Agnès b., 40 años de creación de una diseñadora independiente
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"No me gusta la moda, me gusta la ropa": desde hace cuatro décadas, la diseñadora Agnès b. que presentó su desfile este martes en París, recorrió un camino propio e independiente, lejos de la fama y la publicidad.
Su logo manuscrito en cursiva inclinada, sus gabanes y sus camisetas de rayas la hicieron famosa en todo el mundo. Su colección otoño-invierno es una oda a todas las mujeres. Cuarenta años después de abrir la primera tienda en la rue du Jour, en el centro de París, reeditó además modelos de la primera época, incluyendo unas coloridas faldas.
"Las tenía para la inauguración de la tienda, teñidas en la bañera. ¡A veces ni siquiera estaban del todo secas!", cuenta a la AFP la creadora de 74 años, cuyo verdadero nombre es Agnès Troublé, en su amplio y luminoso estudio cerca del canal Saint-Martin. "Yo siempre digo que no me gusta la moda, sino que me gusta el estilo, me gusta la ropa, esa que uno puede conservar y volver a ponerse 10 o 20 años después", explica, vestida con una falda larga estampada con un paisaje irlandés. "Siempre quise hacer ropa bien pensada, hecha para la vida moderna, en la cual se puede confiar", explica mientras fuma un cigarrillo, con una flor en sus cabellos rubios.
Con motivo del 40º aniversario de su primera tienda se organizó una exposición que incluye las camisetas de artistas editados por esta descubridora de talentos. En septiembre, la editorial La Martinière le dedica un libro retrospectivo. Una vez instalada en París, Agnès b. abrió tiendas en Nueva York y Japón, que le valieron una gran notoriedad.
"Siempre voté a la izquierda"
Mecenas, coleccionista de arte, galerista, sonríe al evocar sus veladas junto al artista Jean-Michel Basquiat -"¡nos entendíamos como viejos amigos!"-, o sus recuerdos con Keith Haring, a quién conoció en Venecia.
Apasionada del cine, productora, realizó una película "My name is Hmmm..." en 2014, y vistió a David Lynch. Gran amante de la música, también atavió a David Bowie, en particular para sus cumpleaños número 50 y 60. La ropa que diseña se caracteriza por su estilo sobrio y urbano. Agnès b. no mira lo que hacen sus pares. "Jamás fui a ningún lado, ni a Kenzo, ni a Sonia Rykiel, ni a Isabel Marant. No quiero ni saber, prefiero mirar a la gente por la calle". En cuanto al debate que agita actualmente al mundillo de la moda acerca del calendario de las colecciones, ni se da por enterada: "No hacemos ropa que pasa de moda al cabo de dos meses, no estamos en esa problemática", acota. "Yo soy distinta, un poco francotiradora".
A pesar de haber estado en pareja con el publicista Philippe Michel, con quien tuvo una hija, se jacta de no haber hecho jamás publicidad para su marca. "¡Odio la publicidad! Es una manipulación", proclama Agnès b., muy marcada por los eslóganes de la izquierda del Mayo de 1968. Nacida en una "familia de derecha de Versalles", el suburbio acomodado del oeste de París, dice que siempre votó a la izquierda desde que la guerra de Argelia despertó su conciencia política.
Con apenas 17 años, se casó con el editor Christian Bourgois, de cuyo apellido la inicial se convierte en parte de la marca. De esa primera unión nacieron dos mellizos. "Estábamos todo el tiempo en las manifestaciones", recuerda. Hasta el día de hoy esta ferviente católica, también preocupada por la ecología, no pierde oportunidad de manifestar su indignación: contra la extrema derecha del Frente Nacional, la evasión fiscal o la situación de los refugiados. Recientemente firmó una tribuna junto a otras personalidades contra el desmantelamiento del asentamiento de refugiados en Calais (norte).
Al frente de una empresa de 2.000 empleados, siempre defendió la semana de trabajo de 35 horas que impugna la derecha y se jacta de fabricar un 40 por ciento de su ropa en Francia. Su marca, vendida en cerca de 300 tiendas y mostradores del mundo (incluyendo 141 en Japón), facturó 300 millones de euros en 2015. Es madre de cinco hijos, tiene 16 nietos y dos bisnietos. ¿Ganas de pasar la posta? "Me voy a ir organizando de a poco", dice. "¡Vivo al día y me encanta mi trabajo!". (AFP)