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China investiga a Alibaba por prácticas de monopolio

Por Jaime Martinez

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Madrid – Nada ni nadie puede ni debe situarse por encima del todopoderoso gobierno de Pekín. Eso es lo que podría traducirse de las últimas noticias que nos llegan desde China, cuyo Gobierno acabaría de iniciar una investigación contra el gigante de la distribución y de las ventas online, el Grupo Alibaba, por prácticas de monopolio. Investigación que se estaría llevando a cabo solamente unas semanas después de que el pasado mes de noviembre el fundador de la multinacional, el multimillonario empresario Jack Ma, se pronunciase de manera pública contra la legislación china en materia financiera y contra sus entidades reguladoras. Unas críticas que no eran bien recibidas desde el Gobierno chino, cuyas mismas autoridades reguladoras decidían finalmente entonces bloquear, a falta de 48 horas y en lo que diferentes fuentes apuntaron que no dejaba de ser una decisión personal del líder del Partido COmunista CHino, Xi Jinping, la salida a Bolsa de Ant Group. La FinTech asociada a Alibaba y de la que Ma es principal accionista, que veía entonces como se desvanecía su oportunidad de protagonizar la OPI más grande del mundo, en la que tenía previsto recaudar cerca de unos 34.500 millones de dólares, para terminar igualmente ahora bajo el atento escrutinio de las autoridades reguladoras chinas.

Siguiendo así con las informaciones que se encargaban de recoger desde distintos medios económicos, como CNN Business o Bloomberg, el pasado jueves, 24 de diciembre, era la propia Agencia Reguladora del Mercado (SAMR) china la que confirmaba haber iniciado una investigación por supuestas prácticas de monopolio contra Alibaba. Información que se habría encargado de difundir a través de un breve comunicado, en el que apuntaría como principal objeto de sus investigaciones los denominados acuerdos conocidos como “choosing one from two” (elige a uno de los dos). Unos contratos de los que acusaría a la multinacional de estar imponiendo en sus acuerdos con los distintos comerciantes y minoristas del país, en lo que se traduciría en una clara búsqueda por consolidar su posición como principal portal de ventas online entre los consumidores chinos, resultado de impedir que los empresarios asociados a Alibaba puedan acceder a vender sus artículos en cualquier otra de las plataformas rivales del Grupo.

De manera paralela a esta investigación contra Alibaba, el decidido control bajo el cual el Gobierno de Pekín ha decidido colocar el entramado societario y los millonarios negocios de Ma continúan afectando a la tecnológica Ant Group. A la que se le ha instado desde el Banco Popular de China a una reunión junto a los cuatro principales reguladores financieros del país. Encuentro que debería de realizarse a lo largo de los “próximos días”, y cuyo principal objeto será el de asentar las bases que sirvan para “guiar a Ant Group” a cumplir con las nuevas exigencias reguladoras del país.

Unas tecnológicas “demasiado grandes para caer”

Lejos de resultar aisladas, el control que desde el Gobierno de Pekín han decidido implementar sobre los negocios de Ma responderían a una estrategia coordinada por parte del Gobierno chino para controlar aquellas empresas que, por su tamaño, volumen y relevancia entre la sociedad china, puedan comenzar a suponer un contrapeso de poder cada vez más difícil de manejar por las autoridades gubernamentales del país. Un punto que no estarían dispuestos a que sucedieran desde el omnipresente Partido Comunista Chino. Desde donde, una vez consolidado el papel como puntales de su economía de gigantes como la propia Alibaba, o de otras tecnológicas como Tencent, estarían decididos a poner coto a su creciente influencia, no descartándose el extremo de que se pudiera hasta incluso iniciar el “despiece” de alguna de ellas y su disgregación en diferentes compañías menores. Un temor al que, lejos de China, no hay que olvidar que se enfrentan ahora otras tecnológicas como la mismísima Facebook.

Así pues, y según los citados medios económicos, la SAMR habría aumentado sus presiones y el control sobre las prácticas comerciales de unas grandes compañías de internet que cuentan, a día de hoy, con intereses en diferentes sectores de su economía que van más allá de las ventas online, alcanzando ámbitos como el del retail y la aportación de capital para la creación de nuevas empresas, el de las aseguradoras, las cadenas de supermercados o las plataformas de redes sociales. Un control que habría iniciado de manera ya abierta convocando a una reunión, el pasado miércoles, a los representantes de Tencent, JD, Meituan, Pinduoduo, Didi Chuxing y, como no, a los de la propia Alibaba.

Como argumento, este primer encuentro que defendía tener como principal objetivo el de transmitir la preocupación de la SAMR sobre el aumento de la práctica del “dumping” que habría observado en la venta, a precios inferiores a su coste, de determinados productos a granel. Un ejemplo de competencia desleal que se habría incrementado durante la pandemia, con grandes grupos de personas y comunidades asociándose para poder obtener productos a un mejor precio, y del que la SAMR habría trasladado su alarma ante el riesgo que supondría para diferentes sectores de la economía del país, instando en consecuencia a las tecnológicas para que le pusieran fin. Una, en cierto grado, justificable medida, tras la cual no son pocos los analistas que no ven más que la nueva excusa esgrimida por Pekín para estrechar su lazo sobre las grandes tecnológicas del país.

“Es claramente una coordinada escalada de los esfuerzos para frenar el crecimiento del imperio de Jack Ma, que bien vendría a simbolizar esa serie de nuevas entidades chinas ‘demasiado grandes para caer’”, apunta Dong Ximiao, investigador del Instituto financiero de internet de Zhongguancun, en unas declaraciones recogidas por el medio económico Bloomberg. “Las autoridades chinas”, destaca, “quieren compañías más pequeñas, menos dominantes y más obedientes”.

“No hay nada que el Partido Comunista no controle, y cualquier cosa que parezca estar escapándose de su órbita, de alguna manera va a volver a ella muy rápidamente”, explicaba por su parte al mismo medio Alex Capri, investigador de la Hinrich Foundation.

“Los gigantes tecnológicos de China, como Alibaba y Tencent, se están enfrentando a un mayor escrutinio por parte del Gobierno chino, que está preocupado por su creciente tamaño y poder”, apuntan por su parte desde la BBC; y en especial por la “creciente expansión de Ant, y en particular de su lucrativo negocio crediticio”, en el que se enmarcan filiales como Alipay, y cuya próxima salida bolsa se antojaría ahora cada vez más complicada tras esta nueva advertencia por parte del regulador chino. A la que, según se encargaba de trasladar en su comunicado, estaría invitando a ejercer una “competencia justa y a proteger los derechos e intereses legítimos de los consumidores”.

Una advertencia a la que desde Ant respondían, según se encargaban de difundir desde la agencia de noticias Reuters, con que “cumplirían con todos los requisitos reglamentarios” que les exija la regulación china, finalidad para la que no ha dudado en crear un grupo especial de trabajo dedicado a adaptar a las nuevas regulaciones toda su estructura societaria. Y todo ello al tiempo que desde Alibaba expresaban de manera paralela su plena decisión de cooperar con la investigación abierta por prácticas de monopolio durante todo el tiempo que sea necesario; intervalo durante el cual sus operaciones seguirán su curso normal.

Photo Credits: Alibaba.

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