El índice de Higg se revisa bajo aviso ¿engañoso? ¿ilegal?
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Hace un par de semanas, la Autoridad Noruega del Consumidor y las declaraciones medioambientales se sumaba a la oposición despertada desde Eco-Age a Apparel Insider, contra el índice de Higg, la popular herramienta desarrollada en 2011 por la coalición estadounidense de la ropa sostenible —Sustainable Apparel Coalition (SAC)— con el objetivo de estandarizar el impacto medioambiental de la industria textil.
Más del 50 por ciento del total de la industria de la confección, entre el que destacan empresas de la talla de HyM o Zalando, es practicante de su sistema, lo que en el caso del grupo sueco le ha costado una llamada de atención por parte de los reguladores noruegos que en un comunicado le recordaron que “al usar declaraciones sostenibles como parte de su estrategia de marketing, estas deben ser “veraces”, pues de lo contrario los consumidores corren el riesgo de tomar decisiones de compra equivocadas”, especialmente en un entorno actual en el que están siendo continuamente bombardeados con este tipo de mensajes.
Y es que desde la Agencia Noruega del Consumidor han llegado a la conclusión de que el Índice de Higg no es suficiente como base para determinadas afirmaciones ambientales habitualmente utilizadas en el marketing comercial.
“La industria textil debe ser consciente de que la comercialización de los beneficios ambientales, que se basa en la herramienta de la industria MSI, puede considerarse fácilmente comercialización engañosa e ilegal”
Tras la notificación emitida por la Autoridad Noruega del Consumidor en relación con el uso de datos sobre la Evaluación del ciclo de vida (LCA) que se utilizan para respaldar las declaraciones medioambientales dirigidas al consumidor desde la Sustainable Apparel Coalition hacían ayer público un comunicado en el que decían haber reflexionado sobre el tema.
En este, la organización, que se describe en el comunicado como una entidad centrada en “impulsar un cambio medioambiental positivo en la industria de la moda”, que se toma “muy en serio'', comparten que deben hacerse las mejoras oportunas para “para garantizar que se aceleren los cambios necesarios tanto en la industria como a nivel de los consumidores, y que estos no se retrasen por la falta de una legislación armonizada y una orientación clara por parte de los reguladores” haciendo además hincapié en lo importante que es que “nuestros miembros y el sector en general confíen no sólo en nuestra misión, propósito y enfoque, sino también en los datos y la información que hay detrás de nuestras herramientas”.
La SAC pausa su programa de transparencia de cara al consumidor
Por todo esto, desde la Sustainable Apparel Coalition han tomado la decisión de pausar el programa de transparencia de cara al consumidor a nivel global mientras trabajan con la Autoridad Noruega del Consumidor y otras agencias de consumidores y reguladores para entender mejor cómo fundamentar las declaraciones a nivel de producto con datos fiables y creíbles.
En apoyo a esta decisión han encomendado a un grupo de expertos la revisión de los datos y la metodología del Higg MSI, pues la última exploración de la misma se realizó en 2016, desde que en 2011 se crease. Aclaran en su comunicado que esta se trata de “una acción planificada” desde hace tiempo, que ahora solo están acelerando a la luz de esta notificación, pues la Agencia del Consumidor de Noruega también ha señalado que los datos de investigación en los que se basa Higg MSI están parcialmente desactualizados y no están destinados a comparaciones como las que hace Higg MSI.
El motivo de la polémica
La polémica parte del hecho de que este índice no es sino una herramienta industrial que “solo mide" el impacto ambiental de diferentes tipos de textiles hasta que se termina de producir el tejido, es decir, no toma en cuenta el impacto ambiental total de la prenda terminada que se compra en la tienda por el consumidor.
“La razón de esto es principalmente que Higg MSI no documenta las propiedades ambientales de un producto específico. Lo único que dice Higg MSI es el impacto ambiental promedio de un material en particular. Este promedio no se aplica necesariamente al producto exacto que se comercializa con beneficios ambientales”, dice Rønningen, director de la Agencia Noruega del Consumidor.
