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IFM París comparte las claves que marcarán el rumbo de la moda en 2025

Por Diane Vanderschelden

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IFM, Institut Français de la Mode Créditos: Diane Vanderschelden

En un escenario marcado por la inflación y el auge de la moda ultrarrápida, ¿está la industria de la moda replanteándose sus cimientos?

A primera vista, los precios en moda han aumentado de manera moderada: solo un 10 por ciento en los últimos 30 años, una cifra muy por debajo de la inflación general, que se ha disparado un 49 por ciento en el mismo periodo. Sin embargo, esta aparente estabilidad oculta importantes cambios estructurales. La brecha entre segmentos de mercado se ha ampliado, especialmente entre la moda ultrarrápida y las marcas de gama media. Hoy en día, una prenda de gama media puede llegar a costar hasta tres veces más que un producto similar vendido por Shein. Esta disparidad creciente está desestabilizando las dinámicas del sector y debilitando a las marcas premium y de lujo accesible, que se ven atrapadas entre la asequibilidad de la moda ultrarrápida y la exclusividad del lujo. La oleada de cierres de tiendas en el segmento medio en los últimos años es una clara señal de esta vulnerabilidad.

Durante la conferencia “Balance 2024 y Perspectivas 2025” del IFM, celebrada el jueves 13 de febrero en París, Gildas Minvielle, director del Observatorio Económico del IFM, destacó: “Las marcas deben lidiar con consumidores cada vez más sensibles al precio o arriesgarse a perder cuota de mercado”.

Sin embargo, esta reconfiguración va más allá de una simple estrategia de precios. Refleja un cambio más profundo en las expectativas de los consumidores, que ahora demandan mayor transparencia en la relación entre calidad y precio. El concepto de “precio justo” está evolucionando, impulsado por el auge de la moda de segunda mano y la percepción cada vez más extendida de que los productos nuevos son demasiado caros. Por tanto, las marcas deben esforzarse aún más por justificar el valor añadido que ofrecen a una clientela cada vez más exigente.

¿La moda de segunda mano, un nuevo motor de crecimiento?

Ante este nuevo escenario, la moda de segunda mano está emergiendo como un poderoso vector de transformación. En 2024, el 58 por ciento de las marcas encuestadas por el IFM ya ofrecen productos de segunda mano, con un mercado en Francia valorado en cerca de 6.000 millones de euros, lo que representa un 12 por ciento de las ventas totales de moda. El éxito de plataformas C2C (consumer to consumer) como Vinted refleja la solidez de esta tendencia, impulsada por consumidores que buscan sostenibilidad, calidad a precios accesibles y buenas oportunidades.

No obstante, la incorporación de este modelo presenta desafíos para las marcas. La gestión del inventario, la selección de artículos y el desarrollo de nuevas cadenas logísticas plantean interrogantes sobre su rentabilidad. Además, la moda de segunda mano ha redefinido la percepción de los precios de las prendas nuevas: un 32% de los consumidores considera que los productos nuevos son “excesivamente caros”, lo que les lleva a decantarse por artículos de segunda mano o a esperar períodos de rebajas.

Pero más allá de los factores económicos, también se observa un cambio cultural. La segunda mano ya no es solo una alternativa asequible, sino una elección consciente vinculada a preocupaciones éticas y medioambientales. Este fenómeno contrasta con la lógica consumista de la moda ultrarrápida y revela una dualidad en el mercado: por un lado, el auge imparable del consumo a bajo costo; por otro, una creciente predisposición a invertir en productos de mayor calidad y durabilidad.

Xavier Romatet, director del IFM, subraya esta transformación: “La moda de segunda mano no puede equipararse a la moda ultrarrápida. Su origen está en la búsqueda de calidad y en un enfoque sostenible, alejado del mero impulso de encontrar precios bajos”.

El imparable ascenso de la moda ultrarrápida

Mientras el consumo consciente gana terreno, la moda ultrarrápida continúa su expansión a un ritmo vertiginoso. En 2024, el 69 por ciento de los consumidores franceses han realizado compras en estas plataformas, motivados principalmente por sus precios reducidos. Shein, que en 2021 representaba apenas el 2 por ciento del mercado francés, ya alcanza el 3 por ciento, mostrando un crecimiento exponencial.

