Fallece el modisto franco-tunecino Azzedine Alaïa, figura atípica de la moda
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El modisto franco-tunecino Azzedine Alaïa, fallecido a los 77 años, se dio a conocer en los años 1980 como una figura atípica de la moda, lejos de los calendarios de los desfiles y de la prensa y gracias a sus fieles clientas.
Su muerte, anunciada el sábado por el semanario francés Le Point, y confirmada a la AFP por la Federación de Alta Costura y la Moda, suscitó múltiples homenajes. "Es un modisto de gran talento que nos deja. Lo conocía por su trabajo. Es una noticia muy triste", dijo a la AFP el modisto Pierre Cardin. "Pequeño en estatura pero inmenso en la moda. Adiós Azzedine Alaïa", reaccionó la creadora Inès de la Fressange en Twitter.
La galerista italiana Carla Sozzani, amiga muy cercana del modisto, también confirmó su desaparición a la revista Women's wear daily, la biblia de los profesionales de la moda.
Contra las imposiciones
Alérgico a la promoción, discreto, siempre vestido con un traje de corte asiático, tenía el privilegio que podía prescindir de la publicidad. Sus escasos desfiles se celebraban en su taller-tienda en el barrio parisino del Marais.
"Amo a las mujeres (...) No siempre pienso en las novedades, en ser creativo, sino en hacer un vestido para que las mujeres sean bellas", había explicado el creador, de mirada viva, en una entrevista con la AFP en 2013, cuando el museo Galliera, de París, le dedicó una retrospectiva. "Es mejor que me expongan estando vivo, me dará igual cuando esté muerto. ¡Y aquí, al menos, podré leer lo que los periodistas escriben sobre mí!", bromeó en aquel momento.
Alaïa concebía sus creaciones en tres dimensiones, utilizando poco el dibujo. Trabajaba mucho a medida, en la alta costura, pero también hacía mucho prêt-à-porter, saltándose las imposiciones de renovar sistemáticamente a cada temporada. Incluso llegó a proponer el mismo vestido "que no pasa de moda" dos años seguidos. "Con él, todo estaba en lo más alto: la costura, el arte, la exigencia, el trabajo, el conocimiento y todas las mujeres a quienes vestía. Era un artesano en el sentido noble de la palabra y hombre firmemente aferrado a su libertad", dijo de él François-Henri Pinault, presidente del grupo francés de lujo Kering. El modisto nació en Túnez en 1940, aunque le gustaba bromear con su año de nacimiento. "Tengo la edad de los faraones. Las fechas las he borrado", decía.
Naomi Campbell y Michelle Obama
Estudiante de escultura en la facultad de Bellas Artes en Túnez, este hijo de agricultores empezó a trabajar para una modista de barrio. En París, donde llegó a finales de los años 1950, trabajó brevemente para Dior y Guy Laroche. Poco a poco fue teniendo más clientas, de las que se convirtió incluso en confidente. Una de ellas le presentó a la actriz francesa Arletty, una de sus musas. También conoció a "la" Garbo.
El modisto contribuyó a definir la silueta femenina de los años 1980, decididamente sexy, inventando el 'body', las mallas ajustadas, la faldas con cremallera en la espalda... modelos que han sido copiados hasta la saciedad. Las estrellas se lo disputan, como la escultural Grace Jones, que posa con sus creaciones para el fotógrafo Jean-Paul Goude, o la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama.
Su último desfile tuvo lugar en julio y Naomi Campbell, protegida del modisto, a quien llamaba cariñosamente "papá", se encargó de inaugurarlo. (AFP)
Foto: Gabriel Bouys / AFP