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Alquiler de ropa: ¿alternativa sostenible o trampa ecológica?

Por Diane Vanderschelden

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Créditos: Imagen: Rent The Runway

La idea de alquilar ropa en lugar de comprarla está ganando cada vez más adeptos, especialmente en un contexto donde la industria de la moda es ampliamente señalada como una de las principales responsables de las altas emisiones de CO2. Con un crecimiento anual del +10 por ciento, el mercado del alquiler de ropa parece responder a una necesidad de mayor compromiso ambiental, principalmente para reducir la huella ecológica asociada a la fast fashion. Sin embargo, ¿es realmente beneficioso este enfoque para el planeta? La respuesta es más compleja de lo que parece.

Una solución prometedora, pero con limitaciones

La industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo, y en este contexto surgieron servicios de alquiler de ropa que prometen una alternativa más sostenible. En lugar de comprar prendas, los consumidores pueden ahora alquilarlas por un período limitado y devolverlas después de usarlas para obtener otras nuevas. Plataformas como Le Closet o Coucou han popularizado esta práctica, atrayendo a consumidores interesados en mantenerse a la moda mientras reducen su impacto ambiental.

Sin embargo, un estudio realizado conjuntamente por la EDHEC y la UCL Louvain destaca un fenómeno sorprendente: el alquiler de ropa podría, en algunos casos, no reducir la huella ecológica, e incluso llegar a aumentarla.

El efecto rebote: un consumo intensificado

El efecto rebote es un concepto económico que describe situaciones donde los beneficios ambientales esperados de una solución, como el alquiler de ropa, se ven anulados por comportamientos compensatorios. Este estudio, basado en investigaciones cualitativas y cuantitativas, revela que el alquiler de ropa puede, en ocasiones, fomentar un consumo acelerado en lugar de reducirlo. La facilidad para alquilar prendas a bajo coste y con gran variedad incentiva a algunos consumidores a multiplicar sus alquileres o incluso a comprar de forma impulsiva las prendas que alquilan.

Además, algunas personas, al ahorrar dinero gracias al alquiler, utilizan esos ahorros para adquirir otros bienes, como productos electrónicos o mobiliario, incrementando así su huella ecológica.

Efectos distintos según los grupos de consumidores

El estudio revela que el efecto rebote no es homogéneo y varía según los grupos de consumidores. Entre los usuarios de servicios de alquiler, hay dos grupos particularmente propensos a mostrar efectos rebote negativos. El primero, los "buscadores de estímulos y placer", compuesto principalmente por hombres, busca novedad y diversidad. Para ellos, el alquiler estimula su deseo de renovar constantemente su guardarropa, lo que puede incrementar su consumo.

El segundo grupo, los "jóvenes urbanos apáticos", aunque no están especialmente motivados por la búsqueda de placer, tienden a aumentar sus compras en otras categorías tras alquilar ropa. Este grupo, conformado mayoritariamente por jóvenes hombres urbanos, a menudo solteros y con formación académica, representa alrededor del 18 por ciento de los usuarios y es particularmente susceptible a efectos rebote indirectos.

Un mercado en crecimiento, pero ambientalmente complejo

El mercado del alquiler de ropa ha experimentado un crecimiento impresionante, estimado en 1,77 mil millones de dólares para 2024, y se espera que alcance los 2,47 mil millones de dólares en 2029, con una tasa de crecimiento cercana al 7 por ciento durante este período, según un informe de Mordor Intelligence. Empresas como Rent the Runway, Gwynnie Bee o Tuileries lideran este sector, mientras que muchas otras nuevas entran en el mercado para satisfacer la creciente demanda. Estos servicios ofrecen suscripciones mensuales o anuales que permiten a los consumidores acceder a una amplia variedad de prendas.

Sin embargo, nuevamente, es importante destacar que este crecimiento no garantiza que el alquiler de ropa sea realmente más ecológico. Si se utiliza de manera inapropiada, podría convertirse en una simple forma de consumir más sin considerar los verdaderos desafíos ambientales.

¿Cómo maximizar los beneficios ecológicos?

El estudio demuestra que, aunque el alquiler de ropa puede tener ventajas ambientales, también puede fomentar comportamientos contraproducentes. Para maximizar su potencial ecológico, las empresas deben replantear sus estrategias. En lugar de enfocarse únicamente en los beneficios hedonistas del alquiler (como la diversidad y la novedad), podrían centrarse en los beneficios ambientales reales y promover prácticas de consumo más sostenibles.

Las plataformas deberían también fomentar el alquiler a largo plazo de productos eco-diseñados por marcas que compartan valores ecológicos. Limitar el número de prendas alquiladas por usuario y reducir la frecuencia de los intercambios son otros posibles mecanismos eficaces.

Hacia una moda más responsable

Para alcanzar este objetivo, es fundamental que tanto las empresas como los consumidores adopten un enfoque más consciente. Los consumidores deben replantear su relación con la moda y el consumo, priorizando la calidad sobre la cantidad y reflexionando antes de alquilar: "¿Realmente lo necesito?", "¿Cuántas veces voy a usar esta prenda?". Al ser más conscientes del impacto de sus decisiones, podrán contribuir a un consumo más responsable.

Las empresas de alquiler de ropa, por su parte, deben desempeñar un papel clave sensibilizando a los consumidores sobre el impacto ambiental de sus decisiones, ofreciendo información transparente sobre la huella de carbono de los productos alquilados. Colaborando con otros actores del sector, podrán comprender mejor los impactos reales y promover prácticas más responsables.

El alquiler de ropa puede ser una alternativa interesante frente a la compra tradicional, pero no debe verse como una solución milagrosa para resolver los problemas ambientales de la industria de la moda. Si bien presenta ventajas, también plantea retos, especialmente debido al efecto rebote que puede contrarrestar los beneficios ecológicos esperados. Para que esta solución sea realmente sostenible, es esencial adoptar un enfoque reflexivo y responsable, tanto por parte de las empresas como de los consumidores.

En resumen
  • El alquiler de ropa, aunque promete ser una alternativa más sostenible a la fast fashion, no garantiza una reducción de la huella ecológica e incluso podría agravarse según un estudio reciente.
  • El efecto rebote, derivado de un consumo impulsado por la facilidad y la variedad en el alquiler, anula los posibles beneficios ecológicos, especialmente en ciertos grupos de consumidores.
  • Para maximizar el impacto positivo, empresas y consumidores deben adoptar un enfoque más responsable, priorizando la calidad frente a la cantidad y asegurando la transparencia sobre la huella de carbono de las prendas alquiladas.

Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.FR, y posteriormente traducido del francés al español usando una herramienta de inteligencia artificial.

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