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Luanvi, doble golpe tras la Dana: entra en concurso de acreedores

La emblemática firma de moda y equipamiento deportivo valenciana ha solicitado su entrada en concurso voluntario de acreedores apenas medio año después del fallecimiento, víctima de la Dana, de Vicente Tarancón, presidente ejecutivo y cofundador de la empresa.
Por Jaime Martinez

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Vicente Tarancón, cofundador y presidente ejecutivo de Luanvi fallecido como víctima de la Dana en octubre de 2024. Credits: Luanvi.

Madrid – Nueva empresa del textil valenciano en crisis, después de que la emblemática firma de moda y equipamiento deportivo valenciana Luanvi haya terminado por solicitar su entrada en concurso de acreedores. Una situación que termina por hacer aflorar la delicadísima situación financiera en la que actualmente se encuentra la empresa, y que habrá que esperar para ver si logra superar, tras lo que no termina de ser un nuevo golpe para su supervivencia, y al que la compañía ha pasado a tratar de hacer frente, poco más de medio año después del fallecimiento víctima de la Dana de Vicente Tarancón, cofundador y hasta entonces presidente ejecutivo de Luanvi.

Según consta en la documentación del Registro Público Concursal, Luanvi, a través del procurador Alvaro Cutillas Gil, solicitó su declaración voluntaria en concurso de acreedores; solicitud que fue admitida por el Juzgado de lo Mercantil Nº2 de Valencia y por su juez titular, Jacinto Talens Seguí, en un auto desde el que se declaraba en concurso a Luanvi, a fecha del 20 de junio de 2025. Una resolución que no obstante no ha terminado de ser redactada y notificada, tal y como consta finalmente en el escrito de declaración en concurso de acreedores de Luanvi al que ha tenido acceso FashionUnited, hasta fecha de este pasado 10 de julio de 2025.

Completando ese edicto de declaración concursal, el juzgado ha informado al tiempo de que la administración de la sociedad ha quedado intervenida como resultado de su entrada en concurso de acreedores. Un procedimiento que ha llevado a apartar de la dirección a Javier Tarancón, quien tras el triste y luctuoso fallecimiento de su padre, Vicente Tarancón, víctima de la Dana, era nombrado nuevo director ejecutivo de la compañía deportiva valenciana a finales del pasado mes de enero de este 2025, dejando a la sociedad en manos de una administración concursal, para la que el juez responsable de supervisar el procedimiento concursal ha terminado por nombrar administrador concursal a David Baixauli Almenar.

Acordados estos primeros pasos en la intervención de Luanvi por el juzgado, y tal y como establece el texto refundido de la Ley Concursal, se ha hecho un llamamiento a todos los acreedores de Luanvi para que se pongan en contacto con el nuevo administrador concursal de la sociedad, de cara a poder gestionar el complejo proceso que se abre ahora de verificación, clasificación y gestión tanto de los bienes de los que dispone, como de los créditos y las deudas que arrastra, la compañía deportiva valenciana. Una notificación para la que el juzgado ha recordado a los acreedores que disponen de un mes, a contar desde el día siguiente a la publicación del edicto de declaración de Luanvi en concurso de acreedores en el Boletín Oficial del Estado, para poner en conocimiento del administrador concursal la existencia de créditos y préstamos contraídos con ellos por la compañía valenciana.

