Uniqlo, demandada ante la FLA por violar los derechos de los trabajadores de la confección
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Madrid- La compañía japonesa Uniqlo acaba de ser acusada formalmente ante la Fair Labor Association (FLA) de vulnerar los derechos de más de 2.000 trabajadores indonesios. Que demanda que Fast Retailing, matriz de Uniqlo, deba de hacer frente de manera solidaria junto a la alemana s.Oliver, de un pago por valor de 5,5 millones de dólares en concepto de indemnizaciones y salarios pendientes. Al tiempo que acusan a ambas compañías de violar el código ético de la FLA y su manual de “Normas laborales y abastecimiento responsable”, diseñadas precisamente para garantizar un “trato respetuoso y ético de los trabajadores” y para “promover unas condiciones optimas” en la industria de la confección.
Los hechos por los que los trabajadores demandan a la multinacional japonesa acaecieron allá por 2015. Cuando en abril de dicho año dos fábricas en las localidades indonesias de Cikupa y Majalengka, propiedades de la compañía Jaba Garmindo, echaron el cierre sin previo aviso, sin hacer frente a las correspondientes indemnizaciones y dejando sin pagar varios meses de salarios a una plantilla formada principalmente por mujeres. Unos cierres que vieron seguido por la precipitada bancarrota de la compañía, después de que sus principales clientes, particularmente Uniqlo, decidieran retirarles la producción de sus pedidos.
Horas extras forzosas y altos picos de producción
La encargada de acompañar a los trabajadores en este proceso ante la FLA ha sido la organización Clean Clothes Campaign (CCC). Desde donde sostienen que los empleados han logrado demostrar que Uniqlo y s.Oliver fueron los principales clientes de las fábricas en los años previos a su cierre, y que en el año 2014 llegaron a copar más del 50 por ciento de su volumen de producción. Testificando que la japonesa tuvo un papel decisivo en el funcionamiento y la producción de la fábrica, así como en las condiciones laborales de sus trabajadores. Que indican que su llegada provocó que se disparasen los picos de producción, con horas extras forzadas y mucha presión por alcanzar los plazos y los objetivos exigidos por la multinacional. Unas altas demandas sobre la producción que según los trabajadores y desde la CCC, quedó demostrados que terminó provocando el cierre de las fábricas según se recoge en los propios documentos judiciales del proceso de quiebra de Jaba Garmindo.
“Es injusto que los trabajadores que fabricaron ropa para Uniqlo sufran innecesariamente, mientras que la marca Uniqlo continúa creciendo y prosperando, generando miles de millones en beneficios”, indicaba a través de un comunicado Nurhayat, antiguo trabajador en Jaba Garmindo y actual vicepresidente del sindicato indonesio FSPMI. “Nos ganamos el derecho a ese dinero que nos deben, durante todos esos años en los que trabajamos duramente haciendo ropa para Uniqlo. Negarse a pagarnos, equivale a robar nuestro salario, y eso debería ser causa suficiente para que la FLA tome medidas inmediatas”.
La FLA como último recurso
El que los trabajadores hayan decidido acudir ante la FLA, a la que Uniqlo y s.Oliver están adheridas, se produce con el objetivo de lograr una mediación que consiga una “solución justa” a la disputa entre multinacionales y unos trabajadores en alto índice de exclusión, con más de 600 viviendo en condición de pobreza. Todo ello después de una dura campaña bajo el nombre “PayUpUniqlo” que ha recibido un importante apoyo público durante los dos últimos años, y que provocó dos primeras reuniones en julio de 2017 y noviembre de 2018 con las que parecía que se iniciaba un proceso de mediación que finalmente no se ha culminado. Al tiempo que se han agotado las vías legales con las que exigir una compensación.
“Uniqlo continúa diciendo que no tiene la obligación legal de pagar lo que se les debe a los trabajadores de Jabar Garmindo”, denuncia Mirjam van Heugten, de Clen Clothes Campaign. Quien señala que “ese es exactamente el problema”. “Existe un vacío de responsabilidad legal en la industria de la confección”. Donde “los códigos de conducta a los que se refieren muchas marcas cuando hablan de cuestiones de derechos laborales, son voluntarios, y los trabajadores con demasiada frecuencia deben depender de la buena voluntad de una marca para cumplir con sus responsabilidades”. “Esperamos que la FLA dé un significado real a las promesas hechas a los trabajadores con su código de conducta, y que garantice una solución para los trabajadores de Jaba Garmindo”.
Nike, Adidas o H&M: la otra cara de la moneda
Según la CCC, en su “Código de conducta en el lugar de trabajo” la FLA establece “claramente” que todos sus afiliados, entre ellos Uniqlo y s.Oliver, deben garantir que sus proveedores salvaguarden los derechos de los trabajadores en virtud de las leyes laborales y de seguridad social, tanto nacionales como internacionales. Medidas entre las que se incluye que los trabajadores reciban una compensación legalmente obligatoria por su trabajo.
En casos similares, otras compañías y multinacionales, competidoras directas de Uniqlo, y algunas miembros también de la FLA, como Nike, Adidas, Disney, Fruit of the Loom, H&M o Walmart, sí han acordado contribuir al pago de las indemnizaciones ante el caso de la quiebra de uno de sus proveedores. Aportando de manera directa los fondos adeudados a los trabajadores, o presionando para que sus distribuidores o demás miembros de su cadena de suministros hicieran frente a sus respectivas obligaciones.
“Lo que se les pide a estas marcas no es excepcional. Lo que es inusual es su total negativa a actuar y a hacer frente a lo que se les debe a estos trabajadores”, señala por su parte Artemisa Ljarja, coordinadora de apelaciones urgentes en la CCC. Que señala como “Uniqlo no debería ser capaz de comprar credibilidad a través de asociaciones como las que recientemente ha emprendido con organizaciones como la ILO (La Organización Internacional del Trabajo) o ONU Mujeres, mientras de manera simultánea ignora la voz de miles de trabajadores cuyo esfuerzo la ha convertido en una de las marcas más rentables del mundo”. “Ahora le corresponde a la FLA garantizar que estas compañías cumplan las promesas que hicieron de respetar los derechos de los trabajadores de la confección”.
Photo Credits: Cortesía de Clean Clothes Campaign.