Tremaine Emory abandona Supreme entre acusaciones de “racismo sistémico”
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Madrid – Tras los incesantes rumores que apuntaban en esta misma dirección desde mediados de semana, finalmente ha sido el mismo Tremaine Emory, hasta la fecha director creativo de Supreme, quien ha salido públicamente a confirmar que ha abandonado su cargo como director del departamento creativo de la popular firma de moda urbana neoyorquina, adquirida por el holding multinacional estadounidense VF Corporation el pasado mes de noviembre de 2020. Una salida que ha sido provocada, argumenta el diseñador, como resultado de los problemas de “racismo sistémico” que, a su juicio, viene arrastrando la firma de manera endémica.
Practicando una breve recapitulación de los hechos hasta llegar hasta al punto en el que nos encontramos, tras lograr consagrarse como una de las mayores firmas de moda de culto entre las nuevas generaciones, Supreme era adquirida por VF a finales de 2020, como resultado de un acuerdo para su adquisición por un valor de 2.100 millones de dólares. Una operación que permitía a VF incorporar a esta “ballena blanca” a su cartera de marcas, integrada hasta entonces por firmas tan bien reconocidas entre los consumidores como The North Face, Timberland, o Vans, y bajo previsiones de alcanzar a aportar cerca de unos 500 millones de dólares anuales de facturación a las cuentas de VF. Compañía desde la cual, y en sus pretensiones por tratar de destapar todo el potencial de la nueva joya de su corona, daban el visto bueno al nombramiento en febrero de 2022 de Tremaine Emory como primer director creativo de Supreme. Firma que desde su fundación, a nivel creativo, venía manteniéndose bajo la dirección de su fundador James Jebbia, quien tras la incorporación de Emory pasó a mantenerse como el director ejecutivo de la marca, asumiendo las labores de supervisión sobre los trabajos que se desempeñan desde sus distintos departamentos. Entre ellos, los de un departamento creativo que Emory se ha decidido finalmente a abandonar, escasamente año y medio después de su nombramiento, entre acusaciones de “racismo sistémico” contra la marca y en respuesta a la censura que, sin su consentimiento, se habría llevado a cabo sobre el proyecto colaborativo desarrollado junto al artista afroamericano Arthur Jafa. Proyecto que contrariamente a lo apuntado por el diseñador, han querido puntualizar públicamente desde Supreme, no habría sido cancelado.
“Antes de entrar a lo que me he visto obligado a hablar en las próximas publicaciones sobre Supreme, os recomiendo que leáis este libro para comprender mejor qué es el racismo sistémico y cómo afecta a las personas de todos los colores que viven en este sistema, patriarcal masculino blanco, que fue construido para beneficiar solo a los hombres blancos heterosexuales desde el inicio de los Estados Unidos, e incluso más atrás durante el colonialismo europeo”, explicaba el mismo diseñador estadounidense desde su cuenta de Instagram, en una primera declaración que hacía acompañar de una fotografía con la portada del libro “White Fragility” de la autora estadounidense Robin DiAngelo.
A partir de aquí, y en compañía de capturas de las distintas conversaciones que había venido manteniendo a lo largo de estas últimas semanas con algunos de los principales directivos de la marca, entre ellos el mismo James Jebbia, Emory entra ya a desgranar y a explicar cómo “después de presentar mi renuncia, luché con uñas y dientes hasta el último momento con la junta directiva de Supreme, para alinearnos en una declaración de prensa explicando que abandonaba Supreme debido a los problemas de racismo sistémico con los que cuenta la compañía”, y que se habrían estado viendo reflejados “desde en el tratamiento a la colaboración con Arthur Jafa, hasta en la composición de un estudio de diseño que cuenta con menos de un 10 por ciento de minorías, cuando la marca se basa en gran medida en la cultura negra”. Una valoración a la que no habrían accedido en ningún momento desde Supreme, en lo que llevó a Emory, así lo explica, a decir “que no puedo alinearme con una declaración que no cite el racismo sistémico, a lo que me respondieron invitándome a que negase que había ocurrido un incidente racista, y diciéndome que no podían lanzar un comunicado conjunto” en ese sentido, puesto que “esa sería la historia”. De modo que, sin comunicado oficial al respecto, y en base a lo detallado ahora por Emory, el director creativo renunciaba a su cargo en Supreme este pasado martes, 29 de agosto de 2023.
Tras su decisión, sigue relatando el diseñador y creativo, James Jebbia, fundador de Supreme y su actual director ejecutivo, “se acercó a mi casa”, donde “hablamos sobre por qué había tomado la decisión de renunciar”, frente al director de recursos humanos de la empresa y mientras “una mujer de VF escuchaba a través de Zoom”. Durante esa conversación, añade Emory, “James admitió que debería haber hablado conmigo sobre la cancelación de las imágenes de la colaboración de Jafa”, provocada “porque uno de los pocos empleados negros en el estudio —quien irónicamente renunció a Supreme antes que yo, debido a motivaciones sistémicas ejercidas por parte de Supreme, según sus propias palabras, no las mías— no pensó que debíamos publicar” las imágenes de “esta colaboración, debido a la representación de hombres negros ahorcados y esclavos liberados, al estilo de las fotografías del esclavo Gordon, con sus latigazos marcados a la espalda”. Apunte para el que, insiste, “James estuvo de acuerdo en que debería de haber mantenido una conversación sobre el proyecto conmigo, ya que yo era el director creativo y soy negro”.
Reproches por mentiras y censura
Adelantándose a cualquier respuesta oficial emitida por ninguna de las dos partes, desde el medio especializado The Business of Fashion filtraban a mediados de semana el contenido de la supuesta carta de renuncia presentada por Emory a la directiva de Supreme, en lo que llevaba a que un portavoz de la compañía confirmase la salida del creativo, eso sí alegando una serie de motivaciones que eran rechazadas de plano por el mismo diseñador, en lo que finalmente provocaba y era el origen de su decisión de salir públicamente a explicar, con todo lujo de detalles, los motivos de su salida.
De este modo, continúa explicando el diseñador estadounidense, “las declaraciones de Supreme en el artículo de The Business of Fashion son una mentira” dirigida a “ocultar el racismo sistémico que yace en lo más profundo de Supreme, y de casi todas las corporaciones en propiedad de blancos”. “Quería trabajar con Supreme para cambiar estas cosas”, apunta, pero “en cambio se me dijo que tenía una carga racial, que era emocional, y que estaba utilizando un foro equivocado al mencionar el racismo sistémico en una reunión de trabajo, en la que me preguntaron si deberíamos trabajar con una artista negra, mientras este proyecto con Jafa era cancelado en secreto sin que nadie hablara conmigo”. “Eso es por lo que renuncié”, y “James estuvo de acuerdo con todos mis puntos de vista, y me dijo que iba a cambiar Supreme…” ahora “tiene que defender lo que me dijo, y todo el equipo directivo y el jefe de diseño deben de hacer frente a lo que dijeron”.
Respuesta de Supreme
En respuesta a toda esta suma de declaraciones, desde la misma Supreme, a través de un posterior comunicado del que se han terminado haciendo eco medios como el ya citado BoF o Wwd, han apuntado a que “si bien nos tomamos en serio estas consideraciones, estamos completamente en desacuerdo con la caracterización que ha hecho Tremaine de nuestra compañía y de la gestión del proyecto Arthur Jafa, que no ha sido cancelado”. “Esta ha sido la primera vez en 30 años que la empresa contrató a un director creativo”, y “estamos decepcionados con que no haya funcionado con Tremaine”, al que “le deseamos la mejor de las suertes para su futuro”.