Segundo “golpe” tras la Dana

Fundada en Valencia a comienzos de la década de los 70 por los hermanos Luis, Antonio y Vicente Tarancón, Luanvi iniciaba para entonces su andadura como una compañía especializada en la producción y comercialización de disfraces. Una identidad sobre la que comenzó a trascender en el año 1972, fecha a partir de la cual comenzaría a especializarse en la fabricación y comercialización de equipamientos para la práctica del fútbol. Una renovada naturaleza que terminaría de abrazar con la adopción de su emblemático logotipo, en forma de abeto, en 1977, para a partir de ahí seguir con una decidida estrategia de diversificación, que condujo a la compañía valenciana a ampliar su catálogo y a entrar en un número cada vez más numeroso de universos deportivos, todo ello al tiempo en el que no cesaba de alcanzar más y más popularidad entre los consumidores de la España de la época. Consolidando esa trayectoria, durante la década de los 90 Luanvi elevaba su perfil ante la sociedad, destacándose como patrocinadora de equipos deportivos de primer nivel de las disciplinas del fútbol, el baloncesto o el balonmano. Una estrategia que le valió a Luanvi, ya no solamente para seguir dejando su huella en el ojo de la sociedad española, e internacional, sino para vestir a toda una amplia lista de deportistas de élite, en competiciones europeas y mundiales, como Olimpiadas, Mundiales o la UEFA Champions League.

Habiendo llegado a vestir a lo largo de todos estos años, y como resultado de esa misma estrategia, a los jugadores de equipos de fútbol como el Valencia, el Villarreal, el Granada, el Levante, el Tenerife, el Real Zaragoza o el Deportivo Alavés; a los miembros de selecciones nacionales españolas como la de Copa Davis, la Federación Española de Fútbol Americano o la de Voleibol; y a las primeras plantillas de equipos de baloncesto como el Baloncesto Fuenlabrada o el Valencia Basket, propiedad de Juan Roig, presidente de Mercadona y figura muy cercana precisamente de Vicente Tarancón, lo cierto es que ya antes del fallecimiento del cofundador y presidente de Luanvi la sociedad se encontraba atravesando una situación delicada a nivel económico. Tanto así, que ya en 2023 la compañía trató de implementar un plan estratégico desde el que poder reformular y reactivar su modelo de negocio; plan que no se logró implementar, en lo que terminó por generar el caldo de cultivo que ha terminado valiendo para su declaración ahora en concurso de acreedores.

Representante en España, desde hace más de una década, de la reconocida marca nipona de balones Molten, y distribuidora exclusiva en España y Portugal desde 2022 de la línea de negocio ‘teamwear’ de uniformes deportivos de New Balance, según lo recogido en las cuentas de Luanvi del ejercicio de 2023, según las informaciones al respecto adelantadas por el medio económico Cinco Días, la firma deportiva valenciana cerró aquel año fiscal con unas ventas al alza por unos 15,7 millones de euros (+7,84 por ciento), pero con una caída de beneficios hasta apenas poco más de 61 000 euros (-42,6 por ciento). Una cuantía que dejaba a todas las luces a la compañía mostrándose incapaz de responder a las deudas de más de 10,25 millones de euros que arrastraba para entonces, entre préstamos hipotecarios, préstamos financieros y créditos ICO, con los que la compañía en su caso buscó hacer frente a los devastadores efectos de la pandemia por coronavirus, y sobre los que al cierre de ese ejercicio de 2023 todavía adeudaba unos 2 millones de euros.

Tratando de adelantarse a esa complicada situación financiera que alcanzó a terminar de aflorar al cierre de las cuentas de 2023, desde Luanvi trataron de poner en marcha a lo largo de ese mismo ejercicio un decidido plan de negocio que sirviera para la reactivación de su modelo comercial. Una hoja de ruta sobre la que finalmente informaron que no se había logrado implementar con éxito, como resultado de las crecientes incertidumbres y tensiones geopolíticas y económicas que, tras el final de la pandemia, terminaron por afectar a las cadenas de valor de la industria de la moda y del textil, primero a causa del bloqueo en las importaciones desde Asia, después como resultado de una desbocada inflación y aumento de los costes, y desde ahí con el estallido en 2022 de la guerra entre Rusia y Ucrania; tensiones que lejos de diluirse, continuaron afectando a los mercados en 2023, y en 2024. Un año este sobre el que, desde esas mismas cuentas de 2023, y valiéndose desde Luanvi de que estas no terminaron de presentarse hasta finales de 2024, la compañía advertía que afrontaba con una “excesiva acumulación” de inventario, y con unos gastos extraordinarios, como resultado de la contratación y posterior despido de personal directivo. Un proceso que llevó a que la compañía sufriera de falta de liquidez, ya para los meses de mayo y junio de 2024, falta de recursos que la llevó a incurrir en impagos frente a acreedores y a tener que aplazar pagos a proveedores.

