Tiffany’s contraataca de nuevo: “Los argumentos de LVMH indican mala fe en sus tratos con Tiffany’s”
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Madrid – Lejos de apaciguarse, el abierto conflicto que mantiene enfrentadas a la compañía estadounidense de joyerías Tiffany&Co. y al holding internacional francés especializado en el sector del lujo LVMH, matriz de firmas tan conocidas como Louis Vuitton, Christian Dior, Dom Pérignon o Bvlgari; se abre a un nuevo capítulo en relación a la decisión tomada por LVMH de no proceder a culminar la adquisición de Tiffany’s. Postura que comunicaba de manera oficial el pasado 9 de septiembre, y frente a la que la compañía estadounidense respondía con una demanda ante al Tribunal del Estado de Delaware, iniciándose con ello un duro cruce de acusaciones entre las direcciones de ambos grupos empresariales.
Unas recriminaciones que continuaban de manera encarnizada después de que desde LVMH amenazasen con una contrademanda por mala gestión, y a lo que ahora desde Tiffany’s responden, con un largo y concienzudo comunicado, para contraatacar sus argumentos y responder públicamente a la solicitud de LVMH de retrasar la fecha del juicio. Vista que la estadounidense había solicitado que se celebrase de manera urgente, con el fin de contar con una sentencia efectiva antes del 24 de noviembre —fecha estipulada en el acuerdo de adquisición como tope para la formalización de la venta—, y ante lo que sin embargo desde LVMH han solicitado un retraso para la celebración de la vista de entre seis o siete meses. Retraso que de forma legal podría desvincularla de los términos pactados y con ello de tener que culminar la adquisición de Tiffany’s.
“La oposición mostrada por LVMH a nuestra solicitud para acelerar el juicio es su último intento por evitar tener que cumplir con sus obligaciones en virtud de lo pactado en el acuerdo de fusión”, explicaba Roger Farah, presidente de la junta directiva de Tiffany’s, a través de un comunicado oficial. “Si LVMH confiara en su posición legal”, añadía, “no tendría razón alguna para oponerse a un adelanto del juicio”. Pese a ello, desde Tiffany’s “urgimos al Tribunal a que celebre el juicio en un calendario que permita una decisión antes de la fecha de expiración del acuerdo de fusión del 24 de noviembre”.
“Nuestra junta directiva y los miembros de la gerencia esperaban no tener que presentar la demanda, pero el habernos adelantado, dadas las obvias tácticas dilatorias que desde LVMH han estado empleando durante meses, sin duda fue una decisión prudente”, añadía el mismo Farah con intención de explicar la premura con la que se presentó la demanda ante el Tribunal de Delaware, escasamente unos horas después de que desde LVMH diesen a conocer sus intenciones de no culminar la operación. “Tiffany comenzó a prepararse para el litigio una vez que quedó muy claro que LVMH estaba tratando de agotar el tiempo para evitar tener que hacer frente a sus obligaciones”, explicaban desde la compañía estadounidense, desde donde remarcan que presentaron su demanda “solo después de que LVMH publicara un comunicado de prensa anunciando que no cerraría la operación debido a una carta que había recibido desde el Gobierno francés”, y de la que todavía “no ha proporcionado una copia de la carta original” pese a que aún así “no cuenta con base para hacer que LVMH se niegue a cerrar la operación”; que “Tiffany sigue comprometida a completar en los términos y plazos acordados”.
Respuesta a las acusaciones de mala gestión
Después de que desde Tiffany’s dieran a conocer la interposición de la demanda ante el Tribunal del Estado de Delaware, con el fin de obligar legalmente a “LVMH a cumplir con sus obligaciones y completar la transacción en los términos acordados”, desde la multinacional francesa abrían la puerta a una contrademanda por mala gestión durante estos últimos meses afectados por la pandemia por coronavirus. Una amenaza velada que no debió de sentar nada bien a la dirección y a la junta directiva de Tiffany’s, y a la que ahora responden asegurando que siempre han velado por el interés de la marca, actuando como unos “administradores responsables” y en todo momento bajo los términos estipulados en el acuerdo de adquisición.
“El acuerdo de fusión permite expresamente a Tiffany continuar operando de manera independiente de LVMH y no permite que LVMH dicte las operaciones de Tiffany entre la firma del acuerdo y el cierre de la operación”, argumentan desde la compañía estadounidense. “Como LVMH sabe muy bien, haber hecho lo contrario habría hecho ‘saltar las alarmas’ y supuesto una violación de las leyes de la competencia. Sin embargo, Tiffany sí ha proporcionado actualizaciones periódicas de su situación a LVMH, que tendrá el derecho a administrar Tiffany después del cierre de la operación”.
