La CEOE aplaza hasta diciembre la fecha de la recuperación económica

Madrid – Una caída de entre el 5 y el 9 por ciento para 2020 y un crecimiento del número de parados en más de medio millón de personas. Esas son las previsiones que mantiene la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Desde donde estiman que, “en el escenario de recuperación más intensa”, los niveles de actividad económica próximos al cierre de 2019 no se alcanzarán hasta el próximo mes de diciembre. Estimando para el próximo ejercicio de 2021 un repunte del PIB de un 5,2 por ciento.

Así lo recoge el departamento de Economía de la asociación empresarial, en un informe presentado ayer miércoles sobre el impacto de la crisis del coronavirus COVID-19 en las empresas, y en la economía en general. Del que se desprenden, señalan, “que sus consecuencias serán mayores que las inicialmente previstas”.

Una España en recesión

Como consecuencia del “parón” en el que se encuentra la economía española y todos los sectores productivos como consecuencia de la declaración del “estado de alarma”, la CEOE estima una caída del PIB del 5 por ciento para todo el conjunto del año. Todo ello sobre el supuesto de que el confinamiento finalice durante los primeros días de mayo, las medidas adoptadas se muestren efectivas y asistamos a una “recuperación rápida” de la mayor parte de los sectores productivos. En este mismo escenario, se perderían “445.300 ocupados en términos de EPA, un 2,3% menos en media anual, y la tasa de paro crecerá del 14,1% al 16,5%, con un incremento del paro en 560.400 personas, hasta situarse en 3,8 millones”.

En un escenario mucho más adverso, consecuencia de un confinamiento más prolongado, un retraso en la vuelta a la normalidad productiva y en el que las medidas adoptadas por el Gobierno se mostrasen ineficaces, la patronal eleva sus estimaciones hasta una caída del PIB del 9 por ciento. Bajada que llegaría acompañada de un incremento del paro en 912.000 personas, hasta los casi 4,2 millones de desempleados, y una tasa de desempleo del 18 por ciento.

“Teniendo en cuenta que la economía se enfrenta esta vez a un ‘shock de impacto’, los niveles de actividad podrían alcanzar en diciembre los existentes al cierre de 2019”, apuntan desde la CEOE en su informe. “Con lo que la recuperación”, señalan, “en un escenario como el actual debería ser más rápida que cuando asistimos a un final de ciclo del tipo de la pasada recesión”. En todo caso, “en el escenario más optimista, se estima que el PIB experimentaría un notable rebote del 5,2 por ciento el próximo año”, destacan desde la patronal. Organización que igualmente subraya que “en cualquier caso, la excepcionalidad de la situación hace difícil predecir escenarios centrales”, “puesto que se desconoce aún la evolución de la propia crisis sanitaria o el grado de efectividad de las medidas adoptadas por el Gobierno hasta el momento, entre otros factores”.

El “buen” efecto de los ERTE

En un capítulo aparte, la patronal de empresarios se encarga de apuntar que “sin duda”, “la cara más dramática de la caída del PIB” se verá reflejada sobre las empresas y los niveles de empleo. Para lo que entra a analizar lo que habría sucedido a niveles de empleabilidad de no haber existido la posibilidad de acogerse a los ERTE ante las actuales condiciones de excepcionalidad surgidas a cuenta del brote de coronavirus.

Sobre este supuesto, la CEOE estima que, en el mejor de los casos, la ocupación caería cerca de un 5 por ciento, destruyendo cerca de un millón de puestos de trabajo, y disparando la tasa de paro hasta el 18,7 por cientos. Mientras que en el escenario más adverso, la caída alcanzaría el 7,3 por ciento, con una destrucción de 1,4 millones de empleos y un incremento de la tasa de paro que ascendería hasta el 20,7 por ciento.

Déficit y deuda pública

Partiendo de la “dificultad” que supone el estimar el comportamiento de la deuda y del déficit público, y de los múltiples factores de los que dependen, la patronal estima que “la pérdida total de recaudación podría situarse entre el 8 y el 15 por ciento en función de la profundidad de la caída de la actividad y la velocidad de su posterior repunte”. Unas “desviaciones” que arrojarían “un déficit público de entre los 80.000 y los 120.000 millones de euros, en una horquilla del 7,5 por ciento y el 11 por ciento del PIB, en función del comportamiento de la actividad. Al mismo tiempo, la deuda pública ascendería hasta el 108 por ciento o el 115 por ciento del PIB”.

“No obstante, debe tenerse en cuenta que estamos ante un shock de impacto, que provoca un efecto one-off sobre las cuentas, en buena medida no acumulativo, por lo que la mayor parte de la influencia de este sobre las finanzas públicas debería ir diluyéndose a medida que se recupera la normalidad, sin afectación sobre el déficit estructural”.

Más flexibilidad y liquidez para las empresas

Como medidas con las que intentar paliar los efectos del coronavirus sobre la economía, desde la CEOE estiman que parte de la solución debe pasar por la implementación de nuevas medidas dirigidas a “facilitar la adaptación de las empresas”. Otorgando para ello más flexibilidad, apoyando la liquidez y posibilitando la moratoria de impuestos, “a semejanza de lo que están haciendo el resto de los países de nuestro entorno”.

La patronal también advierte de que para las empresas resulta “fundamental” que estén preparadas para “un escenario en donde la crisis se mantenga en el tiempo más allá de lo previsto”. Destacando de igual modo el papel “como palancas” que representarán para la “salida de la actual situación”. Para ello estima que se “deberán cumplir los protocolos para salvaguardar la salud en los centros de trabajo, pero se debería permitir que puedan producir en aquello que consideren que la sociedad demanda, bajo el paraguas del mercado, ya que es el mejor incentivo para que se transformen y adapten a las nuevas necesidades”. “Además, se debería salvaguardar la competitividad de nuestras empresas para que las exportaciones también sean una palanca de recuperación, como pasó en la crisis de 2008”.

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