Navegando por el nuevo panorama de la moda en 2025
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La industria global de la moda se prepara para un año decisivo en 2025, marcado por cambios estructurales en el comportamiento del consumidor y presiones macroeconómicas que obligan a replantear las estrategias tradicionales de crecimiento. Según el último informe de BoF - McKinsey sobre el Estado de la Moda 2025, el panorama es desalentador: solo el 20 por ciento de los ejecutivos espera una mejora, mientras que el 39 por ciento anticipa un deterioro adicional.
La trayectoria de crecimiento del sector ha pasado del auge pospandemia a una expansión de un solo dígito bajo, lo que los analistas describen como una “desaceleración estructural”. Este nuevo escenario obliga a las marcas a competir activamente por la cuota de mercado en lugar de depender del crecimiento global, una tendencia que afecta especialmente al segmento de lujo. Por primera vez desde 2010, se espera que el crecimiento económico del sector sea impulsado completamente por actores no pertenecientes al segmento de lujo.
Las diferencias geográficas se vuelven cada vez más marcadas, con las marcas adoptando un enfoque más matizado hacia los mercados globales. Aunque China sigue siendo el eje gravitacional de la moda asiática, su crisis inmobiliaria y una relación deuda-PIB récord del 288 por ciento están llevando a las empresas a diversificar su presencia regional. Japón, Corea e India están emergiendo como motores de crecimiento alternativos clave, particularmente mientras la confianza del consumidor chino se mantiene en mínimos históricos.
Respuesta estratégica a los desafíos
Ante estos retos, los líderes de la industria están adoptando una estrategia de tres frentes: localización de modelos de comercialización, ampliación de rangos de precios para captar consumidores más sensibles al valor e inversión en diferenciación de marca. Es notable que las iniciativas de sostenibilidad, anteriormente una prioridad principal, han quedado relegadas mientras las empresas se centran en la lucha inmediata por la cuota de mercado. Este cambio refleja una respuesta pragmática de la industria ante lo que un ejecutivo describió como “un momento de ajuste de cuentas” en el que “el manual tradicional ya no es útil”.
Reducción de la dependencia de China
Las marcas de moda globales están reconfigurando rápidamente sus estrategias de abastecimiento para reducir su dependencia de China, donde las exportaciones de textiles y prendas hacia EE. UU. y la UE han caído un -6 y un -3 por ciento, respectivamente, entre 2019 y 2023. El informe señala que este cambio está motivado por el aumento de los costos laborales chinos, que crecieron un +38 por ciento entre 2010 y 2021, además de las recientes disrupciones en la cadena de suministro, con un aumento del +165 por ciento en los costos de envío de Asia a EE. UU. entre diciembre de 2023 y febrero de 2024.
La estrategia de diversificación sigue dos líneas principales. Las grandes marcas están recurriendo a otros centros de fabricación asiáticos, especialmente India, Vietnam y Bangladesh, con un aumento del +3 y el + 2 por ciento en las importaciones de ropa de EE. UU. desde estas naciones entre 2020 y 2023. Paralelamente, se observa un renovado interés en el nearshoring, con EE. UU. enfocándose en América Latina y Europa dirigiéndose a Turquía. Sin embargo, esta transición enfrenta desafíos debido a la limitada capacidad de fabricación y la menor productividad laboral en estas regiones.
Este cambio en el abastecimiento coincide con transformaciones más amplias en los mercados asiáticos de consumo. La desaceleración económica de China y los cambios en las preferencias de los consumidores han llevado a los ejecutivos de moda a buscar otros motores de crecimiento en la región, particularmente India y Japón. Se proyecta que el mercado de moda en India crezca entre un + 12 y un +17 por ciento en 2025, impulsado por una clase media en expansión de 430 millones de personas, mientras que el sector de lujo de Japón experimentó un crecimiento del +25 al +30 por ciento en la primera mitad de 2024, impulsado por el yen débil y un turismo en auge. Estas dinámicas subrayan un importante reajuste en los patrones de producción y consumo de la moda global.
Exceso de opciones y productos
Los minoristas de moda enfrentan un desafío significativo: el exceso de opciones está paralizando a los consumidores, con un 74 por ciento abandonando compras en línea debido a la cantidad abrumadora de productos. La industria está recurriendo a la inteligencia artificial como posible solución, con el 50 por ciento de los ejecutivos identificando el descubrimiento de productos como el caso de uso clave para la IA generativa en 2025. Grandes minoristas ya están tomando medidas, como Asos, que anunció una reducción del -30 por ciento en su stock y planea un recorte adicional del +16 por ciento para finales de 2024.
Para consultar el informe completo, visite la página web de McKinsey.
- La industria de la moda enfrenta una desaceleración que obliga a las marcas a competir por la cuota de mercado y diversificar geográficamente, reduciendo la dependencia de China.
- La IA está transformando el descubrimiento de productos para combatir la sobrecarga de opciones, mientras que los mayores de 50 años lideran el gasto, impulsando un consumo más orientado al valor.
- Los minoristas están priorizando la interacción humana en las tiendas, mientras los mercados en línea enfrentan correcciones y las prácticas sostenibles siguen siendo un desafío a pesar de su creciente urgencia.