Efecto dominó: la rotura de las cadenas de suministros alcanza a la producción en proximidad
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Tras el parón generalizado que propició la aparición de esta pandemia por coronavirus, no está resultando ni tan ágil ni tan rápida la plena recuperación que tanto ansían un buen número de empresas y de trabajadores, de sectores además especialmente tan golpeados por la pandemia como lo ha sido el del textil y el de la moda. Dónde, a pesar del aumento de las ventas que se estaría recogiendo, tal y como se han encargado de adelantar organizaciones como Acotex en su último análisis mensual o el Instituto Nacional de Estadística, un INE que apunta a una subida interanual del +3,7 por ciento de las ventas de moda durante el tercer trimestre del año, la recuperación de las empresas se estaría viendo seriamente afectada por las crecientes problemáticas que se están dando en el ámbito internacional, relacionados con el alza de los precios y la rotura de las cadenas de suministros.
Para tratar de entender a grandes líneas los problemas a los que a día de hoy, y a las puertas de la importantísima campaña de Navidad, deben de enfrentar las compañías del textil y de la moda, estos bien podríamos resumirlos en dos apartados: alza de los precios y colapso del transporte de mercancías. Unos obstáculos cuyo origen podemos situar en la falta de acero destinado a la fabricación de los contenedores de mercancías que existía tras el parón producido por la pandemia, y que ha terminado generando un efecto dominó que se ha trasladado al incremento del precio de los hilos y del algodón, a retrasos en las entregas de los contenedores y en la llegada de las mercancías a puerto, y en consecuencia de las colecciones producidas en otras regiones, especialmente en los países asiáticos. Unas circunstancias que no deberían de haber supuesto mayores inconvenientes para aquellas empresas del textil y de la moda que sostienen su modelo de negocio sobre unas bases más sostenibles con una producción en proximidad, supuesto que no obstante no ha podido quedar más alejado de la realidad. Ya que, demostrando que de una manera o de otra todo el sector forma parte de un ente interconectado, también las empresas de producción en proximidad se están viendo duramente afectadas, tanto por el alza de los precios como por la rotura de las cadenas de suministros. ¿Y de qué forma?
Retrasos, alza de precios y sobrecostes para la producción en proximidad
Centrándonos en este punto en lo que está ocurriendo en empresas del textil vinculadas al “Made in Europe”, y más concretamente al “Made in Spain”, nos encontramos con que, por un lado y en relación a esos retrasos en las cadenas de suministros y de producción, a pesar de mantener sus brazos productivos en talleres de proximidad, a las empresas ya han comenzado a faltarles tanto productos necesarios para la confección de sus colecciones, y cuyos orígenes están en otros países, como otra serie de productos no ya tanto relacionados a la producción textil, pero igualmente necesarios para sus operaciones. Artículos que igualmente pueden tener su origen o depender de materias primas procedentes de otros países, y entre los que encontraríamos desde embalajes de cartón y de plástico, hasta palés de madera, las cajas y bolsas de las que hacen uso las empresas para las entregas de sus pedidos online, o incluso las bolsas que dispensan a los clientes con cada compra en un establecimiento físico.
Por si esto no fuera suficiente, frente al bloqueo en el transporte de mercancías que se está dando en las principales rutas marítimas y el colapso de los principales puertos, son muchas de las grandes multinacionales del textil que se han decidido por dejar de producir gran parte de sus colecciones en Asia, para regresar a un sistema de producción en proximidad, en este caso regresando a confeccionar gran parte de sus propuestas en Europa. Una medida que, tal y como se encargan de explicarnos desde la firma de moda española éticamente comprometida Trendsplant, que mantiene el 90 por ciento de su fabricación entre Portugal y España, está contribuyendo a elevar el precio de producción de sus colecciones, y haciendo más difícil el que pequeñas firmas que, como esta, siempre han apostado por un modelo más ético en el que se garantiza en todo momento las buenas condiciones de trabajo de los trabajadores, puedan entrar a competir con los grandes grupos internacionales.
“Aunque nuestros productos no vienen de China y el sudeste asiático”, y “siempre nos hemos centrado en Europa”, “sí sufrimos la alta demanda de proveedores europeos debido a esta crisis por otras empresas más grandes del textil”, detalla Miguel García, director creativo de Trendsplant, a través de unas declaraciones difundidas desde la propia compañía textil. “Los grandes”, explica, “para evitar el colapso de los puertos dejan de fabricar en Asia, vienen a Europa y se entra en los sobrecostes de colecciones”. Lo que finalmente “hace que los pequeños vivamos retrasos, una guerra de precios a la que no podemos entrar” y una “escasez de producción en nuestras fábricas de Portugal y España”, ya que “nuestros fabricantes no dan para más”.
Unas dificultades que, en el caso de Trendsplant, se han terminado traduciendo en que “en los dos últimos trimestres sufrimos un empeoramiento de los tiempos de entrega de hasta dos meses”. “Las colecciones tienen cuatro meses de vida”, apunta García, por lo que “con estos plazos en las entregas casi deberíamos ir con ese producto directamente a rebajas”.
Soluciones frente a los retrasos: de la limpieza de stock a un modelo de preventa
Frente a estos problemas generados en los centros de producción en proximidad, como los europeos, sumados al bloqueo de las cadenas de suministros, al alza generalizada de los precios de las materias primas, y a toda otra serie de sobrecostes, entre los que se incluyen el disparado precio de la electricidad que se da actualmente en España, desde la firma española no se resignan a recrearse en estas dificultades, buscando en contra la implementación de distintas soluciones que permitan seguir garantizando la viabilidad de su modelo de negocio.
Como respuesta así pues a esta serie de contrariedades, desde la marca explican que han apostado por dinamizar sus estructuras, incentivando de cara a estos meses una mayor implementación de un modelo de preventa, así como sacando a la venta, a un precio rebajado, un “Archive Sale” con las prendas que atesoran en sus almacenes de anteriores temporadas.
En relación a estas medidas, Luis Guillén, director de operaciones de Trendsplant, apunta a que la firma a encontrado en la preventa “la manera de hacer producciones más controladas y de que nuestros clientes sí o sí puedan tener el producto que desean”. Mientras que con respecto a ese “Archive Sale” de piezas de almacén, “aunque no somos partidarios de la rebaja continua, porque queremos demostrar a nuestros clientes el esfuerzo y trabajo que hay tras cada producto”, “pensamos en esta acción para continuar facturando y ofreciendo productos, ya que las colecciones llegaban con retraso y nuestro catálogo cambia a algodón orgánico”, medida esta que se plantea como “un paso más para seguir en el camino de la sostenibilidad que empezamos años atrás”. De esta forma, con este “Archive Sale”, “pensamos en dar una segunda oportunidad a todos esos productos, liberaremos espacio en almacén para la entrada de más productos orgánico y, por supuesto, servirá para hacer un guiño a nuestros clientes con descuentos en un momento difícil para todos”.