Crisis textil entre India y Bangladesh: el trasfondo de un bloqueo logístico
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Al bloquear las importaciones de prendas de vestir bangladesíes por vía terrestre, India cierra indirectamente el acceso de su vecino a sus puertos y aeropuertos, esenciales para sus exportaciones mundiales. Una decisión con visos de represalia diplomática.
El 17 de mayo de 2025, India anunció la suspensión de varias importaciones bangladesíes a través de sus puestos fronterizos terrestres, incluidas las de prendas de vestir prêt-à-porter. Esta medida repentina, difundida por The Times of India, provocó un efecto inmediato: más de treinta camiones que transportaban ropa quedaron bloqueados en la zona neutral entre Benapole (Bangladesh) y Petrapole (India), por un valor estimado de 560 000 euros.
La prohibición también afecta a otros productos (huevos, pescado, cebollas, semillas de mostaza), pero es el impacto en el sector textil —columna vertebral de las exportaciones bangladesíes— lo que más preocupa. En 2024, más de un tercio de las exportaciones hacia India pasaban por estos corredores terrestres, antes de ser reexpedidas a puertos como Haldia o Jawaharlal Nehru (Mumbai), con el fin de ser enviadas a Europa o Estados Unidos.
Una medida logística con un fuerte contenido político
Esta decisión no surge de la nada. Prolonga un movimiento iniciado en abril, cuando Nueva Delhi suprimió una facilidad de transbordo concedida a su vecino desde 2020. Gracias a este acuerdo bilateral, los exportadores bangladesíes podían transitar a través de los puertos y aeropuertos indios para enviar sus productos a terceros mercados, sin entrar en el mercado indio ni pasar por la aduana local.
Esta facilidad logística, estratégica para Bangladesh, respondía a varios objetivos: aliviar el puerto sobrecargado de Chittagong, acortar los plazos de envío a los mercados occidentales y ofrecer una alternativa competitiva a las infraestructuras locales, a veces deficientes. El sector textil, que representa más del ochenta por ciento de las exportaciones bangladesíes, era el principal beneficiario.
Nueva Delhi justifica su cambio de rumbo por razones técnicas: sobrecarga de sus propias infraestructuras, priorización de los exportadores indios y necesidad de una mejor «legibilidad aduanera», según un aviso publicado por la Central Board of Indirect Taxes and Customs (CBIC). Sin embargo, muchos analistas ven en ello sobre todo un gesto político encubierto.
Presión sobre Dhaka y reposicionamiento estratégico
Detrás de esta decisión técnica se vislumbra una lógica de relación de fuerzas. Bangladesh está actualmente dirigido por una autoridad interina encabezada por el economista Muhammad Yunus. En un contexto institucional marcado por una fragilidad política y tensiones internas, Nueva Delhi parece aprovechar la situación para afirmar su influencia regional. Este desequilibrio refuerza su margen de maniobra diplomática, mientras que las relaciones bilaterales se han tensado en los últimos meses, en particular en torno a los proyectos de infraestructuras apoyados por Pekín en Bangladesh.
La prohibición terrestre actúa como un bloqueo indirecto. Oficialmente, India no ha cerrado sus puertos a Bangladesh. Pero al bloquear el transporte terrestre de las cargas hasta estas infraestructuras, hace que su acceso sea casi imposible. Sin otra solución logística rápida, las empresas bangladesíes se ven obligadas a reorganizar toda su cadena de exportación.
Un duro golpe para la industria textil bangladesí
Para los industriales textiles en Bangladesh, la situación es crítica. El transporte marítimo a través de los puertos nacionales (Chittagong o Mongla) es más lento, más costoso y, a menudo, está congestionado. El transporte aéreo directo a Europa o América del Norte, por su parte, es económicamente inaccesible para la mayoría de las pymes del sector.
"Esta decisión corre el riesgo de provocar retrasos en las entregas, rupturas de contrato y una pérdida de competitividad a nivel internacional", alerta un representante de la Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association (BGMEA), citado por The Economic Times. Las consecuencias también podrían sentirse del lado de las marcas occidentales, clientes de Bangladesh, sobre todo en los segmentos de rotación rápida o las entregas de comercio electrónico.
En India, los industriales divididos
En India, la medida es recibida de forma diversa. Si algunos fabricantes textiles celebran la reducción de la competencia extranjera a bajo coste, los distribuidores y cadenas minoristas se preocupan. Bangladesh sigue siendo un proveedor importante de ropa de nivel básico, apreciada por los consumidores indios con bajo poder adquisitivo. En caso de escasez, los precios podrían dispararse en algunas referencias.
"A corto plazo, los productores locales obtendrán una ventaja. Pero a medio plazo, esto corre el riesgo de crear un desequilibrio en el mercado interior", reconoce un dirigente del Apparel Export Promotion Council (AEPC), también citado por The Economic Times.
¿Un retroceso en la integración regional?
Esta ruptura logística también plantea la cuestión del futuro de la cooperación regional. Desde 2010, India y Bangladesh han multiplicado los acuerdos de facilitación de los intercambios, impulsados por una visión de integración económica surasiática. La suspensión unilateral de estas facilidades, sin previo aviso, corre el riesgo de erosionar la confianza mutua.
Las autoridades bangladesíes han expresado su «viva preocupación» e iniciado conversaciones con Nueva Delhi, pero las perspectivas de restablecimiento parecen escasas en lo inmediato. Tanto más cuanto que las alternativas son limitadas: las rutas que pasan por China o Myanmar son política y logísticamente más arriesgadas, mientras que los puertos de Sri Lanka siguen estando poco conectados a la red terrestre bangladesí.
¿Una crisis con efectos colaterales mundiales?
Mientras que la industria textil mundial sigue siendo frágil, en un contexto de inflación de los costes y tensión en los plazos, esta decisión podría tener repercusiones mucho más allá del sur de Asia. Las marcas europeas y norteamericanas, dependientes de las fábricas bangladesíes, podrían sufrir retrasos en las colecciones Otoño/Invierno 2025/2026, o incluso revisar su estrategia de abastecimiento si la inestabilidad persiste.
A largo plazo, la suspensión del tránsito terrestre decretada por India podría marcar un punto de inflexión. Pone de manifiesto la fragilidad de las cadenas logísticas internacionales frente a las decisiones geopolíticas, pero también la necesidad de que los países exportadores como Bangladesh refuercen su autonomía portuaria y su resiliencia comercial.
Este artículo fue originalmente publicado en otro idioma dentro de la red internacional de FashionUnited y después traducido al español usando una herramienta de inteligencia artificial.
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