Arturo Obegero, el joven diseñador español que dice no al "teatro" de la moda
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Arturo Obegero debutó este sábado en la Semana de la Moda de París dispuesto a dar guerra. Este joven diseñador español, creador de una línea arrebatadora con influencias flamencas, avisa de que llega para combatir "el teatro" en el que se ha convertido la industria bajo el poder de las redes sociales.
"Estos lazos gigantes, extremos, muestran cómo algo tan bonito como la moda, también te puede paralizar", explica a la AFP este asturiano, de 27 años, enseñando una de las creaciones de su nueva colección unisex, confeccionada a partir de cortinas de teatro desechadas.
Obegero lanzó su marca hace apenas un año desde su estudio en la periferia de París con las ideas muy claras y una conciencia ecológica: solo trabaja con telas que ya nadie quiere, especialmente las que recupera de grandes firmas, como Fendi para las camisas de seda y Givenchy, para los pantalones.
De ahí que su trabajo coquetee con la alta costura: "Me gusta producir piezas limitadas y exclusivas: por ejemplo, de un rollo, a lo mejor solo voy a poder crear 10 camisas".
Sus influencias tienen sus raíces en el flamenco clásico, como su pantalón de talle alto "Antonio Gades", en su compatriota Cristóbal Balenciaga, con quien comparte la obsesión por el negro para dar protagonismo a la silueta, pero también en su fallecido abuelo, presente en cada colección con la camisa "Pedro".
"Barrer para casa"
"Me gusta barrer para casa", admite, aunque sus inspiraciones son también internacionales, desde los ballets rusos a Pina Bausch, lo que denota su pasión por la danza.
Nacido en el idílico pueblo costero Tapia de Casariego (norte), Obegero recuerda cómo en las ferias locales preparaba los bailes con sus amigos. Más tarde vino la época de internet cuando podía "morirse" si se perdía la retransmisión de uno de los desfiles del británico Alexander McQueen. Y a los 14, con su madre empezaron a ahorrar para que pudiera estudiar moda. "Poníamos el dinero en un sobre".
Cursó patronaje en La Coruña antes de saltar en 2018 a uno de los templos de la moda, la Central Saint Martins de Londres, donde "te exprimen el cerebro y te empujan a diario para sacar lo que tú eres". Pero sintiéndose más a gusto con el corte más "clásico y sensual" de París, cruzó el canal de la Mancha para trabajar un año en la histórica firma Lanvin.
"Lo que me interesa es recuperar la fantasía y devolver el alma a las prendas", afirma el diseñador, previamente a su debut en la Semana de la Moda Masculina, 100% digital debido a la pandemia.
El valor de un selfi
Con los telones que recuperó de teatros de Londres, Sídney... confeccionó una colección que refleja cómo el "mundo es un teatro constante y cómo en la moda hay más que nunca un hambre por el aplauso", debido a las redes sociales.
"A veces un selfi vale más que todo el trabajo detrás", lamenta, criticando además que en internet "ya no puedes ni dar tu opinión" por miedo a ser repudiado en línea, lo que se conoce como la "cancel culture".
Así, estas prendas de terciopelo presentadas en video este sábado son un reflejo de "cómo se siente" aterrizando en las grandes ligas de la moda.
Incluye por ejemplo una bufanda de cuatro metros morada con guantes integrados, que cubre hasta el rostro y "te impide mover", así como un pantalón "palabra de honor" -- de talle hasta el pecho --, que se completa con una pieza a conjunto que rodea la cabeza, dando a la silueta una forma de rosa.
"Es una referencia al final de las obras, a cuando la gente lanzaba rosas. Tiene que ver con esa ambición de que todo salga bien, pero que a veces te ahoga", explica.
Obegero admite que su colección "no es muy de día a día". "Pero ahora que estamos todos en pijama y chándal, qué mejor momento para traer un poco de fantasía", explica. Además, "en mi debut quería demostrar de lo que soy capaz".(AFP)