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Inditex blinda su cadena de valor y “cancela” al proveedor turco Akcanlar Tekstil

Por Jaime Martinez

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Interior de una fábrica de Akcanlar Tekstil. Credits: Akcanlar Tekstil.

Madrid – La multinacional de la moda española Inditex, propietaria de cadenas tan populares como Zara, Bershka o Massimo Dutti, ha decidido no mantener ninguna clase de relación comercial con el proveedor turco Akcanlar Tekstil, en respuesta a las acusaciones que pesan en su contra por violación de los derechos laborales de sus trabajadores. Una medida que iría en línea con los objetivos, y compromisos, que trata de hacer valer la compañía española sobre a lo largo y ancho de toda su cadena de valor.

Según a este respecto se encargaban de adelantar desde el medio de noticas independiente turco Etkin News Agency, la multinacional de la moda española se encontraba desde comienzos de este pasado verano de 2024 en negociaciones dirigidas a cerrar un acuerdo de pre-aprovisionamiento con el fabricante textil turco Akcanlar Tekstil, uno de los principales activos del holding empresarial turco Akcan Holding, con intereses en los sectores del textil, la automoción, la logística o el turismo. Un acuerdo comercial para el que la multinacional de la moda española puso en marcha una investigación dirigida a profundizar sobre la relación laboral que la compañía mantenía con sus trabajadores, y fruto de la cual desde la dirección de Inditex se decidieron finalmente a cancelar toda clase de acuerdo comercial con Akcanlar, a la vista de las sospechas por violación de los derechos de sus trabajadores en los que habría venido incurriendo el proveedor turco, y que habrían salido a la luz como resultado de esa investigación. Unos análisis sobre sus operativas y sobre las condiciones laborales que rigen de puertas hacia adentro de la compañía turca, que se llevaron a cabo en mitad de la decidida huelga que venían manteniendo sus trabajadores, en respuesta a las duras condiciones de trabajo, y bajo salarios, que se habían decidido a introducir como base de sus contrataciones. Unas protestas que se habían venido encargando de venir liderando, desde el pasado 17 de agosto, desde la combativa organización sindical turca para los trabajadores del textil y del cuero Birtek Sen, desde donde descubrieron que, al poco de dar comienzo la huelga, Inditex había abierto negociaciones para sellar un acuerdo de abastecimiento con Akcanlar Tekstil.

Trabajadores de Akcanlar Tekstil durante una protesta. Credits: Birtek-Sen.

A la vista de las complicadas relaciones laborales por las que venía atravesando el proveedor con sus trabajadores, y según a este respecto profundizaban esta misma semana desde el portal especializado Ecotextile, en el marco de esas negociaciones, y de esa investigación, abiertas por Inditex, la multinacional de la moda española llegó a intervenir solicitando al proveedor que tratase de cerrar algún principio de acuerdo con sus trabajadores y con el sindicato. Un entendimiento que llegaron a rechazar desde Akcanlar Tekstil, allanando con su postura la decisión de Inditex de no proseguir y de cancelar toda clase de relación con la compañía textil. Una postura que ha sido ampliamente celebrada entre las filas de los trabajadores y del sindicato, desde donde exhortan a otras compañías multinacionales como Inditex a bloquear toda clase de relación con Akcanlar, como medida de presión para que se avengan desde su dirección a acordar unas nuevas condiciones laborales hacia con sus trabajadores.

“Como resultado de la investigación, Inditex decidió bloquear a Akcanlar Tekstil debido a las violaciones de derechos laborales denunciadas públicamente por los trabajadores y por nuestro sindicato, así como por la postura del empleador de no querer dialogar ni llegar a un acuerdo con los trabajadores y el sindicato”, se encargaban de señalar al respecto desde el sindicato textil Birtek-Sen en declaraciones al medio turco Etkin News Agency. Una decisión frente a la que, y tomándola como antecedente, “ante la actitud del propietario de Akcanlar Tekstil, que no respeta los derechos laborales más básicos ni el derecho a la organización sindical, que impone condiciones de trabajo inhumanas y despide a los trabajadores de manera injusta y sin indemnización, esperamos que las demás marcas que colaboran con esta empresa”, concluían, “muestren la misma responsabilidad que Inditex”.

En lucha desde el 17 de agosto

Como base de toda esta polémica, y que a punto ha estado de arrastrar a Inditex a una nueva controversia relacionada con su cadena de valor, se encuentran, siguiendo con lo defendido por la organización sindical, las “condiciones de trabajo inhumanas” sobre las que sostienen que Akcanlar Tekstil estaría desarrollando su actividad como proveedor de referencia dentro de la industria del textil y de la moda. Sector en el que operan, según al respecto señalan desde su misma compañía matriz, el holding empresarial turco Akcan Holding, desde el año 1995, a través de cuatro plantas de producción, sobre un área de 135 000 metros cuadrados, en la provincia turca de Gaziantep, desde las que fabrican más de 36 000 toneladas de hilo anual de fibras 100 por cien algodón, viscosa, bambú y de mezclas de estas mismas fibras. Material del que un 35 por ciento de toda su producción se exporta, señalan, fuera de las fronteras turcas, teniendo como principales destinos países como los Estados Unidos, Alemania, Polonia, Portugal, Francia, Italia, España y Pakistán.

