4 claves para que tu marca de moda sea más sostenible
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Solo en España se desechan cada año cerca de cien mil toneladas de ropa y de este total menos del 20 por ciento podrá ser reciclado. Cifras alarmantes que ponen el foco en una industria que se sitúa como la segunda más contaminante del mundo después del petróleo.
Los costes sociales y medioambientales que se producen a lo largo de toda la cadena de producción textil - desde la misma elaboración de la materia prima hasta el desecho de la prenda, pasando por todas las etapas de su ciclo de vida - suponen la creación de un sistema insostenible en el tiempo. Un sistema lineal en crisis basado en la extracción, producción, distribución, consumo y desecho, que abusa constantemente de unos recursos del planeta que son finitos.
Para cambiar esta situación, es necesario una evolución en la forma de entender la cadena de producción, para convertirla en un sistema circular que aporte valor y reduzca al máximo los impactos negativos en cada etapa. Los diseñadores y creadores de moda tienen en sus manos, hoy más que nunca, la posibilidad de cambiar la forma en que se crea, se usa y se desecha una prenda de ropa. Existe la tecnología, la información y los recursos suficientes para convertir el concepto de economía circular y sostenible, en una realidad para la industria textil. Solo hay que conocer las claves para llevarlo a cabo, algunas de ellas te las exponemos a continuación:
1. Diseño de prendas duraderas
En el contexto actual, estamos demasiado acostumbrados, por desgracia, a la llamada obsolescencia programada. Los productos son diseñados para durar un tiempo y luego desecharse para seguir fomentando el consumo posterior. En la industria de la moda, ocurre lo mismo y así es como año tras año se acumulan miles y miles de toneladas de residuos textiles en cada país. Y es que, citando a Elisabeth Cline en su libro Overdressed: The Shockingly High Cost of Cheap Fashion, “la industria de la moda rápida o fast-fashion basa su modelo de producción en crear moda a un precio mucho menor que la competencia, ofreciendo así menor calidad pero mayor volumen”.
En este sentido, el diseño de productos pensados para durar parece la solución más obvia para evitar este círculo insostenible. Crear prendas utilizando tejidos de calidad, añadir elementos que faciliten ajustarlas si es necesario por el propio consumidor (por ejemplo para ensancharlas o hacerlas más pequeñas), no diseñar siguiendo modas pasajeras sino pensando en diseños básicos a los que se les pueda incluir posteriormente variaciones para darles estilo y modernidad, mirar al detalle cada costura y reforzarlas, etc. En la actualidad marcas como Patagonia o la marca de moda sostenible para hombre Tom Cridlan, ya ofrecen la posibilidad de obtener prendas destinadas para durar muchos años.
2. Proceso de corte zero-waste
Durante la fase de corte en la producción textil se estima que cerca de un 15 por ciento de los tejidos acaban desechándose. Material que normalmente acaba en la basura. La técnica de diseño zero-waste elimina estos desperdicios planificando al detalle las dimensiones necesarias para crear cada prenda y encajando los patrones al milímetro en el trozo de tejido seleccionado.
Sin embargo, esta forma de diseñar no es algo tan novedoso, ya que, durante décadas se ha utilizado en países como Japón. Allí el tradicional kimono se realizaba con líneas rectas, mangas rectangulares, etc. para sacar el máximo partido de los tejidos disponibles. Materiales que normalmente eran bastante costosos.
Hoy en día diseñadores de muchas partes del mundo aplican esta técnica en sus colecciones con el objetivo de hacerlas más sostenibles, e incluso se han editado libros muy interesantes como Zero Waste Fashion Design de los diseñadores Timo Rissanen y Holly McQuillan donde difunden esta técnica de corte y producción textil.
3. Tejidos más sostenibles
Seleccionar materiales biodegradables como tejidos naturales o sintéticos vegetales, es una buena opción. Sin embargo, hay que estudiar a fondo la procedencia y el tratamiento que han sufrido dichos tejidos antes de llegar al taller de producción, ya que, aunque sean vegetales o naturales, han podido estar sometidos a pesticidas, químicos, tóxicos, crueldad animal, degradación del medioambiente, etc. Por ello, es fundamental saber exactamente el origen del tejido y dirigir los esfuerzos a encontrar materiales que hayan sido cultivados o creados bajo principios de sostenibilidad.
En este sentido, las certificaciones textiles
Por otra parte, también es una buena opción la selección de materiales hechos a base de procesos de reciclaje como el poliéster reciclado PET, algodón reciclado o incluso tejidos provenientes de excedentes de fábricas textiles.
4. Control directo de la producción
Saber quién y cómo se hace cada prenda de ropa que formará una colección, es fundamental para aplicar en la cadena de producción textil un plus de responsabilidad y sostenibilidad. De hecho, lo que ocurre con las grandes multinacionales de fast fashion, es justamente lo contrario. La cadena de producción es tan larga que se pierde el control de quién está realmente haciendo esas prendas y en qué condiciones. Condiciones que, por desgracia, en demasiados casos tienen que ver con explotación laboral, trabajo infantil, talleres clandestinos, etc.
Por ello, ver de primera mano cómo se trabaja en las fábricas donde se producen las prendas es fundamental para asegurar que se están siguiendo los principios de responsabilidad social y medioambiental establecidos. Además, compartir con los clientes de la marca las historias de las personas que hacen sus prendas ayudará a generar una imagen de la marca comprometida con el bienestar social y creará más transparencia en la cadena de producción, algo que tan difícil es conseguir en la industria textil actual.
Autor: Alicia Carrasco, es periodista, profesora y autora del blog de referencia www.greenandtrendy.com especializado en Moda sostenible. Es responsable de Comunicación en The Slowear Project, plataforma especializada en Divulgación, Comunicación y Educación al consumo de moda sostenible; colabora en la revista de Moda Sostenible Retahíla y ha participado activamente en el movimiento Fashion Revolution difundiendo la importancia de la labor educativa para conseguir un cambio real en la industria de la moda.
Fotos: Lifegist / Skunfunk Zero Waste Collection