Un estudio revela que los profesionales de moda carecen de habilidades específicas
cargando...
La industria de la moda necesita urgentemente profesionales con conocimientos técnicos, ya que las universidades han dejado de ofrecer a los estudiantes habilidades relacionadas con funciones que normalmente se subcontratan. Ahora, tecnologías como el diseño 3D, el Big Data y la inteligencia artificial, están ampliando aún más la brecha, porque es difícil para el mundo académico mantenerse al día con un mercado tan acelerado. El 62 por ciento de los directores de moda luchan por cubrir ciertos puestos, según una encuesta de la empresa de innovaciones de moda Alvanon, compartida en exclusiva con FashionUnited. Alvanon entrevistó a un total de 642 profesionales de moda de todo el mundo, el 64 por ciento de los cuales trabajan a nivel directivo o superior.
“Estamos ante una guerra por el talento”, comentó Sarah McConnell-Haynes, Directora de Compras de la tienda de ropa infantil Carter's, que ha participado en la encuesta. “A cada oficina de compras o empresa comercial con la que hablo le pregunto cuál es su mayor reto y la principl respuesta hace referencia a las personas y sus conocimientos”, añadió Edwin Keh, Director Ejecutivo del Instituto de Investigación de Tejidos y Prendas de Vestir de Hong Kong (Hong Kong Research Institute of Textiles and Apparel, HKRITA).
“Las instituciones académicas siguen centrándose en el lado glamouroso de la moda. Los estudiantes se gradúan pensando: “Voy a ser diseñador de moda”, sin entender el aspecto empresarial, comercial y técnico de las cosas, subrayó Catherine Cole, Directora Ejecutiva de Alvanon, en la entrevista llevada a cabo con FashionUnited durante Centrestage, la feria de moda celebrada en Hong Kong el pasado mes de septiembre.
El problema es particularmente evidente en la industria de la lencería, que requiere más experiencia debido a su compleja construcción. Angie Lau, Directora ejecutiva de Clover Group, otra de las personas encuestadas, comentó: “Hay una gran diferencia entre lo que nuestros empleados aprenden en la escuela y lo que es la vida real en la fábrica”.
“Es frecuente que haya problemas de comunicación entre las áreas de diseño y producción ya que, los estudiantes no han recibido formación en la escuela en lo relativo al trabajo en las fábricas de moda ni han trabajado con ellas. Cuando no se tiene acceso a las fábricas, se asume que se pueden hacer las cosas. Pero entonces los que trabajan en la fábrica dicen: “No puedo coser eso”. O el patronista afirma: “Si hago esto, requerirá muchos más metros de tela, lo que costará más”. Así que todo está relacionado”, explicó Janice Wang, Directora Ejecutiva de Alvanon, quien también habló con FashionUnited en Hong Kong.
La externalización es uno de los principales factores que contribuyen al problema. “Cuando se subcontrata todo, la gente de ese país simplemente deja de hacer esas cosas”, dijo Wang. Cole mencionó Carolina del Norte, en Estados Unidos, como el ejemplo perfecto de cómo la externalización está provocando una escasez de conocimientos en la industria de la moda. “Carolina del Norte solía ser un gran productor textil. Pero si vas ahora, verás a mucha gente de la industria hablando de un déficit de competencias desde hace 15 años. Ahí es exactamente cuando comenzaron la externalización a China. De repente, con la producción nacional y la gente cada vez más optando por comprar localmente, simplemente no tienen las competencias necesarias”.
A medida que los baby boomers (la última generación que sí tenía ciertos conocimientos técnicos) comienzan a retirarse, la preocupación aumenta. El 38 por ciento de los encuestados mencionaron que la jubilación del personal es una cuestión clave en su trabajo. Los millenials representan actualmente alrededor del 35 por ciento de la fuerza laboral, pero se espera que representen el 75 por ciento del personal para el año 2025.
Empresas de moda que no proporcionan la formación necesaria al personal
A pesar de la percepción de la falta de competencias básicas para el mundo laboral, el estudio revela que la mayoría de las empresas de moda no logra compensar la diferencia. Sólo el 16 por ciento de los directores que respondieron, afirmaron que las empresas en las que trabajan han llevado a cabo recientemente evaluaciones de conocimientos entre los trabajadores, lo que significa que no son plenamente conscientes de lo que los empleados pueden ofrecer y de lo que aún les falta.
”Los profesionales de RRHH no saben realmente cómo hacer evaluaciones de conocimientos, porque ellos mismos no cuentan con las competencias técnicas. Por lo tanto, muchas empresas piden a los empleados que poseen ciertas habilidades que evalúen a los que trabajan en puestos inferiores o similares a ellos. Pero eso es trabajo extra, sin mencionar que puede causar situaciones incómodas en el equipo. Es pedirles demasiado. “No sólo tengo que hacer mi trabajo, sino que también tengo que formar al equipo que tengo a mi alrededor””, aseguró Wang.
Como resultado, la mayoría de las empresas no asignan fondos suficientes a la formación. Solo el 49 por ciento de los directores y el 50 por ciento de personal por debajo del nivel directivo, admitieron haber formado parte en algún tipo de formación patrocinada por la empresa durante los últimos 12 meses. Menos del 30 por ciento de los encuestados ha visto aumentar el presupuesto para formación en los últimos dos años, y el 38 por ciento cree que no es probable que el presupuesto se incremente en el futuro.
Teniendo en cuenta que los millenials cambian de trabajo con más frecuencia que las generaciones anteriores porque quieren sentirse realizados en sus carreras, la falta de formación interna puede afectar a la facturación. “La diferencia con respecto a hoy en día, en comparación con hace diez años, es que los empleados esperan aprender y continuar con nuevos retos. Tienen curiosidad”, señaló Wang.
Pero, ¿Por qué las empresas invierten tan poco en formación? Las limitaciones de tiempo son la principal barrera, según el 54 por ciento de los encuestados pero, Alvanon también llegó a la conclusión de que muchas empresas carecen de métodos claros para medir la eficacia de la formación que ofrecen, lo que dificulta justificar nuevas inversiones. “No hay una manera coherente de medir el éxito de la formación”, indica el informe. “El 38 por ciento observa la satisfacción de los empleados, el 36 por ciento el aumento de productividad y el 24 por ciento los KPI (Key Performance Indicator, o medidor de desempeño)”.
Los que sí ofrecen formación a menudo lo están haciendo mal
De los encuestados que recibieron formación de sus empresas, menos de la mitad estaban satisfechos, y el 24 por ciento se declaró “extremadamente insatisfecho” o “insatisfecho”. ¿Qué hace que no estén contentos? Primero, la cantidad de tiempo que se requiere para la formación, ya sea demasiado o no lo suficiente. También se percibe una disonancia entre los conocimientos que los empleados sienten que necesitan y la formación que se les ofrece. Muchos de los encuestados se quejaron de haber recibido formación en liderazgo y competencias sociales, cuando lo que realmente falta son competencias técnicas. Por ejemplo, los directores de desarrollo de productos entrevistados citaron de forma abrumadora la necesidad de cursos más prácticos sobre mejoras prácticas específicas y estudios de casos, como por ejemplo, “cómo realizar la experiencia de compra perfecto” o “cómo gestionar los problemas de ajuste”.
Photo Credits: Alvanon