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Túnez: situación actual por Néjib Karafi, CEO de la FTTH

Por Anne-Sophie Castro

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Empresas|ENTREVISTA

En Túnez, desde hace casi dos años, el sector textil ha creado la Federación Tunecina de Textiles y Confecciones (FTTH) para ayudar a la industria a salir de la crisis que se ha librado desde 2011, pocos años después del exilio del Presidente Ben Ali y acusando las consecuencias de la Primavera Árabe. En Túnez, FashionUnited ha entrevistado a Nejib Karafi, CEO de FTTH, para conocer el estado actual de la industria.

¿Qué relaciones mantiene con Europa?

FTTH se creó en medio de la crisis, en 2017. Sucede a una antigua federación que ha experimentado problemas en el sector.

Los esfuerzos realizados por la FTTH desde su creación han sido recompensados con resultados positivos. Hemos tenido grandes dificultades desde 2011 hasta 2017. La Revolución ha provocado una situación difícil a nivel social y económico, afectando las exportaciones y causando el cierre de 400 empresas textil y la supresión de 40.000 empleos.

¿Qué acciones son lideradas por la FTTH para repuntar?

Una toma de consciencia por parte de los industriales ha generado buenos resultados en la segunda mitad de 2017, que se confirmaron en 2018. Hemos establecido una estructura con modos de organización modernos y democráticos para reequilibrar la balanza comercial. El sector necesita mucha acción. Hace unos meses, hemos firmado un pacto de competitividad con el jefe del gobierno y la UTICA. Este pacto tiene un doble objetivo: aumentar las exportaciones y reducir las importaciones. Para el 2023, queremos mejorar la integridad del sector y planeamos duplicar nuestras exportaciones a Europa de 2.4 a 3.4 por ciento de participación de mercado.

Desafortunadamente, en Túnez no tenemos algodón, pero podemos realizar algunas operaciones de integración que permiten disminuir nuestras importaciones, pero que también pueden reactivar nuestra capacidad ante la solicitud de nuestros clientes. Hasta ahora somos un país de fabricación y, para satisfacer las demandas de nuestra clientela, estamos obligados a recoger nuestros tejidos en Turquía, Alemania o Asia. Afecta enormemente nuestra capacidad para ser reactivos.

Además, Túnez también quiere ofrecer productos acabados, pero no es nuestra prioridad porque aún no se conocen las marcas tunecinas. A pesar de esto, queremos ofrecer más y más servicios a nuestros clientes. De ahí nuestra asociación con la fashion week y los diseñadores locales. Por otro lado, también trabajamos con centros de formación.

Túnez actualmente exporta el 90 por ciento de su producción textil a Europa y actualmente también estamos en conversaciones con los Estados Unidos para un acuerdo de libre comercio. Es el segundo mercado más grande del mundo después de Europa. Pero también, el mundo entero está mirando a varios países africanos que producen textiles. Posicionados en su "campo de visión" tenemos una posición adecuada.

Junto con el CEPEX (Centro de Promoción de Exportaciones de Túnez) y otras estructuras de apoyo, organizamos promociones con ferias internacionales como Première Vision en París. El CEPEX, que es nuestro colaborador, también se encarga de toda la comunicación del sector.

¿Existe un sistema de financiamiento o ayuda para los jóvenes diseñadores tunecinos?

Por ahora no, pero estamos listos para acercarnos a ellos y encontrar la solución para enmarcarlos y ayudarlos a exportar sus colecciones. Son artistas que no necesariamente tienen visión comercial.

¿Qué está haciendo la industria tunecina para ser más sostenible y eco-responsable?

Nuestro consumidor, el consumidor europeo, ya no mira el precio de una prenda, sino su composición y el país en el que se fabricó. Le preocupa el aspecto social, la seguridad y la protección del medio ambiente.

Con todo esto, animamos a los industriales a buscar las certificaciones, la RSE (Responsabilidad Social y Ambiental). Las fábricas son conscientes de esto y de las inversiones que se harán. Tenemos una de las legislaciones más estrictas del mundo sobre los residuos. El producto estrella de Túnez sigue siendo el denim y es muy contaminante porque utiliza el desvanecimiento.

En este sentido, los fabricantes tunecinos cuentan entre los más dinámicos en innovación y protección del medio ambiente. Están haciendo esfuerzos considerables para evitar la contaminación y el desperdicio de agua, para que los residuos sean lo menos dañinos posible y que se reciclen algunos de los desechos textiles.

¿Qué le diría a las empresas europeas para volver a producir en Túnez?

Cultural y geográficamente estamos cerca. Túnez es un país de cultura de la moda porque trabajamos con las marcas más importantes como Diesel, Calvin Klein, Hugo Boss o Zara ... En términos de denim, tenemos un gran mercado. No queremos robar el trabajo a los europeos, pero defendemos un área de prosperidad común y creamos complementariedades. Para nosotros, París siempre será la capital de la moda...

Foto : Marc Medina

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