El brutal despertar de la economía china: entre la crisis inmobiliaria y la caída del consumo
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China, que durante décadas ha sido el principal motor del crecimiento global, ahora enfrenta una desaceleración significativa en su actividad económica. A pesar de los numerosos esfuerzos de Pekín para estimular la economía, esta continúa mostrando signos de debilitamiento. Los datos económicos más recientes, publicados el jueves, reflejan esta tendencia: el crecimiento económico se desacelera, el desempleo sigue en aumento, y el sector inmobiliario, anteriormente un pilar fundamental, se encuentra en declive.
La erosión del patrimonio inmobiliario: un freno significativo al consumo
En el corazón de la desaceleración económica china se encuentra la crisis inmobiliaria. Originada por una burbuja especulativa y un endeudamiento excesivo por parte de los promotores, esta crisis ha llevado a una pérdida de confianza entre los consumidores y a una caída de los precios de los bienes raíces. Ante la depreciación de sus activos inmobiliarios, los hogares han reducido sus gastos, lo que ha impactado fuertemente en la demanda interna.
Esta reducción en el consumo ha tenido un efecto dominó en el sector industrial, cuya tasa de crecimiento ha disminuido notablemente. Aunque se perciben señales de recuperación, la industria ha mostrado su ritmo más lento desde marzo. El alto índice de desempleo, especialmente entre los jóvenes, sigue siendo un obstáculo para la reactivación del consumo.
Guerras comerciales y tensiones geopolíticas
Paralelamente, las tensiones comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea, caracterizadas por altos aranceles recíprocos y restricciones tecnológicas, han afectado al sector manufacturero y a las exportaciones chinas.
La pandemia de Covid-19 y la política de “cero Covid” también han perturbado las cadenas de suministro globales y debilitado a ciertas empresas. Según la Administración General de Aduanas de China, el año 2023 estuvo marcado por una disminución significativa en las exportaciones chinas de textiles y prendas de vestir, que cayeron un -8,3 por ciento y un 7,8 por ciento respectivamente.
Si bien los tiempos de crecimiento de dos dígitos podrían haber quedado atrás, China continúa mostrando una dinámica positiva. Las proyecciones del FMI indican un crecimiento sólido, aunque inferior a los niveles previos. “Se espera que el crecimiento económico de China se mantenga sólido en un +5 por ciento en 2024 y desacelere a un 4,5 por ciento en 2025”, señaló el FMI a principios de este año en un comunicado.
Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.FR, y posteriormente traducido del francés al español usando una herramienta de inteligencia artificial.
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