Esto significa que el único uso aprobado del Índice de Sostenibilidad de Materiales de Higg es a modo de orientación para la comparación dentro de las categorías de materiales por los propios equipos de las empresas, para tomar decisiones más sostenibles de cara al proceso de fabricación. Por ejemplo, el algodón orgánico puede ser considerado mejor que el algodón convencional, pero esto no necesariamente otorga a la versión orgánica el título de “sostenible”, ni siquiera la hace respetuosa con el medio ambiente, tan solo estaría indicando que el impacto de una es menor que el de la otra, pero no nulo.
Para este caso concreto del algodón, el impacto ambiental real variará según el lugar del mundo en el que se cultiva el algodón orgánico del producto en cuestión, hasta donde se exporte o, por supuesto, las cantidades en las que se fabrique, pues un ejemplo visual de las causas medioambientales de la sobreproducción de este material, el algodón, sería el caso del mal del Aral, en proceso de extinción por su uso para estos cultivos.
Por lo que aunque los usuarios pueden ajustar los insumos materiales y los procesos de producción para analizar los factores que afectan el impacto ambiental, no está pensado para hacer comparaciones entre categorías de materiales.
¿Qué dicen los datos al respecto
Según el informe de Eco-Age La gran lavadora verde parte 1: volver a las raíces de la sostenibilidad, a cuya parte 2 que acudimos desde FashionUnited en su día para hablar de Cómo la industria de la moda está manipulando las métricas de sostenibilidad, hasta ahora la puntuación única del Índice de Higg no era más que la suma de las cinco puntuaciones individuales de su potencial de calentamiento global, uso del agua, eutrofización, química y agotamiento de los combustibles fósiles.
Teniendo en cuenta que en el documento sólo entran a considerar el índice de sostenibilidad de los materiales, pues sus otras cuatro herramientas están detrás de un muro de pago, ponen en manifiesto dos graves problemas con el enfoque actual de las calificaciones comparativas de sostenibilidad sostenibilidad en la moda en base a este caso particular.
Primero, que actualmente no existe un sistema de reparación o de rendición de cuentas, señalando además otras cuestiones éticas sobre cómo una iniciativa puede ser creada, financiada y gobernada por las mayores corporaciones de la moda y permitir que una empresa privada como Delaware gobierne arbitrariamente y sin supervisión. Aunque hay que reconocer que paulatinamente se les está devolviendo la responsabilidad al respecto gracias a avisos como el de esta asociación que vela por un marketing veraz que no confunda a los consumidores o la actualización de la normativa actual con la implementación de nuevas normas por parte de la Unión Europea contra el "greenwashing".
En segundo lugar, advierten de que corporaciones como H&M y Zalando están desplegando programas dirigidos a los consumidores en los que se ensalzan los méritos de la Sustainable Apparel Coalition o su índice, según sus investigaciones, sin contactar con los sectores productores y sin advertir a los consumidores que las puntuaciones pueden refutables en algunos casos.
En este contexto, entran a declarar de lleno en el informe que consideran que cualquiera que apoye el MSI de Higg “corre un grave riesgo de reputación. Dada su incorporación a la base de datos en línea utilizada por las agencias policiales mundiales para investigar y perseguir prácticas empresariales cuestionables, la fiabilidad del el SAC queda irremediablemente empañada”.
Puede encontrar todos los detalles sobre la metodología y los datos de esta herramienta en la página web "How to Higg”. Para saber más sobre el Índice Higg, lo que ofrece a la industria y cómo podría evolucionar en el futuro, puede leer también la entrevista de FashionUnited con Jeremy Lardeau, vicepresidente del Índice Higg de SAC.
Además, si quiere consultar el informe completo sobre La gran lavadora verde parte 1: volver a las raíces de la sostenibilidad, fuente de este artículo, puede acceder a él desde la página web oficial de Eco-Age.
El resto de información procede de los comunicados de prensa difundidos por los distintos actores de la polémica.