Si tu ídola es una portera, tendrás que ir al Mundial Femenino sin camiseta: Nike causa polémica
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A través de sus decisiones y prácticas, las empresas del mundo de la moda pueden contribuir significativamente a derribar barreras y estereotipos en la sociedad. Y es que, la moda se considera un medio de expresión en sí misma, al igual que cualquier otro lenguaje.
La reciente polémica generada por la decisión de Nike de no poner a la venta las réplicas de las camisetas de las porteras en la próxima Copa Mundial Femenina ha abierto un debate relevante sobre el compromiso que deben tener las marcas de moda deportiva con la igualdad de género.
Si bien Nike ha argumentado motivos comerciales para justificar esta decisión, es esencial que otras empresas del retail reflexionen sobre el impacto que sus acciones pueden tener en la lucha por la igualdad de oportunidades en el deporte.
¿Qué ha pasado?
Nike ha causado polémica con su decisión de no poner a la venta para los aficionados las réplicas de la camisetas de las porteras de los equipos participantes en la próxima Copa Mundial Femenina.
Mary Earps, futbolista inglesa que juega actualmente como guardameta en el Manchester United y la Selección de Inglaterra, ha alzado su voz por ella y todas sus compañeras de profesión mostrandose decepcionada por esta decisión. Esta medida envía el mensaje de que las guardametas no son dignas de recibir el mismo apoyo de los aficionados que el resto de sus compañeras. Sin embargo, su camiseta del Manchester United se agotó la temporada pasada y fue la tercera más vendida en general.
Sin embargo, el actual proveedor del Manchester United, Adidas, que equipa a diez equipos nacionales femeninos en el torneo, tampoco ofrece camisetas nacionales de portero.
Nike se ha justificado alegando que esta decisión se debe únicamente a motivos comerciales, argumentando que la demanda de camisetas de las porteras es menor en comparación con las de las jugadoras de campo. Aseguran que producir y distribuir estas prendas afectaría a su rentabilidad y no generarían suficientes ventas para compensar estos gastos.
Demanda y rentabilidad
El deporte femenino ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, y con él, la demanda de productos relacionados con el mismo ha aumentado.
Esto abre una nueva oportunidad a las empresas de moda deportiva, la de ser líderes en la promoción de prácticas éticas y responsables, que vayan de la mano con la igualdad de género. Sus decisiones y acciones comerciales tienen un impacto significativo en la percepción de los consumidores y en la construcción de una imagen de marca sólida y comprometida con la inclusión.
Esta decisión de Nike puede tener repercusiones en su imagen de marca y sus valores corporativos. En la sociedad actual, la igualdad de género es un tema importante y sensible. Las empresas que abrazan una postura de inclusión y apoyo a la diversidad suelen ser mejor percibidas por los consumidores, pero esta no solo debe mostrarse a través de un casting variado en sus anuncios o con propuestas unisex.
Daños a la reputación
La Copa Mundial Femenina es un evento de gran relevancia y visibilidad a nivel mundial. No incluir las camisetas de las porteras envía un mensaje poco positivo sobre el compromiso de las marcas con la equidad de género en el deporte y en la sociedad en general.
Si bien la compañía ha presentado sus razones comerciales, la importancia de ofrecer productos femeninos de manera equitativa va más allá de la rentabilidad y la demanda. Representa una oportunidad para inspirar y conectar con las aficionadas, además de fortalecer la imagen de marca de Nike como una empresa que valora la inclusión y la igualdad.
Mentiría si dijera que soy una apasionada del fútbol o que conozco a todas las jugadoras de los equipos que van a participar en la Copa Mundial Femenina, pero tampoco a los hombres. Mi falta de pasión por el fútbol es igualitaria. Sin embargo, sí que compartí en 2010 la alegría con el resto de españoles al ganar el mundial. Creo que nunca había seguido tan de cerca un encuentro.
No lo hubiéramos conseguido sin el gol de Iniesta, pero menos aún sin las paradas del capitán, Iker Casillas, guardameta de nuestra selección. Ese mismo verano mi hermano se compró la camiseta de Casillas con la estrella y yo le puse Iker a nuestro recién adoptado perro. Así se construyen los referentes en el imaginario colectivo, dominado tradicionalmente por personajes masculinos.