¿Escisión en Gap?
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Un considerable grupo de principales inversores con intereses en la multinacional de la moda estadounidense Gap, unas de las compañías líderes del sector a escala global desde su posición como matriz de las cadenas y marcas comerciales Gap, Old Navy, Banana Republic y la firma de moda deportiva Athleta, estarían presionando de manera activa a la dirección de la compañía para que dieran inicio a una escisión de su modelo de negocio, mediante la salida de una de sus principales marcas y su constitución como una compañía independiente.
Las primeras advertencias que de manera oficiosa han comenzado a circular de una forma clara sobre esta determinada cuestión, se encargaban de empezar a divulgarlas este pasado viernes 1 de abril de 2022 desde la entidad londinense de servicios financieros Barclays. Banco desde el que se acordaba rebajar la calificación de los títulos de Gap, aludiendo precisamente a las presiones que determinados inversores estarían realizando para sacar adelante una escisión de la multinacional norteamericana, así como a los problemas experimentados por la compañía a lo largo de su cadena de valor, a las pérdidas en las que incurrió a lo largo de su último cuarto trimestre de su último ejercicio de 2021, y así como a las dificultades intrínsecas por las que estarían atravesando las dos principales cadenas por volumen de negocio de la compañías: Gap y Old Navy.
En relación a ambas firmas, desde Barclays alertan igualmente que Gap estaría llevando a cabo una excesiva actividad promocional de las colecciones de ambas, en lo que no haría más que evidenciar la significativa falta de lealtad que los consumidores estarían mostrando ante ambas marcas, y en lo que necesariamente está conllevando un aumento del gasto de publicidad de la compañía. Fondos que se estarían dirigiendo de manera particular a tratar de revitalizar la marca Gap, cadena que da precisamente nombre al Grupo de moda norteamericano, pero que sin embargo ya hace años que se vio superada por Old Navy como la principal marca comercial por volumen de negocio de la compañía.
Escisión de Athleta
En cuanto al asunto concreto de la escisión, desde la entidad de servicios financieros apuntan abiertamente a que el interés de los accionistas pasaría por tratar de escindir y convertir en una compañía independiente a Athleta, la cadena de moda deportiva del Grupo Gap.
Con esta medida, este determinado grupo de inversores defenderían que se lograría generar un mayor valor entre los accionistas de Gap, permitiendo tan solo que la cadena de moda deportiva comenzase a volar en solitario. Un nuevo capítulo como compañía independiente, al que llegaría apoyada por unas buenas cifras económicas que no han hecho más que dispararse y consolidarse al abrazo de la pandemia, así como en su calidad como cadena especializada en un sector como el de la moda deportiva que es, junto al sector del lujo, uno de los que mayor capacidad de resiliencia han sabido demostrar frente a disrupciones como la del Covid-19.
Un conjunto de ventajas que la situarían en unas condiciones inmejorables para entrar a competir de manera directa con un buen número de esas otras cadenas especializadas que no han hecho más que apuntalar sus modelos de negocio a lo largo de estos últimos años, y de entre las cuales ocupa un lugar destacado la canadiense Lululemon Athletica. Una de las empresas que mejor han sabido capitalizar este creciente auge que está experimentando la moda deportiva, como bien demuestran sus cuentas de un último ejercicio de 2021 en el que llegó a disparar sus ingresos, por primera vez en toda su historia, por encima de los 6.000 millones de dólares de facturación. Cifra que demuestra el enorme nicho que presenta el sector de lo deportivo, en lo que ya ha empujado a una infinidad de compañías de la moda a emprender diferentes acciones y lanzamientos de colecciones y nuevas firmas con el fin de lograr hacerse con su parte del pastel, sobre un sector desde el que Athleta, ya sea de manera independiente o permaneciendo bajo el paraguas de Gap, aspira por su parte a seguir consolidándose y a seguir creciendo.
“Apuntamos a que creemos que podría haber un interés activo para llevar a cabo una división de las marcas”, con el objetivo de “en particular” llegar a “monetizar el valor de Athleta”, se encargaba de señalar Adrienne Yih, analista de Barclays, a lo largo de unas declaraciones recogidas por el medio financiero especializado Seeking Alpha. Una operación que “podría suponer un riesgo para nuestra calificación UW”, alerta Yih; en relación a una infraponderación que podría así seguir aumentando, después de que desde Barclays accedieran ya el viernes a cambiar la calificación de los títulos de Gap de “neutral” a “infraponderar”, pasando a fijar un nuevo precio objetivo para sus acciones de 13 dólares por título, frente a la anterior estimación fijada en 17 dólares y al promedio establecido por los analistas de 18,72 dólares. Decisión y conjunto de declaraciones que empujaban los títulos de la compañía norteamericana hasta los 13,52 dólares por título en los que cerraban la sesión del viernes, experimentando una caída del -3,98 por ciento, desde los 14,08 dólares por acción a los que cerraba la jornada anterior.
Apostando por la moda deportiva
Fundada en el año 1998, Athleta era adquirida por Gap en el año 2008 como parte de un acuerdo de venta que se habría situado en unos 150 millones de dólares, sumando actualmente una red comercial compuesta por sus distintas plataformas de comercio online y por más de 200 establecimientos físicos repartidos por los Estados Unidos y Canadá. Especializada en ropa deportiva y de corte athleisure para mujeres, desde su adquisición por Gap la cadena no ha cesado de reforzar tanto sus valores como su imagen de marca frente a su comunidad de clientes, presentándose en estos momentos y desde el año 2018 como una compañía sostenible con certificado B Corp., así como una firme defensora de la diversidad corporal. Principio que reivindican a través de unas colecciones inclusivas a las que en 2021 sumaban nuevas tallas para todas sus líneas y en todas sus tiendas, unos puntos de venta en los que pueden encontrarse sus prendas en tallas de la XXS a la 3X, incluidas cómo no en propuestas tan exclusivas como la colección cápsula que lanzaba, hace escasamente unas semanas, junto a la cantante y ganadora de 15 premios Grammys, la estadounidense Alicia Keys.
En cuanto su comportamiento económico, tras un último cuarto trimestre del año en el que llegó a generar unas ventas totales por valor de 439 millones de dólares, Athleta cerró el pasado 29 de enero de 2022 un último ejercicio de 2021 sumando una facturación total de 1.447 millones de dólares. Cifra que representa un incremento del +27,49 por ciento frente a los 1.135 millones de 2020, así como de un +47,96 por ciento frente a los 978 millones de dólares que la cadena llegaba a generar a lo largo de su anterior ejercicio de 2019.
Como resultado de este aumento de su facturación, la cadena ha logrado aproximarse a los niveles de la tercera principal marca comercial del Grupo Gap. Una Banana Republic que cerraba ejercicio con unos ingresos totales de 1.976 millones de dólares, frente a los 4.063 millones de dólares de Gap y los 9.082 millones de facturación de Old Navy, que sigue así manteniéndose como la principal cadena del Grupo a pesar de todo. Cifras todas ellas que logran mantenerse por encima de los resultados generados a lo largo del año anterior de 2020, así como con respecto a los del ejercicio de 2019 —a excepción en este punto de Banana Republic—, y con las que el Grupo Gap consiguió cerrar un ejercicio de 2021 con unas ventas totales por valor de 16.670 millones de dólares (13.800 millones en 2020 y 16.383 millones en 2019), así como con un beneficio neto de 256 millones de dólares. Valor este muy superior a las pérdidas de -665 millones en las que incurría durante 2020 como consecuencia de la pandemia, pero no obstante beneficio inferior al de 351 millones de dólares que registraba al cierre del ejercicio de 2019.