A pesar de las “modernas plantas de fabricación con maquinaria y equipos de laboratorio de última generación” que presentan como base de sus operaciones, mucho menos modélicas resultarían ser las condiciones laborales desde las que emplearían a los trabajadores encargados de operar esas mismas plantas de producción, según a este respecto se han venido encargando de defender desde Birtek-Sen. Sindicato desde el que, en respuesta, a fecha del pasado 17 de agosto declaraba una huelga entre los trabajadores textiles de la fábrica, como medida de protesta ante los bajos salarios, y a la decisión de la empresa de introducir como “novedad” el “Sistema de 7 días” turco. Un esquema de trabajo que permite a las fábricas mantener en todo momento su actividad, a partir de turnos de trabajos rotativos, y sustituyendo el hasta entonces modelo de turnos de ocho horas de trabajo diarias, con pago de horas extra por turnos de trabajo en domingos y festivos. Una decisión que ha venido siendo duramente criticada entre todos los trabajadores de la industria textil turca, y que en la práctica se traduce en salarios que pierden ese “plus” por horas extra, mientras al tiempo los trabajadores pasan a disponer de un día de descanso a la semana, a asignar por la dirección de la empresa, y que puede llevar a que sea perfectamente factible el que los miembros de una misma familia nunca lleguen a coincidir en su misma jornada de descanso, perjudicando así seriamente a las relaciones afectivas y a la conciliación de la vida familiar y laboral. Cuestiones todas estas que siguen afectando a los trabajadores de Akcanlar Tekstil, quienes no obstante se decidían a decretar el final de la huelga y a volver a sus puestos de trabajo el pasado 24 de septiembre, como resultado de las duras dificultades económicas que habían terminado por tener que atravesar todos aquellos trabajadores que se decidieron a secundar la huelga; entre ellos los 90 empleados a los que se acusa a Akcanlar Tekstil de haber despedido de manera improcedente por haber participado de la misma en oposición a su nueva política laboral a partir del “Sistema de 7 días”.

Interior de una fábrica de Akcanlar Tekstil. Credits: Akcanlar Tekstil.

Durante todas las jornadas en las que permanecieron en activo las protestas, resultaron ser singularmente combativas las jornadas de reivindicación que trataron de librarse frente a las puertas de los hoteles Divan Hotel y Grand Hotel de Estambul. Establecimientos hoteleros de lujo propiedad de Akcan Holding, a cuyas puertas los trabajadores de la compañía textil guardaban por intención llevar a cabo la lectura de una declaración de denuncia, acción que no pudieron llevar a cabo ante la acción de las fuerzas de seguridad turcas. Una medida que resultaba ser, sostienen desde el sindicato Birtek-Sen, singularmente simbólica, en la medida en la que, denuncian, es desde estos mismos hoteles desde donde se les habrían estado haciendo llegar comidas en mal estado a los trabajadores de las plantas textiles de Akcanlar Tekstil. De ahí el que, como uno de sus últimos actos de protesta, se decidieran el pasado 17 de septiembre a lanzar un boicot en las redes sociales contra ambos hoteles en propiedad de Akcan Holding.

A pesar de todo ello, “los trabajadores de Akcanlar Textil, en el 36º día de su resistencia, decidieron poner fin a la lucha que se ha llevado a cabo de manera continua, día y noche, frente a las fábricas desde el 17 de agosto”, declaraban desde Birtek-Sen el pasado 24 de septiembre. “A partir de este momento, el proceso avanzará en el ámbito legal, junto con acciones, comunicados de prensa y trabajos para generar conciencia pública”, y “que realizaremos en diferentes lugares”, acciones que arrancaban con la puesta en marcha de “los procesos legales para que los trabajadores” vean reconocidos “sus derechos”. “La lucha de los trabajadores de Akcanlar Textil, que fueron despedidos colectivamente sin indemnización por oponerse al sistema de trabajo de siete días que elimina el descanso de los domingos, a las deducciones fiscales que han llevado a los salarios por debajo del umbral de la pobreza, y a las inhumanas condiciones laborales en la fábrica, aunque aún no han logrado sus demandas”, han logrado mostrar una causa “sumamente instructiva y ejemplar para la clase trabajadora”. Causa ante la que “prometemos” que “aunque la resistencia frente a la fábrica de Akcanlar Tekstil haya terminado, continuaremos nuestra lucha hasta que los trabajadores obtengan lo que les corresponde” igual que, concluían desde la organización sindical, “continuaremos denunciando la antipatía del patrón de Akcanlar hacia los trabajadores y su desprecio por los derechos, la justicia y la ley en todas las plataformas”.

Unas palabras con las que desde Birtek-Sen ponen de manifiesto la cruda realidad sobre la que se estaría realmente desempeñando la prometedora industria textil turca, desde que, a partir del 1 de enero de 2017, terminase por entrar en vigor el nuevo “Sistema de 7 días” para turnos de trabajo extendidos aprobado por el Parlamento turco en julio de 2016, como medida restrictiva acordada tras el intento de golpe de estado. Realidad que las empresas multinacionales del textil deberían de, al igual que ha buscado hacer Inditex en este caso, tratar de tener bien presente, a medida que buscan reconducir sus operaciones hacia modelos asentados en una mayor producción en proximidad y una menor dependencia de Asia, para lo que respecta a sus operaciones en Europa; un ajuste sobre sus cadenas de valor que ha llevado a potenciar justamente el papel de Turquía desde el final de la pandemia como un proveedor cada vez más destacado y clave dentro del sector, pero papel que, como sacan a relucir episodios como este, en diferentes casos podría estar muy bien llegando apoyado sobre modelos abusivos contra los trabajadores del textil.

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