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Puma cierra ejercicio en máximos mientras alerta de un “volátil” 2023

Por Jaime Martinez

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Photo Credits: Exterior de la flagship store de Puma en Londres. Puma, fotografía de archivo.

Al tiempo que anunciaban la sorpresiva “vuelta” de Rihanna a la compañía de la mano de una asociación de la que, por ahora, no se han decidido a adelantar el más mínimo de los detalles, desde la multinacional de la moda deportiva Puma han terminado dando a conocer sus cuentas concernientes a su último ejercicio fiscal completo de 2022. Periodo anual finalizado el pasado 31 de diciembre de 2022, que la compañía llegó a completar en unos niveles máximos de facturación y de rentabilidad, siendo el último que ha llegado a mantenerse bajo la dirección de Bjørn Gulden, director ejecutivo de Puma durante los últimos 9 años, y quien decidía a comienzos del pasado mes de noviembre asumir el reto de pasar a ocupar la dirección ejecutiva de Adidas, histórica rival de la que se había mantenido como su casa durante prácticamente una década.

Entrando a analizar las cuentas hechas públicas por la multinacional europea del deporte, desde Puma informan de un último ejercicio que la compañía ha completado con un volumen de ventas por valor de 8.465,1 millones de euros. Una cantidad que supone un aumento de un +24,39 por ciento con respecto a los 6.805,4 millones que la compañía llegó a facturar durante su anterior ejercicio de 2021; así como de un +55,85 por ciento con respecto a los 5.502,2 millones de euros en ventas que ingresaba a lo largo de su ejercicio de 2019, último periodo anual que llegó a completarse al margen de los efectos de la pandemia por coronavirus.

Acompasando este buen rendimiento sobre sus niveles de ingresos, y en un aspecto sobre el que hay que mantener una especial atención en mitad de un periodo inflacionista y de destacado aumento de los costes como en el que nos encontramos, del mismo modo desde Puma informan de un último ejercicio fiscal que la compañía ha completado recogiendo unos ingresos netos por valor de 353,5 millones de euros. Cifra que por su parte supone un aumento de un +14,18 por ciento con respecto a los 309,6 millones de euros de beneficio neto cosechados durante 2021; así como de un +34,72 por ciento frente a los 262,4 millones de euros de beneficio neto del ejercicio de 2019.

“2022 fue un año de récord para Puma”, no dudaba en salir a destacar Arne Freundt, director ejecutivo de Puma desde el pasado 8 de noviembre, a lo largo de unas declaraciones difundidas por la propia dirección de la multinacional deportiva. A lo largo de este ejercicio, “aceleremos nuestro crecimiento en todas las categorías de productos y en todo el mundo, a pesar del entorno volátil de los mercados”. “Este éxito”, añade Freundt, “se debe al increíble equipo de nuestra familia Puma, y a nuestras excelentes alianzas con atletas, minoristas y proveedores”. “Si bien deberemos de enfrentar algunos obstáculos económicos en 2023, seguimos hambrientos y avanzaremos en la ejecución de nuestro exitoso plan estratégico”, para el que “nos concentraremos en elevar la fortaleza de nuestra marca y ganar una mayor participación de mercado en Estados Unidos y China”.

El fichaje de Rihanna: ¿una tirita antes de la herida?

Para poner en justo contraste las cuentas de la compañía, ponemos el ojo de manera breve en la situación en la que ha llegado a cerrar este último ejercicio de 2022, con un cuarto y último trimestre del año durante el que las ventas crecieron un +24,31 por ciento, pasando de los 1.767,1 de hace un año a los 2.196,6 millones de euros de este cuarto trimestre de 2022. Un aumento que no obstante en términos de beneficios, se ha terminado traduciendo en un beneficio neto de 1,4 millones de euros, cifra que por su parte no obstante supone una caída de un -82 por ciento, frente al beneficio de 7,9 millones de euros recogido al cierre del mismo trimestre de 2021.

De este modo, el cuarto trimestre del ejercicio parece haber adelantado la delicada situación que Puma ha pasado a ver reflejada sobre sus balances, en lo que explicaría la decisión de su nueva directiva de tratar de empezar a asentar las bases para dinamizar, y enriquecer, su oferta y el atractivo de la marca a ojos de los consumidores. Un objetivo que habría terminado pasando por el fichaje de nuevo de Rihanna, faltará por ver ahora en qué términos y si esta nueva asociación volverá a lograr dar los mismos excelentes réditos para ambas partes que ya supuso la establecida entre 2015 y 2018, con una Rihanna ejerciendo de directora creativa de las líneas femeninas de Puma, en lo que permitió a la primera destacarse como una figura a tener en buena consideración dentro de la escena de la moda, y a la segunda disparar su atractivo entre las nuevas generaciones al tiempo que elevar el valor de su marca. La marca de una compañía que, para completar el histórico de este último ejercicio, ha visto sus niveles de facturación aumentar un +23,5 por ciento, un +26 por ciento, un +23,9 por ciento y un +24,3 por ciento a lo largo del primer, del segundo, del tercer y del cuarto trimestre del ejercicio, mientras no obstante sus beneficios lo hacían a un ritmo del +11,2 por ciento, del +73,2 por ciento y del +1,8 por ciento, para finalmente llegar a un cuarto trimestre en el que han caído un -82 por ciento con respecto a los mismos periodos de hace un año.

Poniendo rumbo a un 2023 tan desafiante como volátil

De cara ya a este próximo ejercicio de 2023, y a pesar de los buenos resultados recogidos al cierre de 2022, desde Puma advierten de una elevada incertidumbre que amenaza con seguir afectando a los mercados, adelantando como previsión unos niveles de facturación para los que esperan un incremento en el rango de un solo dígito, de valor alto. Un aumento de las ventas que prevén que termine viéndose reflejado en un beneficio operativo antes de impuestos que se situará en la horquilla de aproximadamente entre 590 a 670 millones de euros, frente a los 641 millones de euros en los que se ha terminado situando en 2022. Contemplando a este mismo respecto una evolución en su justa consecuencia del beneficio neto de la compañía.

“A pesar del fuerte crecimiento en 2022, seguimos enfrentándonos a un alto grado de incertidumbre geopolítica, macroeconómica y comercial”, se abren a remarcar desde la dirección de la multinacional deportiva. “La guerra en Ucrania, la amenaza de recesión, la elevada inflación y las altas tasas de interés, están dado como resultado una demanda volátil por parte de minoristas y consumidores”. Circunstancias a las que además se está sumando el que “estamos observando mayores niveles de inventario en toda nuestra industria, lo que contribuye a un entorno competitivo en el mercado”. A pesar de todo ello, y como base para sus previsiones, “para 2023, asumimos que no habrá más deterioro de los factores mencionados”, y “esperamos una normalización de las condiciones del mercado en los Estados Unidos y en China”, mercados ambos cuyo bajo rendimiento en las categorías de complementos y prendas de vestir, son los que han contribuido en buena parte al renqueante comportamiento de la compañía durante el último cuarto trimestre del ejercicio de 2022.

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