Dior Homme apostó a una moda nocturna para hacer soñar en tiempos difíciles
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Desafiando a un mundo inestable y peligroso, Dior Homme apostó a una moda masculina más joven, radical y nocturna para el próximo invierno, declinada sin nostalgias en rojo y negro.
En los salones del Club de Tenis de París, Dior instaló pistas de skate en el decorado de un apartamento burgués con parquet versallesco. Una contradicción deliberada para el desfile de una colección que este sábado buscó ir un poco más allá de los códigos tradicionales de la clásica marca de lujo.
Para lograrlo, el diseñador Kris Van Assche se liberó de las referencias obligadas de colecciones anteriores del legendario fundador de la casa de modas, para jugarse a una colección más personal. "Finalmente, he tomado un poco des distancia con relación a Christian Dior, en el sentido de que ya está, ya quedó integrado y ahora queremos ser radicalmente 2016 y 2017, con un lado más joven, más moda y tal vez menos burgués", dijo a la AFP el creador de 39 años, director artístico desde 2007. Famoso por su meticulosidad en los detalles y su arte de combinar clasicismo con toques más salvajes, apeló a la estética del universo "skater", "new age" y punk.
De una colección luminosa, colorida y burguesa del próximo verano, Dior Homme optó ahora por el extremo opuesto. "Tenía ganas de negro, de oscuro, de noche, de Berlín, una colección, con un tono muy diferente", explicó Van Assche. Entre ambas colecciones, corrió mucha agua bajo los puentes de París. Y sangre: la ciudad luz sufrió con los atentados yihadistas de noviembre los peores hechos de violencia desde la Segunda Guerra Mundial. El mundo de la moda, claramente, acusó recibo. "La actualidad hace que uno tiene que ser más fuerte aún para hacer soñar", asegura Van Assche. "Lo sombrío de lo cotidiano está tan omnipresente que si un diseñador quiere hacer soñar, tiene que ir más lejos que antes".
Una flor negra en la solapa
El universo callejero y deportivo del skate se encuentra en pantalones amplios, aunque algunos de ellos tienen una consistencia rígida que les da más el aspecto de la ropa de trabajo industrial. Los largos tapados clásicos de cashmere se transforman por completo gracias a una materia alcolchada y sintética, formando un sobretodo ultraliviano pero muy abrigado y más adaptado a cualquier circunstancia.
El espíritu de subversión está también presente en pantalones vaqueros con bordados rojos que evocan la moda del "hágalo usted mismo", pero con esmerado cuidado de detalles que dejan claro que se trata de prendas de lujo. ¿Y las flores de Dior? Están presentes, pero esta vez son negras, incluso como accesorio que los más románticos podrán colocar en la solapa. Según Kris Van Assche, su colección buscó responder, en tiempos desafiantes y peligrosos en el que todos los referentes parecen vacilar, a la apremiante pregunta: "Cómo crece un individuo? ¿Cómo transforma su experiencia pasada en un presente sin nostalgia?". Una colección "muy en el espíritu de la época", comentó a la AFP Karl Lagerfeld, cliente asiduo de Dior Homme tras observar el desfile en primera fila. (AFP)