Buscando corregir estas dinámicas, la compañía trató de ajustar su plan de negocio, con el objetivo de ajustar sus operaciones y reducir costes mediante medidas como la de relocalizar “en proximidad” la mayor parte de su producción, concentrando cerca del 60 por ciento de esta en Marruecos, y dejando ya solamente el 40 por ciento restante en China. Un ajuste que contemplaban que serviría para reducir costes y tiempos de transporte y para asumir un nuevo modelo mucho más flexible y dinámico, y para cuya implementación la compañía valenciana se armaba con la venta, en agosto de 2024 a la francesa Novaxia, de su sede y planta industrial en el parque empresarial de Paterna, según las informaciones apuntadas por el citado medio económico una operación que llegó a cerrarse en unos 4,65 millones de euros. Una cantidad de la cual más de la mitad se destinó a amortizar el préstamo hipotecario que pesaba sobre la propiedad, que Luanvi vendía en el marco de una operación “sale and leaseback”, y que contemplaba en respuesta su permanencia en el inmueble en régimen de alquiler, a cambio de una renta anual de algo más de unos 370 000 euros. Un acuerdo este que llegaba mientras desde la dirección, ya el pasado mes de septiembre abrían un proceso de negociación con sus acreedores con el fin de poder alcanzar un acuerdo para la reestructuración de su deuda, negociaciones y deuda que finalmente han terminado por llevar a Luanvi, apenas medio año después del fallecimiento, víctima de la Dana, de Vicente Tarancón, su presidente ejecutivo y cofundador, a tener que terminar de acogerse a la figura del concurso de acreedores.

El textil valenciano, en crisis

Tras los casos de Marie Claire y de Belda Llorens, y mientras crecen y empiezan a generar ya preocupación las dificultades en las que igualmente parece que ha entrado a operar la igualmente valenciana Tejidos Royo, Luanvi pasa con su declaración en concurso de acreedores a engrosar la lista de históricas compañías valencianas del textil que están poniendo en evidencia la profunda crisis por la que parece estar atravesando el sector. Crisis que ha llevado ya a Marie Claire y a Belda Llorens a la liquidación, en una suerte que es la misma que ya amenaza a la igualmente emblemática Luanvi. Y es que a la vista del edicto emitido por el Juzgado de lo Mercantil Nº2 de Valencia, y de la documentación que consta en el Registro Público Concursal, no solo no hay constancia de que la compañía deportiva valenciana haya presentado de manera aparejada a su solicitud voluntaria de declaración en concurso de acreedores una oferta de compra por su unidad productiva, sino que ni tan siquiera se alude a que la dirección haya abierto conversaciones con algún potencial inversor interesado en adquirir parte o la totalidad de la compañía. Una situación que, a falta de cualquier acuerdo con los acreedores que pudiera terminar de alcanzarse a lo largo de este proceso por parte del administrador concursal, deja a Luanvi a las puertas de, en el mejor de los casos, el cambio de propiedad; en el peor, en su entrada en proceso de liquidación.

En resumen
  • La emblemática firma valenciana de moda deportiva Luanvi ha solicitado entrar en concurso de acreedores debido a su delicada situación financiera.
  • La administración de la sociedad ha sido intervenida y Javier Tarancón ha sido apartado de la dirección, designándose un administrador concursal.
  • Luanvi se suma a otras empresas textiles valencianas en crisis, como Marie Claire y Belda Llorens, poniendo de manifiesto la difícil situación del sector.
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