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Manifestantes propalestinos arremeten contra las tiendas de Zara y H&M en Reino Unido

Por Jaime Martinez

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Exterior de la tienda de Zara en el centro comercial Westfield Stratford de Londres en una imagen de archivo. Créditos: Hansonimages + URW, por cortesía de Westfield.

Madrid – Mientras la ofensiva armada acometida por el ejército israelí sobre la Franja de Gaza se enquista, distanciándose a cada día que pasa de alcanzar su final, mientras que en contra sus efectos cada vez se expanden, y se sienten, desde nuevos rincones de Oriente Medio, la situación de emergencia a la que se está viendo sometida la población palestina ha venido protagonizando una serie de distintas protestas a lo largo de todas estas últimas jornadas en Reino Unido, dirigidas especialmente contra las cadenas de moda Zara y H&M. Multinacionales occidentales que, junto a otras como la cadena de cafeterías Starbucks o la igualmente multinacional de la moda deportiva Puma, han debido de tener que cerrar, temporalmente, distintos de sus puntos de venta dentro del área metropolitana de Londres, ante los dirigidos ataques en su contra que han practicado los grupos de manifestantes propalestinos.

El conjunto de las protestas se estructurarían dentro de lo que parecer ser un claro intento de armar una firme hoja de ruta, dirigida a tratar de visibilizar e internacionalizar los duros efectos que la actual guerra abierta entre Israel y el grupo paramilitar palestino Hamás está ocasionando sobre la población civil palestina de la Franja de Gaza. Todo ello como resultado de lo que la población palestina y propalestina, tanto de dentro como de fuera de la Franja, no deja de valorar como solamente el último capítulo del proceso de genocidio que, sostienen, desde Israel se ha venido de manera permanente practicando contra la población palestina a lo largo de los años, y sobre el que justamente acusan a las marcas occidentales, y de manera singular a las ya apuntadas, de financiar y de apoyar, tanto de manera financiera como con su actividad comercial. Unas acusaciones sobre las que ya se han manifestado en contra públicamente algunas de ellas, como desde Starbucks, cadena de cafeterías que no cuenta con ningún establecimiento comercial en Israel desde el año 2003, mientras que otras han tratado de mantenerse en una equidistancia y en tratar de no verse empujadas a formar parte del conflicto entre israelíes y palestinos, como son los casos de Zara, de H&M y de Puma, a las que, si bien es notorio que no existe prueba alguna de ninguna clase de apoyo, ya fuese este financiero o público, hacia Israel y hacia su ofensiva sobre la Franja de Gaza, se estaría tratando de empujarlas a que terminasen por abandonar Israel, del mismo modo que se decidieron a hacer finalmente de Rusia como consecuencia del conflicto abierto por la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, y eso a pesar de las claras diferencias que existen, desde el punto de vista del Derecho Internacional, entre uno y otro conflicto.

En ese propósito, desde el mismo momento en el que terminó estallando el conflicto, después de que un grupo de milicianos armados de Hamás atacasen Israel y secuestrasen a un gran número de rehenes, y que desde Israel se decidieran a responder mediante una ofensiva militar sobre la Franja de Gaza dirigida a desarticular a Hamás, no han cesado de alimentarse estrategias de boicot contra toda clase de multinacionales occidentales, desde la base del argumentario ya expuesto de apoyar a Israel y al ejército de Israel. Unas estrategias que se han seguido de manera más decidida desde dentro del mundo árabe, en lo que ya a finales de noviembre alimentaba las informaciones, o más bien desinformaciones, que apuntaban a una supuesta salida de Marruecos de H&M y de Starbucks, como consecuencia directa de las dificultades que ambas compañías habían encontrado a su normal actividad en el país como consecuencia del boicot organizado en su contra, bajo la falsa acusación de financiar económicamente a Israel y a su ejército. Una noticia que ya a comienzos de estes mes de diciembre se encargaron de desmentir desde la compañía kuwaití Alshaya Group, el socio comercial de H&M y de Starbucks en la región, en declaraciones a FashionUnited; y noticia a la que a renglón seguido le siguió la del boicot que empezó a alzarse en contra de Zara, la principal cadena y buque insignia del Grupo español Inditex, a través de las redes sociales, como resultado de una campaña publicitaria que algunas voces buscaron de manera premeditada asimilar con duras imágenes, supuestamente, generadas durante esta actual guerra sobre la Franja de Gaza.

Terminando ya de completar el dibujo de este escenario de crisis internacional en el que se están viendo implicadas las firmas internacionales, nos topábamos hace escasamente dos semanas con la noticia tomada por Puma sobre el cese en su patrocinio a la selección de fútbol de Israel. Una determinación que desde la multinacional alemana deportiva sostienen haber tomado atendiendo única y exclusivamente a sus estrategias empresariales, pero que desde el movimiento propalestino BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) no han dudado en celebrar como un éxito de su férrea campaña de boicot contra las instituciones académicas y culturales israelíes, que, bajo las siglas PACBI (Palestinian Campaign for the Academic and Cultural Boycott of Israel), busca obstaculizar su normal desarrollo y actividad, frente a lo que entienden que supone su profunda y persistente complicidad con la negación por parte de Israel de los derechos de los palestinos. Motivos que serían los mismos sobre los que estarían sosteniendo parte de sus reivindicaciones otra buena serie de grupos propalestinos, en este caso redirigiendo sus esfuerzos a hacer responsables de esa supuesta “complicidad” a aquellas cadenas multinacionales que, como H&M y Zara, mantienen una actividad comercial sobre Israel.

