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La lencería francesa se reinventa en tiempos del #MeToo

Por AFP

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"No hemos encontrado una alternativa al trasero para vender lencería", afirma Sarah Stagliano, una de las nuevas diseñadoras de lencería francesa que busca la fórmula para vender ropa interior seductora en tiempos del #MeToo.

Los tangas y sujetadores "push-up" pierden fuelle, la comodidad se antepone a la ultrasexualidad e incluso la propia noción de seducción se está redefiniendo en función del bienestar femenino y no del deseo masculino. Así, parte de la publicidad de la lencería empieza a cambiar, alejándose de la imagen de la "mujer objeto".

En este contexto, la última campaña de Aubade, marca de gama alta que reivindica desde hace 60 años la "seducción", suscitó la polémica en diciembre debido a la imagen gigante de unas nalgas perfectas debajo de unas bragas con bordados que colgó en la fachada del centro comercial Galerías Lafayette en París.

La concejal comunista de la capital Hélène Bidard, a cargo de la igualdad de género, reclamó "la retirada inmediata de esta campaña sexista", con una mujer "sin rostro". Otros reivindicaron que en los países donde se prohíben estas imágenes, las mujeres son maltratadas.

"No nos lo esperábamos, pero no nos afectó", comentó a la AFP Martina Brown, directora general delegada de Aubade, recordando que sus famosas campañas "Lecciones de seducción" de hace 25 años "chocaron, pero no impidieron que las mujeres compraran los productos".

"A las mujeres les encanta ver la finura de los bordados, los encajes... Esto nos llevó a aumentar el zoom y cortar la cabeza, ¡es la única manera!".

Ya hace 20 años que algunos fabricantes "muestran mujeres normales y no modelos. Es decisión suya. Nosotros preferimos hacer soñar", dijo Brown.

Fin del Photoshop

Henriette H, una reciente marca de lencería conocida gracias a Instagram, desfilará el 20 de enero en París junto a Aubade y una quincena de otras firmas del sector en un pase destinado a promover el "savoir faire" francés.

Su creadora, Sarah Stagliano, de 36 años, abrió una tienda en París llamada "casa abierta", donde las bragas y otras prendas con motivos seductores se prueban en cabinas colocadas en los aparadores. La clienta elige si corre la cortina o no.

"Puede ser polémico, pero si la mujer decide exhibirse en la vitrina, es libre de hacerlo", afirmó la creadora defendiendo que cada una tiene el derecho de tomar sus propias decisiones, incluida la de ser un "objeto sexual"

Una treintañera, Jazzmine, es imagen de la marca desde hace 6 años. Stagliano aseguró que seguirá siéndolo "dentro de 10". En las fotografías, se muestra "tal y como es" y se opone a que se retoquen sus senos, aunque "estén un poco caídos" debido a la lactancia.

Pero los clichés sensuales prevalecen. "Para vender unas bragas, necesito un trasero porque sigue siendo el lugar donde se colocan. Si vendiera nata y enseñara un par de nalgas, sí que tendría la impresión de utilizar" indebidamente la imagen de la mujer, según Stagliano.

Naturalezas muertas

A la inversa, la firma familiar Simone Pérèle presenta desde hace un año sus prendas como naturalezas muertas, colocadas sobre un sofá o revelando solo un tirante que lleva una escritora o una atleta.

Una manera de desacomplejar a las mujeres y permitir que la lencería sea más accesible. "Las mujeres nos decían que veían modelos retocadas con Photoshop... Hay que cambiar el discurso", dijo a la AFP Stéphanie Pérèle, nieta de la fundadora de la firma.

Renaud Cambuzat, fotógrafo de moda y director artístico del grupo Chantelle, que reúne varias marcas de lencería, estimó que faltan propuestas para adecuarse a una mujer moderna "compleja, multifacética y cambiante".

Por un lado, están los grandes desfiles estadounidenses ultrasexuales como los de Victoria's Secret, aunque el hecho de que este esté perdiendo audiencia demuestra "quizás que es el fin de una época", según Cambuzat.

Por otro, "está el otro extremo: como ya no queremos mujeres esqueléticas", recurrimos a las tallas grandes "un poco caricaturescas".

"Se avanza, pero todavía queda mucho camino por recorrer" para salir de los estereotipos, explicó.

Photo: Lionel Bonaventure / AFP

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