive le faux Pas!

¿Qué sigue?

Con lo vivido esta semana de la bolsa de Ikea, la pizzería Papa Johns, decidió unirse a la diversión, publicando en Twitter: “La siguiente colaboración de #Vetements debe de ser con Papa John’s”

Finalmente ¿Porque no? La única pregunta que queda pendiente es: ¿Quieres extra queso con eso?

Por la editora invitada, Jackie Mallon, quien está en la facultad de enseñanza de varios programas de moda de Nueva York y es el autor de 'Silk for the Feed Dogs', una novela ambientada en la industria de la moda internacional.

Fotos: Dior Couture, Jean-Pierre Muller / AFP, Moschino, Tiziana Fabi / AFP, nordstrom.com; balenciaga.com, ikea.com

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