El modisto de la reina Letizia, broche de oro de la pasarela madrileña
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El español Felipe Varela, modisto predilecto de Letizia, puso este lunes el broche de oro a la pasarela madrileña con un muy esperado desfile, el primero en 14 años durante los cuales su imagen estuvo totalmente asociada a la joven reina.
Un abrigo 'oversize' blanco en crêpe de lana y red de metal, con cuello de zorro rojo dio, de entrada, el tono de una colección atrevida, que busca distanciarse de sus creaciones más conocidas, que atrajeron al desfile a un público maduro.
Tras debutar en la semana de la moda madrileña en 1996, Varela había abandonado la pasarela en 2002 y no desfilaba desde entonces, aparentemente por desavenencias con la organización. Poco después, fue elegido "diseñador de cabecera" por la entonces princesa Letizia, plebeya y experiodista casada en 2004 con el heredero al trono de España, explica a la AFP Laura Luceño, profesora del Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid.
Del vestido rosa de muselina que lució en 2011 en la boda de Guillermo y Catalina de Inglaterra, al traje de gala azul de su visita oficial a Perú en julio, pasando por el abrigo de seda blanco con piedras preciosas que llevó para la proclamación de Felipe VI en 2014, "en estos últimos años sólo lo hemos visto vestir a Letizia", señala.
Por lo tanto, "ha sido muy difícil separar" el estilo de Varela del de la reina, de 43 años, agrega, calificando esos diseños de "clásicos, aunque muy chics". De alta costura o prêt-à-porter son "al fin y al cabo para situaciones muy concretas, con una etiqueta que tampoco permite mucha libertad creativa". Esa libertad fue precisamente la que el diseñador osó sobre la pasarela, adonde regresó con una colección otoño/invierno 2016-2017 que, combinando blanco y negro con intensos rojos y oros, busca abrirse a una clientela más amplia, aunque conservando su lujosa sofisticación.
Propulsado por la reina
Es una moda para mujeres "a las que Varela acompaña no sólo en sus momentos importantes, de protocolo y agenda, sino también en aquellos de ocio y diversión", confirman desde su firma. Bautizada "Crystal army", la colección, con más de 185.000 cristales cosidos a mano, peca en ocasiones de exceso de brillo. Y provoca, con pronunciadísimos escotes y transparencias en tops, pantalones e incluso microvestidos.
Los chalecos de camuflaje en gradaciones de blanco y negro contrastan con los flecos incrustados de cristales. El encaje de las chaquetas 'bomber' acompaña a estampados animales en largas faldas negras. Fue el resultado de mezclar una estética futurista de líneas puras con el carácter deportivo de la cultura hip-hop, explica su portavoz, dado que el diseñador, ausente desde hace más de una década también de los medios, decidió no dar ninguna entrevista.
"Letizia se fijó en él también por su discreción", dice Luceño, calificándolo como un modisto "de los que nunca han querido hablar de ellos", y que tampoco se deja ver en las fiestas. Aunque en España casi todos conocen su nombre pocos reconocen su imagen, lo que le permite pasar tan desapercibido en las calles de Madrid como en París, donde estudió y trabajó en casas como Dior, Lanvin y Mugler, y donde sigue viviendo la mayor parte del año.
Más allá de la colección, dos fueron hasta el final las expectativas del desfile. La imagen de Varela cuando saliese a saludar -de negro riguroso, con gafas de sol- y si acudiría Letizia -no lo hizo- a quien debe su renombre. "Cuando empezó a vestirla fue cuando realmente su popularidad se disparó", reconoce la experta. Antes "no tenía una prensa que se rindiera a sus pies, ni mucho menos, como luego ha pasado", añade.
Si en sus inicios compartió desfile con otros diseñadores en horas poco concurridas, esta vez la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, que abrió el 18 de febrero y concluye el martes con las nuevas promesas, le reservó un lugar privilegiado.
Varela clausuró los grandes desfiles, tras jóvenes diseñadores como The 2nd Skin Co o Alvarno, con quienes compite directamente, o veteranos como Francis Montesinos y Agatha Ruiz de la Prada, de cuyos excéntricos diseños está todavía lejos. (AFP)