“Si asumimos que el valor medio del carrito en Shein es de 10 euros, entonces la plataforma ya es líder en volumen en Francia”, explica Gildas Minvielle, quien destaca así la disrupción en la cadena de valor del sector.

Este éxito no se basa únicamente en sus bajos precios, sino también en una logística eficiente, una oferta de productos hiperpersonalizada y estrategias de marketing digital de vanguardia. De este modo, la moda ultrarrápida no solo ha abaratado los precios, sino que ha transformado las reglas de diseño, producción y consumo. Ante esta realidad, las marcas tradicionales deben replantearse su posicionamiento y estrategias digitales para no quedarse atrás.

A pesar de su creciente aceptación, un 27 por ciento de los consumidores aún se niega a adquirir productos fabricados en China, aunque esta cifra sigue disminuyendo. Durante la conferencia, surgió una cuestión clave: ¿logrará el movimiento contra la moda ultrarrápida ganar fuerza? ¿Deberían las marcas adoptar un papel más activo en su relación con los consumidores? Algunas iniciativas, como la de Vestiaire Collective al prohibir la reventa de productos de Shein, apuntan en esa dirección.

El reto del e-commerce y el comercio físico

Actualmente, el comercio electrónico representa el 23 por ciento de las ventas de moda en Francia, asociado en gran medida con precios más bajos. Marcas como Zara y H&M obtienen cerca del 25 por ciento de sus ingresos a través de sus canales online, mientras que las firmas de gama media, más locales y menos internacionalizadas, apenas alcanzan un 10 por ciento.

En este contexto, el comercio físico está rediseñando su propuesta para ofrecer experiencias únicas que justifiquen su valor añadido. Gildas Minvielle advirtió: “Una de las estrategias equivocadas de muchas marcas ha sido centrarse demasiado en sus competidores directos en lugar de analizar el panorama global”. Esta reflexión apunta a la necesidad de una visión más amplia, alineada con las nuevas pautas de consumo.

Las experiencias inmersivas, las tiendas concepto y la incorporación de servicios exclusivos, junto al auge del 'retailtainment' (una fusión entre retail y entretenimiento), son algunas de las estrategias que las marcas están explorando para atraer de nuevo a los consumidores a los espacios físicos.

¿Qué le depara el futuro al mercado de la moda?

Aunque el consumo de moda ha crecido ligeramente en 2024, el sector atraviesa una transformación sin precedentes. El trío formado por Shein, Temu y Amazon ya concentra 2.200 millones de euros en ventas, lo que supone un aumento del +18 por ciento respecto a 2023. Esta cifra despierta dudas sobre la capacidad de las empresas europeas para adaptarse a estos nuevos modelos.

¿Podrán las marcas europeas desarrollar alternativas que respondan a las cambiantes exigencias del consumidor? Europa fue pionera en la moda rápida con gigantes como Zara y H&M. ¿Podría ahora liderar la revolución de la moda ultrarrápida? Al respecto, FashionUnited preguntó a Gildas Minvielle, quien respondió: “Criticamos estas plataformas, pero deberíamos centrarnos en comprender qué las hace tan exitosas”.

La industria de la moda enfrenta un doble reto: equilibrar precio y calidad mientras adapta su oferta a las expectativas de consumidores que valoran cada vez más la transparencia, la sostenibilidad y la accesibilidad.

Con el objetivo de seguir de cerca estos cambios, el IFM ha anunciado el lanzamiento de un barómetro mensual que permitirá monitorizar las tendencias de ventas, la estructura del mercado y la percepción de precios, proporcionando una brújula esencial para navegar en un entorno en constante transformación.

Resumen
  • La inflación y el auge de la moda ultrarrápida están reconfigurando el sector, ampliando la brecha entre segmentos y desafiando a las marcas de gama media.
  • La moda de segunda mano surge como una alternativa sostenible, impulsada por la demanda de calidad y prácticas éticas, aunque plantea retos logísticos para las empresas.
  • El crecimiento de la moda ultrarrápida, liderado por Shein, obliga a las marcas tradicionales a revisar sus estrategias digitales y su relación con los consumidores para mantenerse competitivas.

Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.FR, y posteriormente traducido del francés al español usando una herramienta de inteligencia artificial.

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