La moda masculina en París vistió a un hombre que quiere sentirse protegido
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En tonos, formas y tendencias, los desfiles de París mostraron a un hombre a la búsqueda de referentes seguros que lo hagan sentirse protegido en un mundo hostil, sin renunciar a asumir su lado femenino. "Creo que vivimos en una época dura, y eso le hace a uno reflexionar sobre cómo vive y lo que hace", comentó el diseñador holandés Lucas Ossendrijver, que presentó este domingo una colección otoño-invierno para Lanvin en la que dominó sobriedad y elegancia austera.
Dries Van Noten ya había insistido días antes en la idea de protección, con modelos que evocaron los uniformes de bombero o de agentes del tránsito. En esa búsqueda, abrigos, sobretodos, ponchos y capas de lana o piel, a veces con solapas sobredimensionadas arroparon cálidamente a este hombre que se siente frágil.
La hostilidad del mundo apareció en Yohji Yamamoto, que pintó cicatrices en el rostro de los modelos y mostró otros con ropa rasgada. Algunos diseñadores asiáticos incurrieron directamente en lo militar, como el coreano Juun.J. Yosuke Aizawa presentó a sus modelos alrededor de una carpa y Kenzo también insistió en el lado "sobreviviente" con altos borceguíes. La idea de protección también llegó a las pasarelas a través de la acumulación de capas, de una prenda que cae sobre la siguiente un poco más larga. Usaron este recurso entre otros Dries Van Noten, Dior, Lanvin y Yohji Yamamoto y Thom Browne.
El confort también vino de la mano de la amplitud, visible sobre todo en los pantalones, llevados bastante por encima de la cintura. "Lo más importante son las formas más amplias", dijo Paul Smith a la AFP, a la hora de resumir su colección presentada este domingo e inspirada en su relación "con la música y la era hippie". "Nos habíamos acostumbrado a las formas demasiado pegadas al cuerpo y por eso a mi equipo le encantó la idea de formas más amplias", comentó el diseñador británico de 68 años. Su colección en tonos discretos y apagados incluyó cómodos sobretodos con motivos geométricos, inspirados en la Bauhaus, y varios tapados de piel. La idea de abrirse a lo más amplio también sedujo a Lanvin, así como la referencia a los años 70, por ejemplo en chaquetas de cuero brillante y solapa ancha.
Contra esa tendencia, Hedi Slimane mantuvo en su colección para Saint Laurent figuras andróginas filiformes, con pantalones pegadísimos al cuerpo. En cuero o género, dominó otra vez el negro. Thom Browne llevó al extremo la pasión por el negro: su desfile fue literalmente un funeral. Los modelos desfilaron con paso lento delante del difunto, todos vestidos de riguroso luto. "Es la idea romántica del respeto que la gente debería tener por la gente y sus vidas", dijo Browne a la AFP.
El lado femenino
De lo confortable a lo unisex el camino es corto. Este hombre del 2015 a la búsqueda de referentes sólidos no vacila en recorrerlo, o incluso ir más allá, asumiendo un lado femenino. Loewe llevó esa confusión al paroxismo, con modelos cuyo sexo es a veces difícil de adivinar a primera vista. Con variantes más sutiles, la fluidez de códigos entre géneros fue desarrollada en las colecciones de Maison Margiela o Ann Demeulemeester, como otros ya lo habían hecho otros la semana anterior en Milán, incluyendo Gucci.
En París, Issey Miyake puso horquillas en el pelo engominado de sus modelos, Yamamoto les pintó la barba y Givenchy las uñas de las manos. Y casi rebajado a la categoría de accesorio, el pene hizo unas breves pero muy comentadas apariciones en el desfile de Rick Owens, en modelos que al caminar dejaban distraídamente al descubierto su virilidad.