Cierres temporales de puntos de venta de Zara, Puma y H&M, desde el centro de Londres al centro comercial Westfield Stratford

Partiendo de este contexto, pero llegando ya hasta el día de hoy, era a las puertas de la Navidad, este pasado sábado 23 de diciembre, cuando un grupo de manifestantes propalestinos marcharon hasta paralizar por completo la céntrica y comercial Oxford Street de Londres. La principal arteria comercial de la capital del Reino Unido, y una de las más relevantes del mundo para la industria minorista, y donde los manifestantes mostraron un especial interés para la hora de forzar los cierres de las distintas tiendas que Zara y Puma mantienen en su trazado e inmediaciones, y que terminaron por cerrar temporalmente sus puertas en una de las principales jornadas de compras de todo el año. Eso, a la sombra de las banderas de Palestina y bajo el sonido de las arengas y de los carteles desde los que podían escucharse y leerse proclamas a favor de los palestinos, y en contra de una Zara contra la que se lanzaban acusaciones de apoyar el genocidio de los palestinos, mientras se ordenaba el cierre de las tiendas.

Siguiendo con el mismo ánimo y propósito de esas protestas, este pasado martes 26 de diciembre las manifestaciones a favor de Palestina y en contra de las multinacionales occidentales que mantiene tiendas y actividad comercial en Israel, terminaban por desplazarse desde el centro de Londres, hasta el centro comercial Westfield Stratford City, al este de la capital del Reino Unido, pero dentro de su área metropolitana. Un complejo comercial en el que los manifestantes propalestinos terminaron arremetiendo contra las “flagship store” de las que disponen en su interior las cadenas de moda Zara y H&M, hasta que finalmente lograron igualmente cerrarlas, temporalmente.

Manifestantes a las puertas de la tienda de Zara en el centro comercial Westfield Stratford, el 23 de diciembre de 2023. Créditos: Hackney Palestine Solidarity Campaign.

Según a este respecto se han encargado de recoger distintos medios generalistas británicos, como The Telegraph o el Daily Mail en sus ediciones online, durante la jornada en la que estaban teniendo lugar las celebraciones por el “Boxing Day”, o segundo día de Navidad, otra de las principales jornadas de compras y de máxima afluencia de todo el año, un grupo de manifestantes propalestinos irrumpieron en el atestado centro comercial Westfield Stratford, llegando a incluso realizar una sentada de protesta en el interior de la tienda de H&M. Un acto reivindicativo que tratan de llevar a cabo bajo la consigna de “no más compras mientras caen bombas”, y que se encargaron de desactivar el equipo de seguridad del centro comercial junto a los efectivos de la policía británica que debieron de desplazarse hasta el complejo comercial para reducir y controlar las protestas. Unos efectivos que igualmente se encargaron de acompañar a los manifestantes hasta centro del complejo comercial, donde continuaron de manera pacífica las protestas, desde más allá del cordón de seguridad establecido por la policía británica, y no sin que antes los manifestantes protestasen frente al Starbucks y a la flagship con la que cuenta Zara en el centro comercial, y que debieron de volver a cerrar nuevamente, temporalmente, sus puertas.

Se trata este de un establecimiento comercial que ya fue objeto de las protestas que se vivieron en el mismo centro el día 23 de diciembre, durante las que un grupo, por entonces más reducido, de manifestantes, no dudaron en colgar de sus persianas de seguridad distintas banderas de Palestina, mientras que frente a sus puertas mostraban carteles con los mensajes “Zara: enabling genocide is not trendy” (Zara: permitir el genocidio no está a la moda) o “Zara stop supporting the genocide of Gaza” (Zara deja de apoyar el genocidio de Gaza). Unas acciones las de entonces, y las de nuevamente este 26 de diciembre, que parecen descubrir las intenciones de los manifestantes por situar a esta tienda en concreto en el foco de sus principales actos de protesta, en Londres, contra la compañía española. Una Zara a la que los mismos palestinos y propalestinos aplaudían en las redes sociales por una foto publicada el pasado 5 de noviembre con una composición cromática dominada por los colores de la bandera de Palestina, pero y que escasamente unos días después pasaban a convertir en el foco de toda su cólera, a raíz de las fotografías de esa campaña publicitaria en la que algunos quisieron ver unas falsas vinculaciones y referencias con la situación que actualmente se vive en la Franja de Gaza. Unas similitudes que desde la misma dirección de Zara ya se encargaron de aclarar a través de un inaudito comunicado, desde el que no solamente salían a anunciar la retirada de las fotografías, sino también a disculparse por “este malentendido” y a reafirmar “nuestro profundo respeto hacia todo el mundo”. Unas disculpas frente a las que habrá que ver si finalmente terminan por responder todos aquellos que hubieran podido sentirse ofendidos por esa mala interpretación de la campaña, o al menos saber si desde ellas se abren a clarificar por dónde pasan ahora las acusaciones que se siguen vertiendo en contra de la cadena española, más allá de unos actos y de unos carteles de protesta que, al menos de partida, sí sirven para tratar de continuar dando voz e internacionalizando el conflicto que sigue teniendo lugar en Gaza, pero en lo que no guarda ninguna relación con Zara i con Inditex, más allá del hecho de contar con puntos de venta en Israel.

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