“Las acusaciones de LVMH sobre mala gestión son falsas y legalmente irrelevantes”, afirma por su parte y de manera tajante Aelssandro Bogliolo, director ejecutivo de Tiffany’s. “Ya hemos vuelto a la rentabilidad y esperamos seguir en esta senda durante el resto del año, con un beneficio en el cuarto trimestre que en realidad llegarán a superar los del cuarto trimestre de 2019”.
Del pago de dividendos a la misteriosa carta del Gobierno francés
En cuanto al resto de los argumentos defendidos por LVMH, por un lado para anunciar sus intenciones de no culminar el acuerdo, y por otro para avanzar la interposición de esa posible contrademanda, desde la dirección y la junta directiva de Tiffany’s no han dudado en responder a cada uno de ellos.
En lo relativo a los “efectos adversos” que habría sufrido su modelo de negocio, Tiffany’s defiende que estos se encuentran minuciosamente detallados y definidos en el propio acuerdo de fusión, y que ni la pandemia por Covid-19 ni las protestas de justicia social sucedidas en los Estados Unidos pueden emplearse para determinar si ha podido existir un deterioro de su modelo comercial. Mientras tanto en lo relativo al pago de dividendos, que desde LVMH habían censurado por la cuantía y por haberse realizado en un momento en el que Tiffany’s habría estado cosechando pérdidas, esta defiende que “el pago de dividendos trimestrales era requerido en virtud del acuerdo de fusión acordado por LVMH y aprobado por los accionistas de Tiffany”. “Tiffany ha pagado un dividendo trimestral durante 131 trimestres consecutivos, desde poco después de su salida a bolsa, y nunca se ha cancelado ni reducido un pago de dividendos, incluso durante las recesiones económicas”. Así mismo, “Tiffany se encuentra en una sólida posición de liquidez, con reservas de efectivo de aproximadamente 1,1 mil millones de dólares, y cuenta con una deuda neta de menos de 350 millones de dólares, ambos datos a fecha del 31 de agosto de 2020”.
Por último, desde Tiffany’s volvían a poner en entredicho la validez de esa carta que LVMH habría recibido por parte del Gobierno francés solicitándole el aplazamiento de la formalización del acuerdo. Considerando que el documento no cuenta con base legal alguna capaz de obligar a LVMH a no cumplir sus acuerdos.
“Si LVMH tuviera alguna base contractual que respaldase su posición”, añade Farah, “no necesitaría esconderse detrás de una carta sin validez de un miembro del Gobierno francés, legalmente irrelevante para la operación e inconsistente bajo la ley de la UE”.
Un posible intento por renegociar el precio de venta
Desde que comenzasen los abiertos enfrentamientos entre ambas compañías, desde Tiffany’s siempre han mantenido que las intenciones de LVMH estarían no tanto en echar por tierra toda la operación, como en obligarla a aceptar un precio de venta mucho más inferior del acordado. Postura sobre la que Farah volvía a incidir en este nuevo escrito de contestación.
“Tiffany no estaba a la venta, y únicamente acordó ser adquirida después de que LVMH aumentase su oferta no solicitada cinco veces hasta el máximo de 135 dólares por acción y accediese a los términos de un estricto contrato”, explicaba Farah. “Durante muchos meses, LVMH ha aprovechado cualquier oportunidad para retrasar y eludir sus obligaciones. Incluyendo excusas para no presentar las solicitudes antimonopolio, quejas sobre la pandemia y protestas que LVMH previamente ya había acordado que no podían considerarse como una razón válida que afectasen a la transacción”. “Los cambios en los argumentos de LVMH indican mala fe en sus tratos con Tiffany’s y no son más que distracciones destinadas a ocultar sus esfuerzos para agotar el tiempo y evitar cumplir con sus obligaciones bajo los términos recogidos en el acuerdo de fusión”. “Los términos del acuerdo de fusión son muy claros. LVMH simplemente no tiene el derecho unilateral de retirarse de la operación o de reducir su precio solo porque esté sufriendo el típico caso de arrepentimiento del comprador. Tiffany ha cumplido con todas sus obligaciones y compromisos recogidos en el acuerdo, y espera que LVMH haga lo mismo”.
Photo Credits: Tiffany&Co.