Dior vistió a una mujer delicada, Schiaparelli apostó con mesura a la extravagancia
cargando...
El belga Raf Simons imaginó a una mujer delicada y de recatada sensualidad para la colección Dior de alta costura presentada este lunes en París, mientras que Schiaparelli revivió con mesura los códigos extravagantes de la legendaria rival de Coco Chanel.
Como princesas medievales de depurada silueta, las modelos deambularon entre los invitados que descubrieron esta colección otoño-invierno en el calor generoso de una tarde estival en los jardines del museo Rodin. "El jardín de las delicias" fue el título que Raf Simons dio a su colección, colocada bajo la inspiración de los pintores primitivos flamencos de su país natal.
Largas túnicas con severos escotes dieron una tonalidad hierática a algunas figuras, por momentos evocadoras del universo de la serie "Game of Thrones". Pero la austeridad gótica de los cortes contrastó con la riqueza de materias bordadas y efectos de drapeado, característicos de la alta costura. El estilo medieval también apareció en la superposición de cota de malla enjoyada, que se lleva como un chaleco sobre los vestidos. Los tapados que hicieron famosa a la casa fundada en 1946 por Christian Dior hicieron eco a las capas medievales.
Extravagancia chic de Schiaparelli
El famoso "rosa shocking" --en realidad un vistoso fucsia--, los hombros marcados, las iniciales ES: los códigos de Schiaparelli estuvieron muy presentes en la primera colección de alta costura del nuevo estilista Bertrand Guyon, que hizo desfilar siluetas de "extravagancia mesurada".
El decorado es "el teatro de Elsa", en referencia a la fundadora de la marca y a los teatros parisinos de los años 1930. El "rosa shocking" que se convirtió casi en logo de Elsa Schiaparelli, la gran rival de Coco Chanel y amiga del extravagante Salvador Dalí, aparece en tacones, pieles o en un vestido largo. El diseñador francés Bertrand Guyon, que trabajó para Valentino, se sumó en abril a la marca legendaria que regresó a la pasarela en 2014 tras una pausa de casi 60 años.
En blanco y negro, una falda-pantalón, tweed y tela escocesa le dan cierto rigor, animado con espectaculares bordados y parches de pieles coloreadas, inspiradas de artistas como el australiano Leigh Bowery. Una campera y una falda en organza lamé evocan una capa creada en el siglo pasado por Schiaparelli. "Lo que me interesaba --digo Guyon-- eran siluetas menos conocidas con cierta austeridad y sencillez, que no corresponden con la imagen que se tiene espontáneamente de Elsa Schiaparelli. Y al mismo tiempo, el contraste con la extravagancia que siempre llevó dentro suyo". (AFP)