El diseñador español Arturo Obegero pone a bailar a Pina Bausch y Antonio Gades
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París - Como joven diseñador, a Arturo Obegero le han tocado tiempos difíciles. La pandemia diluyó su debut en enero en París, pero lejos de desanimarse, este español presentó este sábado su ambiciosa colección "Euforia", con piezas únicas que cuentan cada una su historia.
"La Historia siempre se repite: después de una crisis surge un momento de belleza, la gente quiere celebrar la vida", como en los Felices Años 1920, explica a la AFP este asturiano.
Por eso en su nueva colección abundan las lentejuelas, los vestidos sedosos para ellos y ellas y también un pijama morado y sensual - una de las piezas indispensables de la pandemia -, pensado para salir a la calle.
Mientras confeccionaba, Obegero tenía en mente a dos de sus grandes referentes culturales: Antonio Gades y Pina Bausch. "Me los imaginé bailando en la misma fiesta": al maestro del flamenco con un traje de tres piezas serio y riguroso y a la bailarina alemana con un despampanante vestido violeta.
Pero de todos los colores, el diseñador se queda con el negro, el mismo de su compatriota Cristóbal Balenciaga, al que homenajea en su colección con un top inclinado hacia un hombro inspirado en un modelo de 1950.
Las piezas de Obegero son muchas veces irrepetibles, puesto que solo trabaja con los restos de telas que desechan las grandes marcas, como la seda de Louis Vuitton que le sirvió para un vestido rojo y fluido, abierto de espalda.
Si el cliente lo quiere, el diseñador lo confeccionará con el mismo rollo de tela si es que le queda, y si no, buscará la más parecida. Por ejemplo, para las camisas de su colección pasada, ahora anda "como loco" para dar con un terciopelo similar y responder a la demanda.
"Es complicado, pero es el camino que tenemos que seguir todos", afirma este diseñador que estudió en el templo londinense de Central Saint Martins.
Los clientes están además avisados: en su página web, el diseñador especifica que las telas pueden variar y que la firma solo produce bajo encargo, un principio ecorresponsable cada vez más extendido entre las jóvenes marcas.
La contaminación en un top
Lo mismo sucede con su top "Pedrero", realizado a partir de cristales de botellas. Su nombre alude a la zona de playa de su pueblo, Tapia de Casariego, donde a los 13 años recogía los desechos que el mar depositaba sobre la arena.
"Ya tenía una colección de cristales, así que escribí en el grupo de Facebook de mi pueblo y los niños se encargaron de recoger más" para confeccionar la pieza.
"Me gusta esta idea de que el mar devuelva nuestra contaminación como una joya".
Como por ahora los desfiles no regresaron masivamente a París -- apenas un puñado de marcas organizaron pases físicos durante esta Semana de la Moda masculina --, Obegero se contentó este sábado con una presentación con cuatro modelos en el Palacio de Tokio de París y el lanzamiento de un video.
En el filme, los modelos invaden un estudio de danza en el que acaban bailando al son de una música disco, como si despertaran del letargo al que la pandemia les había condenado.
Como muchos, el diseñador, que trabajó en Lanvin antes de lanzar su marca en 2020, todavía no tiene claro cómo será el futuro de estas citas, antaño ineludibles para la industria.
"¿De verdad necesitas traer a 80 personas de otros países solamente para que vean ropa durante cinco minutos? No. Pero tampoco la puedes vender por Zoom. Hay que verla, sentirla", argumenta.
En cualquier caso, está convencido de que cada vez más las firmas seguirán su propio calendario y "mostrarán sus colecciones cuando quieran", como ya es el caso de algunas casas consagradas como Saint Laurent, Gucci y Celine.(AFP)